Bloomberg Línea — Bank of America (BAC) ha elevado su recomendación sobre los bonos externos de Panamá a “sobreponderar” (Overweight), argumentando que los precios actuales ya reflejan un significativo descuento frente a la calificación crediticia del país y una alta probabilidad de una segunda degradación.
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Sin embargo, pese a ese escenario, el banco considera que la posible aprobación de la reforma de pensiones, el inicio del diálogo para la reapertura de la mina Cobre Panamá y la disciplina fiscal podrían reducir este riesgo o, al menos, retrasar su impacto.
El informe del BofA destaca que su equipo de analistas regresó de su viaje a Panamá con una visión más positiva sobre el panorama económico y político. Tras reuniones con funcionarios, economistas y empresarios, el banco identificó dos eventos clave que podrían fortalecer la confianza de los inversionistas en el país.
El impacto de la reforma pensional
En primer lugar, está la posible aprobación de la reforma del sistema de pensiones antes de marzo, una medida que, según el informe, “es fiscalmente positiva”, ya que propone fusionar los dos regímenes actuales: el de reparto, que tiene un déficit anual del 1,3% del PIB y sin reservas, y el mixto, con un superávit del 1,1% del PIB y US$9.000 millones en reservas.

El informe subraya que todos los nuevos contribuyentes ingresarían a un esquema basado en cuentas nocionales de contribución definida.
“Las pensiones de las futuras cohortes serían proporcionales a los ahorros personales, en lugar de estar fijadas por una fórmula generosa”, señala el informe del BofA de los analistas Lucas Martin y Alexander Muller.
Además, el gobierno se compromete a transferir US$998 millones al sistema de seguridad social cada año, con un posible incremento del 4% anual, aunque el informe aclara que “el propósito de la transferencia es construir reservas, no pagar pensiones”.
El segundo factor que destaca el informe es la reapertura del diálogo entre el gobierno panameño y First Quantum Minerals para negociar el futuro de la mina Cobre Panamá. Aunque alcanzar un acuerdo podría tomar meses, BofA considera que “el mero inicio de las conversaciones sería una señal positiva sobre las intenciones del gobierno”.
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El presidente José Raúl Mulino ya adelantó que, tras la aprobación de la reforma de pensiones, su administración se enfocará en el “tema minero”. También expresó su intención de que las demandas de arbitraje internacional contra Panamá sean suspendidas antes de iniciar las conversaciones.
Sobre este punto, BofA señala que “percibimos por las declaraciones recientes de la empresa que están abiertos a una ‘suspensión’, siempre que se mantenga la posibilidad de reactivar el arbitraje si las negociaciones no prosperan”.
El desafío fiscal
Uno de los principales desafíos que enfrenta Panamá es el elevado déficit fiscal, que en 2024 alcanzó el 7,4% del PIB, más del doble del año anterior. Para 2025, el gobierno ha proyectado una reducción al 3,9% del PIB, aunque BofA revisó su estimación y prevé un déficit del 4,5%.
“Las necesidades de financiamiento deberían estar alrededor de US$8.000 millones. Esperamos que US$3.000 millones sean cubiertos con emisión de bonos externos”, señala el informe.

En cuanto a la gestión de los fondos de pensiones, el informe advierte sobre potenciales desafíos. “El 90% de los activos de pensiones serían administrados por dos bancos estatales (Banco Nacional de Panamá y Caja de Ahorros), y hasta un 10% por fondos privados, frente al 100% en la versión original del proyecto de ley”.
Aunque estos bancos tienen buena reputación, BofA considera que “tener dos bancos estatales administrando pensiones podría crear problemas de agencia”.
El contexto político también juega un papel clave en la aprobación de la reforma de pensiones. Según el informe, la iniciativa ha sido respaldada al punto que debería facilitar su aprobación en el Pleno de la Asamblea Nacional.
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Proyecciones económicas
El informe también aborda las perspectivas económicas de Panamá. A pesar de la paralización de la mina, la economía panameña creció un 3% en 2024, según estimaciones del BofA, y se espera que en 2025 la expansión sea del 3,9%, impulsada por sectores como el turismo y los puertos, así como por el pago de deudas atrasadas y la reactivación de proyectos de infraestructura.
En el ámbito geopolítico, BofA considera poco probable que las tensiones con Estados Unidos aumenten significativamente en los próximos meses. “Dejamos Panamá menos preocupados por las tensiones geopolíticas con el gobierno de EE.UU.”, señala el informe.

También menciona que existe margen para que el gobierno panameño busque soluciones creativas respecto al pago de peajes del Canal de Panamá por parte del ejército estadounidense, como la posibilidad de un reembolso a la Autoridad del Canal.
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En términos generales, BofA sostiene que los riesgos para la deuda panameña incluyen la posibilidad de un mayor déficit fiscal, una emisión de bonos superior a lo previsto, protestas sociales y el riesgo de que las tensiones geopolíticas afecten la confianza de los inversionistas.
Sin embargo, destaca que la combinación de reformas estructurales, avances en el sector minero y disciplina fiscal podría reducir la probabilidad de una segunda degradación crediticia o, al menos, retrasar su posible impacto en los mercados.