Bloomberg — Las conversaciones comerciales entre Estados Unidos y China comenzaron en Londres, y Estados Unidos mostró su voluntad de eliminar las restricciones a algunas exportaciones tecnológicas a cambio de garantías de que China está flexibilizando los límites a los envíos de tierras raras.
Se espera que la reunión, que comenzó el lunes poco después de la 1 de la tarde hora local, se extienda hasta la tarde en Reino Unido y pueda reiniciarse el martes si es necesario.
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La administración Trump espera que “después del apretón de manos” en Londres, “se aliviarán todos los controles de exportación de EE. UU. y las tierras raras serán liberadas en volumen” por China, dijo a CNBC Kevin Hassett, jefe del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca.
Los comentarios de Hassett desde Washington fueron la señal más clara hasta el momento de que Estados Unidos está dispuesto a ofrecer esa concesión, aunque agregó que no incluiría los chips estadounidenses más sofisticados fabricados por Nvidia Corp. que se utilizan para impulsar la inteligencia artificial.
“No me refiero a los productos de gama alta de Nvidia”, dijo Hassett, añadiendo que no se levantarían las restricciones sobre los chips Nvidia H2O que se utilizan para entrenar servicios de IA. “Me refiero a posibles controles de exportación sobre otros semiconductores que también son muy importantes para ellos”.
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Las acciones estadounidenses oscilaron entre pequeñas ganancias y pérdidas, y las acciones chinas que cotizan en Hong Kong entraron en un mercado alcista, mientras algunos inversores expresaron su esperanza de que las conversaciones señalaran un enfriamiento de las tensiones comerciales.
La primera ronda de negociaciones desde que los equipos se reunieron hace un mes busca restablecer la confianza en que ambos países están cumpliendo los compromisos asumidos en Ginebra. Durante dichas conversaciones, Washington y Pekín acordaron reducir los aranceles agobiantes durante 90 días para tener tiempo de negociar maneras de abordar un desequilibrio comercial que la administración Trump atribuye a unas condiciones de competencia desiguales.
La confusión después de la reunión de Ginebra sobre el proceso de permisos de exportación de tierras raras de China, combinada con los límites de Estados Unidos a los envíos de tecnología y la reciente ofensiva de Washington sobre las visas de estudiantes chinos, subrayan la complejidad de los acuerdos entre China y Estados Unidos.
“Dejaron demasiadas cosas abiertas a la interpretación”, dijo Josh Lipsky, presidente de economía internacional del Atlantic Council. Estados Unidos y China “solo quieren volver a donde estaban en Suiza con algunos acuerdos más por escrito para entender realmente qué se licenciará, qué se permitirá y qué no”, añadió.
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Una llamada telefónica la semana pasada entre el presidente Donald Trump y su homólogo Xi Jinping pareció dar nuevo impulso para reactivar las conversaciones y alcanzar un acuerdo.
Llegan los delegados
El lunes, en Lancaster House de Londres (donde el ex presidente del Banco Central Europeo Mario Draghi pronunció su discurso “lo que sea necesario” en 2012), el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, y el representante comercial estadounidense, Jamieson Greer, se reunirán con una delegación china encabezada por el viceprimer ministro He Lifeng.
La incorporación de Lutnick, quien está a cargo de limitar la venta de tecnología avanzada, indica que Trump podría estar dispuesto a considerar revertir algunas de las restricciones que amenazan con obstaculizar las ambiciones de crecimiento a largo plazo de China, que van desde suministros tecnológicos hasta piezas de motores a reacción.

Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China se intensificaron este año tras el aumento de los aranceles a los productos chinos por parte de Trump, lo que provocó represalias por parte de Pekín. Esto ha generado dificultades en ambas economías, incluyendo distorsiones en los datos e incertidumbre para las empresas que intentan adaptarse a los cambios repentinos en la política comercial.
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Más temprano el lunes, las cifras del gobierno chino mostraron que las exportaciones aumentaron menos de lo esperado el mes pasado, ya que la peor caída en los envíos a Estados Unidos en más de cinco años contrarrestó la fuerte demanda de otros mercados.
En EE.UU., el crecimiento del empleo se moderó en mayo y las estimaciones de los meses anteriores se revisaron a la baja, lo que indica que los empleadores se muestran cautelosos ante las perspectivas de crecimiento. Los aranceles de Trump están generando incertidumbre y retrasos para los fabricantes estadounidenses, especialmente en el Medio Oeste, lo que afecta sus planes de inversión y producción.
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