Bloomberg — Estados Unidos revocó la autorización de Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. (TSM) para enviar libremente equipo esencial a su principal planta de chips en China, lo que podría limitar la capacidad productiva de la instalación de tecnología más antigua.
Funcionarios estadounidenses informaron recientemente a TSMC que pondrán fin a su estatus de “usuario validado final” (VEU, por sus siglas en inglés) para la planta de Nankín. La decisión replica las medidas adoptadas contra las instalaciones chinas de Samsung Electronics Co. y SK Hynix Inc. Las exenciones vencerán en unos cuatro meses.
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“TSMC ha recibido notificación del gobierno de EE.UU. de que nuestra autorización VEU para TSMC Nankín será revocada con efecto el 31 de diciembre de 2025”, informó la compañía en un comunicado.
“Mientras evaluamos la situación y tomamos las medidas pertinentes, incluyendo el diálogo con el gobierno estadounidense, seguimos plenamente comprometidos a garantizar la operación ininterrumpida de TSMC Nankín”.
La decisión de Washington pone en riesgo las operaciones en China de algunas de las empresas más importantes del sector de semiconductores, provenientes de dos potencias tecnológicas que además son aliadas de EE.UU.
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Aunque las autoridades aseguran que emitirán licencias para mantener operativas esas plantas, el paso de un permiso general a aprobaciones individuales añade incertidumbre sobre los plazos para obtener los permisos. Según fuentes al tanto, los funcionarios trabajan en mecanismos para aliviar la carga burocrática, en un contexto de fuerte acumulación de solicitudes pendientes.
A diferencia de Samsung y SK Hynix, que concentran una porción importante de su producción en China, la presencia manufacturera de TSMC en la segunda economía mundial es más reducida. La planta de Nankín comenzó a operar en 2018 y aportó solo una pequeña fracción de los ingresos totales de la firma el año pasado. El complejo alberga tecnología de hasta 16 nanómetros, disponible comercialmente desde hace más de una década.
La Oficina de Industria y Seguridad (BIS, por sus siglas en inglés) del Departamento de Comercio, que supervisa los controles de exportación de semiconductores, no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
La semana pasada, la BIS anunció la decisión sobre las dos compañías surcoreanas, señalando que buscaba cerrar “vacíos en los controles de exportación” que ponían a las firmas estadounidenses “en desventaja competitiva”.
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El organismo también eliminó formalmente el estatus VEU de Samsung y SK Hynix en el registro federal, así como el de una planta de Intel Corp. (INTC) en Dalian, ahora en manos de SK Hynix. Según la notificación oficial, esa medida obligará a procesar unas 1.000 solicitudes de licencia adicionales cada año.
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