Bloomberg — Decenas de organizaciones de ayuda humanitaria aseguran que la situación en Gaza es peor que nunca y que el hambre se está expandiendo, a lo que Israel responde responsabilizando a Hamás.
La crisis se exacerba en un momento en que Israel y Hamás contemplan una tregua, apenas dos semanas después de que la Unión Europea diera a conocer un acuerdo con Israel para incrementar el flujo de alimentos hacia Gaza.
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Según funcionarios de ambas partes, una de las principales disputas en las negociaciones por el alto el fuego se centra en la exigencia de Hamás de que se restaure la red de ayuda humanitaria administrada por la ONU que Israel marginó, con el argumento de que el grupo militante palestino estaba robando alimentos y medicinas.
La indignación mundial hacia el gobierno de Israel va en aumento ante las crecientes noticias sobre bebés desnutridos, niños en filas para recibir sopa y hombres peleándose por bolsas de harina.
Los médicos extranjeros que trabajan como voluntarios en Gaza afirman que ellos también pasan hambre y las agencias de noticias internacionales están retirando a su personal por temor a la hambruna.
“No hay ningún cambio real sobre el terreno”, declaró Médicos Sin Fronteras en un comunicado (MSF), refiriéndose al acuerdo del 10 de julio entre Israel y la UE. MSF y muchos otros grupos humanitarios acusaron a Israel de incumplir el acuerdo.
“Cada día sin un flujo constante significa que más personas mueren de enfermedades prevenibles”, declaró MSF. “Los niños mueren de hambre mientras esperan promesas que nunca llegan”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se sumó a la alarma.
“Los 2,1 millones de personas atrapadas en la zona de guerra que es Gaza se enfrentan a otra causa de muerte, además de las bombas y las balas: la hambruna”, declaró este miércoles el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Estamos presenciando un aumento mortífero de las muertes relacionadas con la desnutrición”.
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Estas acusaciones son una “campaña coordinada y guionada”, según el embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon.
Hamás, respaldado por Irán y que figura en las listas negras de terroristas de gran parte de Occidente, convocó este miércoles a protestas globales contra Israel “hasta que se levante el asedio y cese la hambruna”.
Treinta y tres palestinos han muerto de desnutrición en las últimas 48 horas, según el Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamás.
Más de 59.000 personas han muerto desde que comenzó la guerra en octubre de 2023, según el ministerio. Hamás desencadenó el conflicto con un ataque contra Israel que causó la muerte de 1.200 personas y la toma de rehenes de 250. Israel ha perdido más de 400 soldados en combates en Gaza.
Israel afirma que debe continuar la guerra hasta que los 50 cautivos restantes, de los cuales aproximadamente 20 se cree que siguen vivos, sean liberados. Está negociando una tregua de 60 días con Hamás que permitiría el regreso de 10 rehenes vivos y unos 18 fallecidos.
Durante el alto el fuego, las partes continuarían las conversaciones para poner fin a la guerra definitivamente y liberar a los últimos cautivos.
Disputa por ayuda
Al igual que otros funcionarios israelíes, Danon dijo que los problemas que existen en Gaza se deben a la falta de distribución en las zonas controladas por los palestinos.
“Es muy fácil para la ONU culpar a Israel de todo”, declaró Danon a la radio israelí Kan. “No hablan de los conductores que huyen y no están dispuestos a ir a todo tipo de lugares. No hablan del saqueo de Hamás”.
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Israel bloqueó el suministro de ayuda a Gaza a principios de marzo, poco antes de que se rompiera el alto el fuego iniciado en enero. Afirmó que era necesario para presionar aún más a Hamás y lograr su rendición.
En mayo, Israel permitió de nuevo la entrada de ayuda a Gaza a través de una nueva entidad respaldada por EE.UU., la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus silgas en inglés). Diseñada para impedir que Hamás recibiera ayuda, la Fundación se ha visto acosada por la controversia y el caos, con cientos de palestinos muertos por disparos cerca de los puntos de distribución.
La ONU y otros grupos afirman que la Fundación ha politizado el suministro de ayuda y que la cantidad que distribuye es insuficiente para satisfacer las necesidades de los gazatíes.
GHF e Israel cuestionan los informes de que los palestinos muertos o heridos cerca de los sitios de ayuda hayan sido alcanzados por su fuego, y en cambio culpan a Hamas.
El lunes, 26 países, incluidos el Reino Unido, Italia, Japón y Suiza, emitieron una declaración conjunta pidiendo a Israel que ponga fin a la guerra inmediatamente.
“El sufrimiento de los civiles en Gaza ha alcanzado nuevas cotas”, declararon. “El modelo de entrega de ayuda del gobierno israelí es peligroso, fomenta la inestabilidad y priva a los gazatíes de su dignidad humana. Condenamos la distribución de ayuda a cuentagotas y el asesinato inhumano de civiles, incluidos niños, que intentan satisfacer sus necesidades más básicas de agua y alimentos”.
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