Bloomberg Línea — El candidato opositor venezolano a la Presidencia Luis Eduardo Martínez, de Acción Democrática (AD), propuso aumentar el salario mínimo en Venezuela desde los US$3,5 actuales a los US$300, pero economistas y gremios han advertido que podría ser una medida inviable dada la realidad económica del país sudamericano.
“La propuesta es absolutamente inviable en la situación actual de las finanzas públicas del país y para el resto de la economía venezolana. El Estado venezolano es el mayor empleador del país”, dijo a Bloomberg Línea el académico y economista Roberto Pérez, máster en Economía Política por la Universidad de Londres.
Ver +: Inflación en Venezuela se anota nueva caída y llega al 78% interanual en mayo
Si bien indica que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) no publica información sobre el tamaño de la fuerza laboral venezolana desde hace varios años, fuentes alternativas como la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) o think-tanks como Anova Policy Research sí permiten estimar que la nómina pública representa aproximadamente entre un 20% y 25% de la fuerza laboral del país.
Con base en estas cifras, dice Roberto Pérez, “el aumento del salario propuesto generaría un aumento de los gastos de funcionamiento de la administración pública superior a los US$700 millones mensuales, que es imposible mantener con los ingresos actuales del estado venezolano”, sin incluir bonos y otras asignaciones ligadas al salario mínimo en lo que se denomina el ingreso mínimo mensual.
Asimismo, “para el resto de los sectores institucionales, estos costos harían inviable la contratación de mano de obra y elevaría el subempleo y la informalidad, en un país donde la oferta de trabajo se ha visto mermada de forma considerable por la continua migración de sus recursos humanos”, señaló.
En mayo, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, mantuvo el salario mínimo congelado, pero sí subió el denominado ingreso mínimo integral, que se compone de un bono de alimentación (US$40) y el Bono de Guerra Económica (pasó de US$60 a US$90).
Ver +: Dólar en Venezuela: ¿por qué el uso de bolívares vuelve a tomar fuerza?
Al cambio oficial, el salario mínimo estipulado en el país de Bs.$130 equivale apenas a unos US$3,5, mientras que el precio de la canasta básica se ubica en US$552,29 (a abril), según la ONG Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (CENDAS – FVM).
De acuerdo con el economista Roberto Pérez, “el ingreso de los trabajadores venezolanos (en particular, los que tienen menos formación) es tan bajo que un salario mínimo de US$3,5 mensuales ubica a los trabajadores por debajo de la línea pobreza extrema”.
Un dirigente gremial, que prefiere no ser citado en entrevista, dice a Bloomberg Línea que la propuesta de llevar el salario mínimo en el país a los US$300 genera preocupación entre los diferentes sectores productivos.
Ver +: ¿Por qué la economía de Venezuela crecería más que la de vecinos como Colombia o Ecuador en 2024?
En su opinión, el ajuste de salario mínimo debería resultar de una sesión tripartita (Gobierno/empresariado/trabajadores). Asimismo, considera que debería reformarse la ley orgánica del trabajo para suprimir la retroactividad y adecuarse el monto de aportes por concepto de pensiones.
Un aumento del salario mínimo en esos niveles, ahondó, podría promover la informalidad y el cierre de pequeñas y medianas empresas en la ya resentida economía venezolana.
Advertencias sobre las elecciones en Venezuela
Pérez considera que los electores se enfrentan en estos comicios a una serie de “propuestas falaces que suenan atractivas, pero son imposibles de ejecutar, a menos que se quiera pagar a través de más informalidad en el mercado laboral y más desempleo, con algunos pocos trabajadores que obtienen el salario propuesto y el resto sea contratado por vías menos transparentes con ingresos muy inferiores”.
A su juicio, las propuestas sobre el salario mínimo tienen que venir acompañadas de medidas efectivas para reducir la nómina púbica y ejecutar otras acciones que favorezcan la inversión de las empresas privadas, nacionales y extranjeras en todos los sectores de la economía.
Lo anterior, implica un clima de seguridad legal y estabilidad tributaria para las personas jurídicas, que adelante un cambio estructural en el mercado laboral venezolano, dijo.
Es por esto que ve clave que el sector privado se convierta en el principal empleador de la economía y estimule el crecimiento sostenido de la productividad del trabajador y con ello del salario.
Para lograr esto, considera necesario el control de la inflación hacia una meta que permita la estabilidad de los precios de la economía y flexibilizar las obsoletas regulaciones del mercado laboral.
La inflación en Venezuela alcanzó el 78% interanual en mayo, por debajo del 87% registrado en abril pasado y el 89% de marzo, en medio de los ajustes graduales del tipo de cambio por parte del Banco Central de Venezuela (BCV) con el objetivo de anclar los precios, informó el Observatorio Venezolano de Finanzas (OFV).
El dato registrado es el más bajo desde que se tiene registro (2017) por parte de la entidad, cuyas expectativas de inflación para el cierre de 2024 han pasado del 120% proyectado en enero a entre el 60% y 65% previsto en la actualidad.
“Una verdadera propuesta en términos de salario mínimo pasa por mejorar la preparación del trabajador venezolano, dotarle de habilidades que necesitan las empresas en expansión y ayudarles a acumular todo el capital humano que sea posible en un mundo dominado por las tecnologías digitales”, expuso.
Por último, mencionó que se requiere una “revolución en la educación para el trabajo y favorecer la inversión privada en un país que observó como la dependencia del Estado en actividades extractivas de recursos naturales, sin valor añadido, conduce a la pobreza de la generación actual y la hipoteca del futuro”.
A su juicio, una propuesta sobre el salario mínimo, sin revisar todo lo anterior, “es poner los caballos detrás de la carreta”.