Bloomberg — Los amantes del café que esperaban un alivio rápido de unos precios históricamente altos podrían tener que esperar más tiempo, ya que la esperada reducción derivada de un recorte de los aranceles estadounidenses aún no se ha materializado, según el tostador italiano Illycaffe SpA.
La empresa, conocida por el espresso de alta gama que se vende en latas plateadas y rojas, tiene previsto volver a subir los precios en enero tras dos incrementos este año, según declaró en una entrevista su CEO, Cristina Scocchia.
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El costo de los granos de café arábica se disparó hasta alcanzar un récord el mes pasado, cuando los aranceles estadounidenses sobre el principal exportador, Brasil, coincidieron con unas cosechas mediocres en todo el mundo. Los precios han bajado ligeramente desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, amplió las exenciones arancelarias para el café brasileño, pero siguen en niveles históricamente altos.
“Hay un límite a cuánto puede absorber una empresa un nivel de precio del café verde, que es tan insalubremente alto”, dijo Scocchia, refiriéndose al aumento de los costes del grano sin tostar. “Aumentaremos el precio en todos los países y en todos los canales”.
Es probable que los movimientos de Illycaffe sean igualados por otros tostadores, porque los precios al consumo aún están poniéndose al día con los costos de los productos básicos. Cualquier subida de los precios del café en las estanterías de los supermercados tiende a retrasarse “muchos meses” o a veces incluso un año, según Carlos Mera, jefe de investigación de mercados de materias primas agrícolas de Rabobank. Espera ver más subidas de precios en los próximos meses.
Illycaffe predice que los precios del grano sin tostar se estabilizarán entre US$2,80 y US$3 la libra en la segunda mitad de 2026, lo que sigue estando por encima de la media de los últimos cinco años.
“Esperábamos una caída mucho más drástica”, dijo Scocchia en una entrevista telefónica. La industria del café se enfrenta a una situación “muy, muy difícil” debido a los precios persistentemente altos de los granos sin tostar, que ella atribuyó más a la especulación que a problemas reales de suministro.
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La empresa mantuvo su estrategia de abastecimiento en Brasil durante el periodo de vigencia de los aranceles estadounidenses, ya que cuenta con mezclas únicas que requieren el café del país. Ahora planea entrar en asociaciones de producción en EE.UU., que representa el 20% de su facturación.
Illycaffe ha intentado limitar el impacto en los consumidores absorbiendo una parte significativa del aumento de los costes dentro de sus márgenes, lo que ha ayudado a impulsar sus volúmenes de ventas. A pesar de los elevados precios, la demanda de café se ha mantenido resistente, y la empresa espera que el mercado siga creciendo a un ritmo de un solo dígito.
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