Bloomberg Línea — Una mayor interoperabilidad entre las bolsas de valores de Chile, Colombia y Perú podría marcar un punto de inflexión en la evolución de los mercados de capitales andinos. Esa es la principal conclusión de un estudio elaborado por la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez presentado esta semana.
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El informe plantea que la consolidación de un mercado bursátil regional no sólo puede atraer mayor inversión extranjera, sino también convertirse en un instrumento para dinamizar el crecimiento económico.
La iniciativa de integrar estos tres mercados, bajo el holding bursátil Nuam, es una de las pocas estrategias regionales de integración financiera con proyección operativa en América Latina.
En conjunto, los tres países suman una capitalización bursátil aproximada de US$450.000 millones, pero con niveles de inversión extranjera muy por debajo de los estándares internacionales.
En Colombia, por ejemplo, la participación de no residentes en acciones equivale a apenas 10% del PIB, comparado con más del 60% en economías como Finlandia, Suecia o Estados Unidos.

Rezago financiero
Chile, Colombia y Perú comparten una característica estructural: el financiamiento empresarial vía mercado de capitales es bajo en comparación con economías de ingreso medio-alto.
En Colombia, el financiamiento vía acciones y bonos equivale al 24% del PIB, muy por debajo del 90% observado en países de alto ingreso. En México, por ejemplo, este indicador ya supera el 30%.
“Chile, Colombia y Perú han visto tasas de crecimiento significativamente inferiores a las observadas en otros países con niveles de ingreso comparables que han logrado transitar hacia mayores niveles de desarrollo”, advierten los autores, Kevin Cowan y Pablo García. “Avanzar en el cierre de las brechas existentes en el desarrollo financiero podría contribuir decisivamente a reactivar el crecimiento”.
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La propuesta de integración no se limita a compartir infraestructura bursátil, sino que busca crear un mercado más amplio, con mayor liquidez y menor concentración.
“Al consolidar un mercado de capitales regional más profundo, líquido y eficiente, se facilita el acceso a economías de escala, lo que beneficia a emisores e inversionistas”, señala el estudio.
Esto permitiría reducir los costos de transacción, mejorar la formación de precios y aumentar el atractivo para inversionistas institucionales.
“Las experiencias internacionales, como en Europa y Estados Unidos, muestran que mercados más amplios tienden a generar mejoras en liquidez y costos de transacción”, agregan los investigadores.
El éxito de la integración, sin embargo, depende de atraer capital global. “Los datos comparativos muestran que Chile, Colombia y Perú están significativamente por debajo de economías como Australia, Canadá e incluso Brasil y México en su capacidad para atraer inversión extranjera en acciones”, explica Cowan. “La integración de nuestras bolsas puede ayudar a competir efectivamente por capital global y diversificar fuentes de financiamiento”.

Uno de los síntomas de la fragilidad actual es la caída sostenida en nuevas emisiones. Chile, por ejemplo, ha registrado sólo cuatro ofertas públicas iniciales (OPI) en la última década, mientras que en Asia los mercados mantienen una rotación activa, con colocaciones frecuentes tanto en renta fija como en renta variable.
Inclusión financiera: el rol de las pymes
Uno de los ejes del informe es la importancia de mejorar el acceso de las pequeñas y medianas empresas al financiamiento. Actualmente, las pymes enfrentan barreras estructurales como la informalidad, la falta de garantías o la escasa información financiera. “Una de las causas estructurales de la baja productividad en América Latina es la dificultad que enfrentan las empresas más productivas para escalar”, afirma el documento.
Los autores dicen que la integración regional podría facilitar el desarrollo de mecanismos específicos, como fondos de deuda, bonos pyme o plataformas de negociación alternativas, que permitan canalizar recursos hacia firmas con potencial de crecimiento. “El mercado de capitales juega un rol directo en el financiamiento de grandes empresas, pero también desempeña un papel indirecto en canalizar recursos hacia las pymes”, señala el estudio.
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En Colombia, la brecha de financiamiento para pymes equivale al 14% del PIB, mientras que en Perú asciende al 4,7%. Además, el 20% de las empresas en Colombia reporta dificultades de acceso al crédito, según el Banco Mundial. En América Latina, el promedio de pymes que identifica la falta de financiamiento como una barrera es de 22%, comparado con menos del 10% en la OCDE.
Obstáculos regulatorios
El informe también detalla las limitaciones que podrían frenar el proceso de integración. Un primer reto es la falta de convergencia regulatoria. “Chile aún carece de un código formal de gobierno corporativo, y Perú y Colombia no han adoptado plenamente los estándares internacionales de revelación ESG”, advierten los autores.
En infraestructura, la fragmentación institucional dificulta alcanzar eficiencias operativas. En Chile existen múltiples entidades de liquidación y compensación; en Perú, directamente no hay cámaras de compensación. Esta disparidad limita la posibilidad de integrar sistemas que reduzcan costos y mejoren el uso de colaterales.

Además, se señala que la falta de un respaldo político sostenido puede comprometer el avance de la iniciativa. “A diferencia de la zona euro, donde este proceso fue respaldado por un proyecto político, ha resultado complejo consolidar una agenda de largo plazo en el marco de la Alianza del Pacífico”, afirma el estudio.
Reformas estructurales
García sintetiza el valor estratégico de integrar los tres mercados, pero dice que aún hay camino por recorrer. “Nuestra investigación demuestra que un mercado de capitales integrado podría actuar como un verdadero catalizador del crecimiento en la región. No se trata sólo de una reforma financiera; estamos hablando de una herramienta crucial para cerrar las brechas de productividad que han limitado el desarrollo de estos tres países durante décadas”, dijo.
El informe subraya que la integración debe entenderse como parte de un programa más amplio de reformas institucionales, tributarias, operativas y de gobernanza. “En esta agenda, la coordinación público-privada será esencial para promover una mayor inclusión financiera, mejorar el acceso al financiamiento para las pymes y fortalecer la resiliencia de los sistemas financieros locales”, agregan.
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Como dato final, el estudio recuerda que en países de ingreso medio el financiamiento de empresas vía mercado de capitales ha pasado de 5% del PIB en 1990 a casi 30% en 2022, mientras que en países de alto ingreso llega a 90%, acercándose al 80% del crédito bancario. En América Latina, esa transición sigue rezagada.









