La pesada carga de la deuda pública: grandes economías tienen más presión en Latinoamérica

América Latina arrastra una deuda pública heterogénea y costosa de financiar. Aunque solo tres países superan el 80% del PIB, el principal riesgo está en el alto costo del crédito y la débil credibilidad fiscal.

Real brasileño se debilita por incertidumbre sobre recortes de gastos
16 de julio, 2025 | 07:00 AM

Bloomberg Línea — América Latina arrastra una pesada carga de deuda pública que se hace más difícil de gestionar por el alto costo de financiación que enfrentan las economías latinoamericanas en comparación con otros mercados desarrollados.

Tres de las mayores economías de la región muestran niveles de deuda pública en términos brutos por encima del 80% del PIB: Brasil, Argentina y Bolivia, según cifras del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), la asociación global del sector financiero.

PUBLICIDAD

“En el resto del continente los ratios están bastante por debajo de los niveles críticos”, dijo a Bloomberg Línea el economista del IIF, Jonathan Fortun. “En algunos casos por decisión política. En otros, por falta de acceso”.

La deuda global creció en US$7,5 billones en el primer trimestre de 2025 y superó, por primera vez, el umbral de US$324 billones, según cifras del IIF.

En conjunto, países como Brasil, México, Argentina, Chile, Colombia y Perú sumaron cerca de US$3,6 billones en deuda, lo que representa aproximadamente el 1,11% del endeudamiento global.

“Hasta la pandemia las finanzas públicas en Latinoamérica estaban ordenadas. La pandemia llevó a un aumento del gasto/deuda, que, en combinación con tasas de interés crecientes, llevaron a algunos países a tener niveles de deuda a PBI más altos”, dijo Fernando Baer, economista en la firma Quantum Finanzas. “Pero no diría que la región está en problemas o que la deuda se descarriló. Las primas de riesgo siguen siendo muy bajas para refinanciarla”.

La deuda pública bruta es el conjunto total de obligaciones financieras que un Estado ha contraído con acreedores, tanto internos como externos, con el fin de financiar el gasto público.

Ver más: Deuda global marca récord: esto aportan países como Argentina, México o Colombia

La reforma fiscal estadounidense ha desatado una nueva ola de preocupación sobre la sostenibilidad de la deuda pública en economías avanzadas.

PUBLICIDAD

“La discusión ha rebotado de forma natural hacia otras regiones. América Latina vuelve a ser parte de la comparación”, según Fortun.

El análisis comparativo exige ir más allá del número. No se trata solo del cociente deuda sobre PIB. Se trata de credibilidad institucional. De estructura de pasivos. De instrumentos de cobertura. De gobernanza fiscal. Y en ese terreno América Latina sigue expuesta. No por exceso, sino por fragilidad.

Jonathan Fortun, economista de IIF.

En todo caso, para Fortun, los datos muestran que la región no se está moviendo en paralelo con EE.UU., sino que va en otro eje.

Estados Unidos está entrando en una fase donde el déficit primario converge hacia el 7% del PIB y la deuda neta federal se proyecta por encima del 170% del PIB en la próxima década.

El mercado tolera este comportamiento por ahora porque la moneda sigue siendo la referencia global.

“Pero el debate político interno ha convertido la deuda en un tema visible. Y esa visibilidad ha obligado a mirar afuera, a comparar”, dijo Fortun. “La conclusión es clara. América Latina no enfrenta una crisis de deuda generalizada, pero sí una heterogeneidad profunda en términos de exposición. El riesgo dominante no es el nivel absoluto, sino el costo del financiamiento y la calidad del ancla fiscal”.

Los riesgos de un alto endeudamiento público

Los esfuerzos de Javier Milei por fortalecer el peso han reducido la demanda de dólares en Argentina.

Consultada por Bloomberg Línea, la académica y economista Clara Inés Pardo advierte que el alto endeudamiento público en América Latina puede tener efectos nocivos si no se gestiona adecuadamente, ya que presiona las finanzas públicas, limita la inversión en áreas clave y aumenta la vulnerabilidad frente a choques externos.

Aunque endeudarse no es necesariamente negativo -si se utiliza para invertir en proyectos productivos y temporales- “el problema surge cuando el endeudamiento es estructural, persistente y mal administrado, ya que compromete la estabilidad económica y el bienestar de las generaciones futuras”.

Entre los riesgos, menciona menor crecimiento, desincentivo a la inversión, inflación y pérdida de confianza en las instituciones.

A nivel social, alerta sobre “recortes en gasto social que afectan especialmente a los sectores más vulnerables” y posibles crisis de legitimidad.

Ver más: Banco Mundial cree que Latinoamérica debe repensar modelo de crecimiento tras “siglo perdido”

El respaldo de la deuda

En contraste a mercados latinoamericanos, Pardo dice que Estados Unidos ha podido sostener altos niveles de deuda gracias a la solidez institucional y el financiamiento en su propia moneda.

De ahí que una lección clave para la región sea que “la confianza institucional importa” y que “endeudarse no es negativo si se hace con un propósito claro, retornos sociales o económicos esperados, y dentro de un marco fiscal responsable”.

EE.UU. ha usado deuda para financiar grandes innovaciones, infraestructura, rescates financieros y programas sociales (como Medicare o estímulos COVID). La clave es usar la deuda para inversión productiva o estabilización cíclica, no para gastos corrientes o clientelismo político

Clara Inés Pardo, economista y académica

El acceso a financiamiento en moneda propia es clave: EE.UU. emite deuda en su propia moneda (el dólar), que además es moneda de reserva mundial y esto le permite financiarse con tasas bajas, y evita el riesgo de tipo de cambio.

En el caso de Latinoamérica, que depende en gran parte de deuda en dólares o euros, esto la hace mucho más vulnerable a shocks cambiarios. “Desarrollar mercados de deuda local en moneda nacional debería ser prioridad”, según la académica.

Además, EE.UU. tiene una economía grande y diversa, lo que le permite absorber mejor el peso de la deuda (aunque no indefinidamente) y el crecimiento del PIB ayuda a mantener estable la relación deuda/PIB.

En este sentido, Pardo considera que el crecimiento económico sostenido es el mejor aliado para que la deuda sea sostenible. “En América Latina, el estancamiento hace más peligroso el endeudamiento crónico”, dijo.

La deuda en los países de Latinoamérica

Avenida Paulista

Brasil presenta la deuda bruta más alta entre las economías grandes de Latinoamérica en relación con el PIB, con cerca de un 89%.

El sistema brasileño ha evolucionado hacia un régimen en el que la deuda se financia principalmente en moneda local y los riesgos están más ligados al costo del servicio que al acceso.

“La carga de intereses ha crecido con fuerza en los últimos trimestres y el debate sobre el marco fiscal ha perdido consistencia. El problema no es solo el tamaño de la deuda, es el costo político de anclarla”, dijo Fortun.

Argentina combina un ratio elevado con una estructura frágil: alto peso de deuda en moneda extranjera, concentración en manos del Banco Central (BCRA) y una carga cuasi fiscal significativa.

Las cifras oficiales ubican la deuda bruta en torno al 85% del PIB, de acuerdo a cifras recopiladas por el IIF.

Según explica el economista del IIF, “el balance del BCRA está dominado por letras remuneradas y por activos que no tienen liquidez inmediata. Al mismo tiempo, el Tesoro mantiene un esquema de subsidios y tipos de cambio múltiples que genera pasivos fuera del presupuesto”.

La deuda bruta se acerca al 82% del PIB en Bolivia, que mantiene un déficit fiscal estructural alto, con reservas internacionales en fuerte caída.

Las reservas internacionales han caído de forma drástica y el financiamiento se ha desplazado al banco central. La mayoría del crédito nuevo que recibe el Tesoro proviene de fuentes internas y no responde a condiciones de mercado.

Sobre Colombia Fortun dice que, si bien la reforma tributaria de 2022 mejoró ingresos, no resolvió presiones estructurales. En la actualidad, el país tiene un ratio cercano al 67%.

Fuentes como José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda colombiano (2022-2023) y excodirector del Banco de la República (2017-2019), creen que es “inevitable” que el próximo Gobierno tenga que hacer una reforma tributaria.

México, con una deuda del 58% del PIB, enfrenta riesgos contingentes por Pemex, cuyos pasivos financieros y operativos representan una exposición directa para el soberano, pese a sucesivas inyecciones fiscales.

Mientras en Washington se debate cómo cerrar la brecha, América Latina opera con márgenes más estrechos y menor tolerancia del mercado. Esa es la paradoja. El mundo se alarma por la deuda estadounidense mientras los países latinoamericanos pagan tasas más altas por cifras más bajas.

Jonathan Fortun, economista de IIF.

Chile y Perú presentan los niveles más bajos entre las economías grandes de la región, con ratios por debajo del 40%.

Estos países han emitido deuda para cubrir déficits temporales sin comprometer su sostenibilidad.

Aun así, existen pasivos contingentes derivados de contratos de infraestructura y garantías explícitas que podrían activarse bajo escenarios de estrés.

En Centroamérica, los niveles de deuda varían entre las distintas economías: mientras El Salvador registra una deuda cercana al 79% del PIB, en Costa Rica ronda el 60%.

Panamá se sitúa en torno al 59% del PIB, un nivel que, si bien es más bajo que sus pares, viene acompañado de compromisos fuera de balance, ligados a concesiones y APP.

Guatemala, Honduras y Nicaragua presentan niveles más bajos, entre el 28% y el 37% del PIB, reflejando restricciones de acceso al crédito y menor profundidad de sus mercados locales.

En la región, el principal desafío no es solo el nivel de deuda, sino la debilidad institucional de los marcos fiscales y la alta dependencia del financiamiento multilateral.

Ver más: Dólar pierde fuerza como refugio y cambia el panorama para monedas de Latinoamérica: BBVA

PUBLICIDAD