Bloomberg Línea — América Latina se prepara para un octubre y noviembre cargado de definiciones políticas con potencial impacto en los mercados financieros de la región. En un contexto de creciente atención por parte de inversionistas globales, varios países enfrentan procesos electorales clave que podrían redefinir el rumbo económico de mediano plazo.
Este domingo, Argentina celebra elecciones legislativas nacionales en las que el presidente Javier Milei busca consolidar su poder en el Congreso. Ese mismo día, en Colombia, la coalición oficialista Pacto Histórico llevará a cabo sus consultas internas para definir candidatos presidenciales y al Legislativo.
Tres semanas después, el 16 de noviembre, Chile irá a las urnas para elegir presidente, senadores y diputados. Estas tres elecciones, que se desarrollan en medio de una valoración atractiva de los activos latinoamericanos, han reactivado entre gestores internacionales el debate sobre un posible trade electoral regional.
Aunque no todos coinciden en su alcance, la pregunta central es si estos procesos pueden generar un giro sostenido hacia políticas más ortodoxas y liberar valor en bolsas que llevan años estancadas.

“Es muy importante el ciclo político que viene. Hay una tesis de inversión que muchos de afuera se han preguntado y es quién puede ser la próxima Argentina, en términos de lograr un éxito bursátil”, explicó Felipe Campos, gerente de Inversión y Estrategia de Alianza Valores y Fiduciaria.
La tesis del trade electoral
Los mercados latinoamericanos han vivido un 2025 particular, con incrementos superiores a más de 50% en su medición en dólares. Bolsas como la colombiana, la chilena y la brasileña han subido hasta 54% en lo que va del año y algunos analistas han incorporado la tesis de que los inversionistas han anticipado un giro a la derecha en las elecciones que se vienen.
Lo hacen tras el caso que registró la bolsa argentina, luego de que el Merval subiera más de 170% el año pasado tras la victoria en las presidenciales de Javier Milei.
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“El caso de Javier Milei en Argentina reavivó el apetito por reformas estructurales y generó un rally propio, bonos y acciones al alza, con un tipo de cambio aún volátil, pero sin imponer una narrativa regional“, explicó Emanoelle Santos, analista de XTB Latam.
Por eso, con el nuevo ciclo electoral de 2025-2026, varios analistas coinciden en que los mercados comenzaron a anticipar un posible cambio de tono político.
“La pregunta es qué países pueden girar a la derecha y proponer algo similar a lo de Argentina, o por lo menos políticas más ortodoxas de las que se están viviendo ahora. Entonces, es muy importante toda esta línea de eventos, las dos elecciones del 26 de octubre y ya la primera vuelta de Chile”, añadió Campos.

Para Felipe Sepúlveda Soto, analista jefe de Admirals Latinoamérica, “más que un patrón uniforme, lo que se observa es un efecto contagio de confianza: una Argentina estable y predecible puede irradiar optimismo a sus vecinos, mientras que un escenario de conflicto político podría reforzar la prudencia inversora en toda la región”.
“Los comicios de este domingo no solo definirán el grado de gobernabilidad de Javier Milei, sino también el tono con el que los inversores internacionales evalúan el riesgo latinoamericano”.
Felipe Sepúlveda, analista jefe de Admirals Latinoamérica
No obstante, desde un enfoque táctico, Santos coincide en que “si bien puede haber coincidencias cuando el mercado percibe un giro pro-mercado, el precio final se determina caso por caso”.
La analista aseguró que desde febrero, varios gestores internacionales venían anticipando movimientos preelectorales, “aunque bajo una lógica muy específica por país y no motivada por afinidades ideológicas generalizadas”.
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Santos destacó que tanto el rally del IPSA en Chile como el máximo histórico del Msci Colcap en Colombia han sido impulsados “mayoritariamente por catalizadores internos como valuaciones descontadas, flujos locales y una dinámica corporativa activa”.
El impacto político según el escenario electoral
En Argentina, los mercados descuentan escenarios con fuerte sensibilidad al resultado legislativo. Felipe Barragán, estratega de Pepperstone, advierte que “un revés electoral que debilite la base legislativa del oficialismo reavivaría la incertidumbre política y las dudas sobre la viabilidad de las reformas estructurales”.
Según el analista, “es muy difícil que bajo ese escenario el esquema de bandas cambiarias sobreviva a la era postelectoral, lo que podría forzar un ajuste cambiario mayor y con ello un deterioro de las expectativas inflacionarias”.

En contraste, un resultado favorable para Milei podría fortalecer los activos argentinos. “La reacción más probable sería un rally de activos argentinos, con incrementos en acciones y una menor prima por riesgo soberano”, proyecta Barragán.
Chile, por su parte, llega a la primera vuelta con un escenario polarizado. Jeannette Jara y José Antonio Kast lideran las encuestas, mientras que Evelyn Matthei está en el tercer lugar. La elección se da en medio de una reinstauración del voto obligatorio, una economía con bajo crecimiento y demandas por mayor seguridad.
En Colombia, la consulta del Pacto Histórico servirá como termómetro del oficialismo rumbo a las elecciones presidenciales de mayo de 2026, aunque el proceso ha enfrentado líos jurídicos.
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“Las elecciones pueden generar para Chile que la moneda se regrese al piso de antes de las elecciones de Gabriel Boric y para Colombia si se puede romper el piso preelectoral y postelectoral, que fueron los COP$3.750”, dijo Campos.
Sin embargo, para Santos, estos episodios electorales funcionan más como señales de tono que como motores sostenidos de flujos hacia la región. “El efecto arrastre de Argentina sobre sus vecinos existe a nivel de sentimiento, pero rara vez define tendencias sin validación local”, sostuvo.
“Desde un enfoque operativo, el ciclo electoral 2025–2026 se juega a través de una estrategia de selección por país y por acciones: Chile presenta el panorama más claro si se confirma un giro pro-negocios, mientras que Colombia es un trade más selectivo, condicionado por encuestas e institucionalidad. En tanto, Argentina, aunque seguirá ofreciendo titulares de alto impacto, podría continuar con una transmisión volátil y limitada hacia el resto de los mercados de la región".
Emanoelle Santos, analista de XTB Latam
Sumado a esto, Martín Castellanos, economista en jefe del Instituto de Finanzas Internacionales para América Latina, advierte que hay que tener en cuenta que “en muchos de los casos el mandato popular para hacer grandes cambios no va a estar tan claro” por la cantidad de votos que obtenga el ganador y finalmente las transformaciones “pueden llegar a ser bastante graduales”.

Entre el entusiasmo y la cautela
No todos los inversores comparten la tesis del “trade electoral”. Durante una entrevista en agosto con Bloomberg Línea, Benjamín Souza, director de inversiones de BlackRock, consideró que “es demasiado temprano para estar especulando sobre outcomes electorales”.
Según el ejecutivo, el repunte en algunos mercados no se explica tanto por las urnas, sino porque “los inversionistas globales voltearon a ver unos mercados ‘sedientos de inversión’, con activos baratos”.
También en agosto, Alejo Czerwonko, de UBS, advirtió que “invertir en un país apostándole a un auge electoral, hoy por hoy, es muy difícil de hacer”.
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Aunque reconoció que “ese llamado trade electoral puede estar incorporando en las acciones de Chile y Colombia”, sostuvo que “los cambios pueden llegar a ser bastante graduales (...), vamos a seguir viendo congresos muy fragmentados”.
La gestora británica Ashmore también abordó el ciclo electoral regional en un evento con clientes a principios de este mes. En esa instancia, sus analistas destacaron que si se miran los datos “el mercado empieza a reaccionar antes de las elecciones, algo así como 12 meses antes, pero definitivamente seis meses antes en la recta final”.
A su vez, remarcaron que “es muy difícil que los regímenes de centro e izquierda permanezcan en el poder”, aunque advirtieron que “los inversores locales ya han pasado por estos ciclos y saben que incluso cuando hay cambio político, los frutos de las reformas no se cosechan de inmediato”.

Con relación a Colombia, desde Ashmore señalaron que “el déficit fiscal es particularmente alto” y que, si bien el peso colombiano se ha visto sostenido por flujos externos y emisiones en moneda extranjera, “el resultado electoral es extremadamente incierto”.
En el caso chileno, apuntaron que el mercado ya había internalizado una victoria de Kast, pero que “como siempre, la candidata de izquierda, Jeannette Jara, está subiendo en las encuestas”, lo que añade volatilidad.
Santos considera que, en este caso, la primera vuelta llegará con buena parte del rally ya descontado por el mercado, con un IPSA ya fortalecido y una prima política comprimida desde antes.
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“En Colombia, las primarias del 26 de octubre marcan el comienzo del ciclo electoral rumbo a las presidenciales del 31 de mayo de 2026, donde pesarán más variables como la aritmética entre Ejecutivo y Congreso, la trayectoria fiscal y la reacción del peso”, añadió la analista.
Para Campos, en ciclos anteriores, como el de la primera “marea rosa” en América Latina, los mercados respondieron inicialmente con volatilidad y depreciación de las monedas, seguidas por una recuperación cuando los contrapesos institucionales se mantuvieron firmes.
Ahora, podría haber otro giro: tras varios años de gobiernos de izquierda, la región enfrenta la posibilidad de un nuevo cambio de rumbo. La incógnita para inversores es si Chile y Colombia, como antes lo hizo Argentina, están en condiciones de capitalizarlo y liberar valor acumulado.









