Dólar se fortalecería con impuestos a remesas en países más dependientes en Latinoamérica

En caso de mayores impuestos a las remesas en EE.UU., los migrantes podrían recurrir a ciudadanos estadounidenses, criptomonedas o redes informales para enviar dinero, lo que podría fomentar el mercado negro.

Un cambista cuenta billetes de quetzal y dólar estadounidense en la Ciudad de Guatemala, el viernes 31 de marzo de 2023. Fotógrafo: Camilo Freedman/Bloomberg.
13 de junio, 2025 | 07:00 AM

Bloomberg Línea — La propuesta de adoptar un impuesto del 3,5% al envío de remesas en EE.UU. podría generar depreciación en las monedas de países en Latinoamérica ante una menor entrada de dólares e impactar el consumo, especialmente en los países centroamericanos y caribeños más dependientes a estos flujos de dinero.

El plan de Donald Trump de tasar las remesas forma parte del paquete legislativo denominado “The One, Big, Beautiful Bill”, que fue presentado por la Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes el pasado 12 de mayo, e incluye una serie de medidas como recortes de impuestos, eliminación de tributos a las propinas y al trabajo extra.

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Citi (C) calcula que el impuesto podría reducir el flujo de remesas entre 5% y 10%, lo cual pondría presión sobre las cuentas externas y las monedas de países receptores. Y si se añade el efecto de menores remesas futuras como consecuencia de la política de deportación de personas indocumentadas en EE.UU., el efecto puede ser mayor.

“Si se diera una reducción significativa (en las remesas), esto podría causar presiones en los mercados cambiarios de Centroamérica, especialmente, dado que el flujo de divisas representa un porcentaje importante del PIB”, dijo a Bloomberg Línea Mauricio Monge, economista de Oxford Economics.

Ver más: Remesas bajo presión: alternativas fintech y cripto para amortiguar el impuesto de Trump

De acuerdo a un reporte de esa firma consultora, el crecimiento de las remesas se ha acelerado desde finales de 2024, impulsado por las políticas antiinmigración del presidente estadounidense, Donald Trump.

Oxford Economics explica que, si el Senado aprueba el nuevo proyecto de ley, las remesas aumentarían aún más en 2025 antes de que entre en vigor el nuevo impuesto en 2026, aunque algunos mercados como México ya están experimentando un choque en los flujos ante una combinación de factores.

En caso de mayores tasas a las remesas, los migrantes podrían recurrir a ciudadanos estadounidenses para hacer los envíos, criptomonedas o redes informales para enviar dinero, lo que podría fomentar un mercado negro.

El economista en jefe para América Latina de Citi, Ernesto Revilla, dijo que, paradójicamente, si el impuesto incrementa la informalidad, pero no logra reducir el flujo de remesas, “entonces se esperaría un menor o nulo impacto sobre las economías latinoamericanas y sus monedas”.

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Remesas actúan como estabilizadores del tipo de cambio

“Las remesas no son simples transferencias personales, sino un pilar del ingreso externo en varias economías latinoamericanas”, dijo a Bloomberg Línea Paula Chaves, analista de Mercados de la firma HF Markets. “Actúan como estabilizadores del tipo de cambio y sostienen tanto la liquidez financiera como la demanda interna, especialmente en países donde superan el 20 % del PIB”.

En un contexto de alta inflación, la analista Chaves considera que una caída en estos flujos sí podría generar una fuerte depreciación cambiaria, dificultando el equilibrio macroeconómico.

Esto elevaría el riesgo fiscal y cambiario, impactando las primas soberanas, la deuda local y la estabilidad de los mercados. "Si bien EE. UU. tiene derecho a definir su política fiscal, debe considerar el efecto sistémico de sus decisiones sobre la región", consideró Chaves.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la relación entre el PIB y las remesas alcanzó el 2,3% en Latinoamérica en 2024, ligeramente menor al 2,5% observado el año anterior y en los últimos 5 años.

Ver más: Los detalles del nuevo proyecto de ley presupuestario de Trump

Las remesas como proporción del PIB 2024 fueron del 9,2% en los países del Caribe, mientras en México fueron del 3,2% y en Sudamérica del 0,7%.

En la región, los países más dependientes a las remesas el año pasado fueron Jamaica (16,8%), Haití (18,2%), Guatemala (19,5%), El Salvador (23,5%), Honduras (25,9%) y Nicaragua (27,6%).

El banquero y empresario hondureño Lenín Palencia dijo a Bloomberg Línea que, al reducirse el ingreso de dólares, los bancos centrales enfrentarán una menor oferta de divisas, lo cual presiona al alza el tipo de cambio. “Esto encarece las importaciones, eleva la inflación y reduce el poder adquisitivo de los hogares más vulnerables”.

“En medio de todo esto hay una verdad que tenemos que aceptar y enfrentar los latinoamericanos, que es lo inaceptable que nuestras economías tengan alta dependencia de las remesas familiares, lo cual es un signo de alarma de modelos económicos fallidos que impulsan la migración dada la falta de empleo y seguridad”, consideró Palencia.

En lo que va corrido del año, las monedas más depreciadas frente al dólar entre la principal cesta de divisas en la región son el peso argentino (12,74%), el lempira hondureño (2,68%) y el guaraní paraguayo (-2,01%).

Aunque en terreno positivo, se aprecian en menor medida el quetzal guatemalteco (0,37%), el colón costarricense (0,99%), el sol peruano (3,21%) y el peso dominicano (3,73%), hasta las 4 p.m. ET del 11 de junio.

Posibles repercusiones económicas profundas

El ingreso de remesas familiares seguirá ocupando un papel preponderante en la economía de varios países de la región.

El proyecto fiscal de Trump, que según el presidente “posiblemente es la legislación más importante que se haya firmado en la historia” de EE.UU., define su futuro en el Senado.

Bloomberg indicó que es posible que en el Senado se mantengan las extensiones de los recortes de impuestos implementados durante el primer mandato del presidente, pero que las nuevas medidas fiscales y de gasto sufran alteraciones.

Según advirtió Bank of America (BAC) en un reciente análisis económico, la desaceleración en los flujos de remesas provenientes de Estados Unidos representa un riesgo creciente para el consumo privado en México.

En abril, las remesas cayeron en México un -12,1% interanual, una caída que el banco atribuye parcialmente a efectos de calendario, aunque advierte que la tendencia va más allá de factores estacionales.

“Incluso el promedio móvil de tres meses muestra una desaceleración importante, con una contracción de -3,9% interanual”, señala el informe.

El banco estima que las remesas en ese país caerán 2,2% en 2025 y advierte que su impacto sobre el consumo podría ser mayor al esperado.

Imponer impuestos a las remesas también se traduciría en un mayor coste de transacción en el envío de divisas por parte de los migrantes a sus países de origen.

Según Oxford Economics, la implementación del impuesto se sumaría a las actuales comisiones del 5% al 10% que cobran los proveedores tradicionales de remesas, “lo que encarecería el envío de remesas, especialmente para los migrantes de Centroamérica y el Caribe, quienes envían entre el 10% y el 53% de sus ingresos al extranjero”.

En consecuencia, Paula Chavés, analista de Mercados de HF Markets, dice que eso provocará no solo una disminución en la abundancia de dólares y un incremento en su valor, sino que también generaría un deterioro de las economías.

Esto podría llegar a suponer incluso una contracción del PIB en algunos casos, debilitando la percepción de la economía y por ende de su moneda.

De lado empresarial, Carlos Villalobos, cofundador de la fintech salvadoreña que habilita el acceso a crédito a pymes Ábaco, dice que la imposición de un impuesto sobre las remesas enviadas desde EE.UU. hacia el exterior puede parecer un tema migratorio o fiscal, pero “sus repercusiones económicas en América Latina serán profundas”.

Según el ejecutivo, “las remesas no solo sostienen el consumo de millones, sino que también actúan como una fuente secundaria de liquidez en economías con acceso limitado a financiamiento”.

Además, dice que una reducción en estos flujos implicará menor capacidad de consumo, lo que a su vez afectará directamente los niveles de producción local.

“Esto se traduce en compras B2B menos frecuentes o de menor monto para muchas pymes. En Ábaco, donde financiamos las cuentas por cobrar de estas empresas, prevemos un encarecimiento del capital y un aumento en la percepción de riesgo, lo que presionará aún más las condiciones de financiamiento en la región”, apuntó Villalobos.

Ver más: Las remesas caen: BofA alerta por el impacto que tendrá en la economía mexicana

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