Bloomberg Línea — En una semana marcada por la expectativa de la próxima reunión de la OPEP+, los precios del petróleo han caído con fuerza y reabren el debate sobre la evolución del mercado energético en el cuarto trimestre y 2026.
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Pese a que el West Texas Intermediate (WTI) y el Brent se recuperan en la jornada del viernes acumulan una caída semanal de casi 8%, la más pronunciada desde junio con precios cercanos a los que registraba en mayo.
El retroceso ocurre justo cuando el grupo de productores liderado por Arabia Saudita y Rusia se apresta a decidir si acelera la reincorporación de barriles que fueron recortados durante 2023.
Las expectativas de un aumento adicional en la oferta han incrementado los temores de un escenario de sobreabundancia. Según Bloomberg, la OPEP aumentó su producción en 400.000 barriles por día en septiembre, al tiempo que Irak retomó exportaciones de crudo desde el Kurdistán vía Turquía. La Agencia Internacional de Energía prevé que el exceso de oferta podría alcanzar cifras récord en 2026 si se mantienen las actuales trayectorias de producción.
Este contexto bajista ha llevado a varias entidades financieras globales a revisar sus proyecciones. Desde Macquarie, los analistas aseguran que “como expectativa base, esto configura un escenario de exceso de oferta castigador en el periodo hasta fin de año y en el primer trimestre del próximo año”.
Además, anticipan que “el mercado se encontrará en un entorno de precios bajos durante más tiempo”, a menos que converjan factores como “precios más bajos que frenen la oferta no-OPEP, interrupciones de suministro, cambios en la política de la OPEP y tiempo que permita que el crecimiento de la demanda absorba el exceso”.
La firma no descarta que los precios del Brent caigan al rango de los US$50 por barril en los próximos trimestres si persiste el superávit. En términos de precios, Macquarie proyecta que “el West Texas Intermediate se proyecta en un promedio de US$57 por barril el próximo año, mientras que el Brent se ubicaría en US$57 en el primer trimestre de 2026 y en US$59 en el segundo trimestre”.
OPEP+, China y riesgos de recesión
La visión de Macquarie coincide con la de ING, donde los estrategas Warren Patterson y Ewa Manthey señalaron esta semana que su “balance muestra claramente que no se necesita suministro adicional. Esperamos que el mercado entre en un gran superávit en el cuarto trimestre y permanezca en superávit hasta 2026. Como resultado, esperamos que los precios del petróleo estén bajo una presión significativa durante el próximo año”.
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Citi coincidió con el panorama y su analista Eric Lee actualizó el precio objetivo. El experto indicó que tras la reciente caída del Brent a US$65, que cumplió su meta de corto plazo, recortó su previsión para los próximos meses.
“Revisamos nuestra perspectiva de precio a tres meses a US$60 para el Brent y US$57 para el WTI, en línea con nuestro pronóstico de promedio de US$60 para el primer trimestre de 2026”, sostuvo Lee.
El analista advierte que el superávit comenzará a hacerse más visible en los principales hubs de almacenamiento, una vez que disminuya el consumo estacional de crudo en Medio Oriente.

Por su parte, BCA Research también se muestra escéptico sobre un rebote sostenido del petróleo. “Sin recortes proactivos de producción por parte de la OPEP+, la política de oferta pasará a un segundo plano frente a la demanda como el principal motor cíclico de los precios del petróleo”, advirtió Roukaya Ibrahim, jefe de estrategia en la firma.
Desde esa óptica, el factor clave será la economía global. Ibrahim subraya que “una caída del crecimiento del PIB mundial real a 2% o menos coincide históricamente con una contracción del consumo mundial de petróleo”. Aunque el FMI proyecta un crecimiento de 2,8% para este año, la firma no descarta que se cruce el umbral del 2% en 2026.
Otro punto que analiza BCA es el rol de China, que ha incrementado sus importaciones de crudo. Sin embargo, matiza que “las importaciones crecientes de crudo de China están siendo impulsadas por la acumulación de reservas, más que por una mayor demanda de uso final”.
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Además, aclaran que “la acumulación más rápida de inventarios por parte de China, por sí sola, no es una razón suficiente para adoptar una visión más alcista sobre los precios del petróleo”.
El mercado también permanece atento al riesgo geopolítico, como un posible repunte de las tensiones entre Rusia y la OTAN. No obstante, Ibrahim señala que esos riesgos “son consideraciones tácticas, más que cíclicas” y mantienen una visión bajista sobre los precios en el mediano plazo.
Con la reunión de la OPEP+ programada para este domingo 5 de octubre, los inversionistas buscarán señales más claras sobre el ritmo de normalización de la oferta. Pero, por ahora, el consenso de mercado se alinea con un panorama de exceso de crudo y presión bajista.