Bloomberg — El cierre del gobierno de EE.UU., que ya alcanza su día 22, se ha convertido en el segundo más largo de la historia mientras persiste el estancamiento entre ambos partidos por la expiración de los subsidios de salud.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, tiene previsto viajar esta semana a Asia, por lo cual legisladores y asesores del Congreso dicen que es posible que el cierre se prolongue hasta noviembre y supere los 35 días del ocurrido durante el primer mandato de Trump.
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Una reunión el martes en la Casa Blanca entre Trump y senadores republicanos pareció reforzar la determinación del partido de negarse a negociar con los demócratas, quienes exigen como condición para reabrir el gobierno que el Congreso otorgue alivio a 22 millones de estadounidenses cuyos seguros médicos subirán de precio en enero.
“El mensaje ha sido muy simple: no seremos extorsionados por esta locura”, dijo Trump.
El líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, y su par en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, han pedido reunirse con Trump antes de su viaje a Asia, pero el presidente dijo el martes por la noche que solo hablará con ellos una vez que termine el cierre.
El Senado necesita al menos ocho votos demócratas para aprobar el proyecto de gasto temporal, que ya cuenta con el visto bueno de la Cámara y que expira el 21 de noviembre.
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El líder republicano en el Senado, John Thune, ha prometido públicamente a los demócratas una votación sobre la renovación de los subsidios ampliados del Obamacare una vez que el gobierno reabra. Pero los demócratas, escépticos de que la Cámara llegue a votar algo así, consideran que eso no es suficiente.
“En el fondo, eso no es un acuerdo, es un plan partidista que deja a los estadounidenses a la deriva”, dijo Schumer a la prensa.
Impacto económico
La interrupción económica del cierre se profundizará esta semana. Empleados civiles del gobierno federal, que recibieron un pago parcial a principios de mes, dejarán de percibir su primer salario completo este viernes.
La Casa Blanca también advirtió que podría no poder recurrir a maniobras contables extraordinarias —y potencialmente ilegales— para continuar pagando al ejército y evitar que la asistencia alimentaria federal se agote el próximo mes.
Anna Wong, economista jefe de EE.UU. en Bloomberg Economics, señaló que el cierre provocará un leve aumento temporal en la tasa de desempleo, que volvería al 4,3% cuando el gobierno reabra.
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Sin embargo, el efecto es particularmente severo en la región de Washington, con su alta concentración de empleados federales, contratistas, proveedores y pequeños negocios que no recibirán pago retroactivo.
Los republicanos de la Cámara de Representantes están fuera de Washington desde el 19 de septiembre, y el presidente de la Cámara, Mike Johnson, planea mantenerlos alejados del Capitolio durante el resto de octubre mientras persista el cierre. Johnson y sus aliados han dicho que no hay necesidad de cambiar ni una palabra del proyecto de ley provisional para atraer apoyo demócrata.
“No hay nada que negociar”, declaró Johnson el martes.
Johnson ha dicho que podría haber conversaciones hacia fin de año sobre los subsidios que expiran, pero los conservadores exigen concesiones, incluidas restricciones a los planes del Obamacare que cubren abortos y tratamientos para personas transgénero.
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Mientras tanto, la Casa Blanca ha amenazado con castigar aún más a los demócratas cancelando proyectos federales en estados de mayoría demócrata. Trump comparó al director de presupuesto, Russell Vought, con el poderoso villano de Star Wars, Darth Vader.
La oficina de presupuesto de la Casa Blanca ya ha cancelado o suspendido proyectos por US$28.000 millones en esas áreas y ha intentado despidos masivos en agencias nacionales como Educación, Salud y Servicios Humanos e Interior. Esos despidos han sido temporalmente bloqueados por un juez mientras se dirime si gastar dinero para realizar despidos masivos durante un cierre viola las leyes presupuestarias federales.
Estas medidas solo han fortalecido la postura de los demócratas, algunos de los cuales ahora exigen limitar los poderes de Vought en cualquier acuerdo para poner fin al cierre.
Conversaciones discretas entre moderados del Senado no han mostrado avances. Consultada el martes sobre si veía alguna salida al estancamiento, la senadora demócrata moderada Jeanne Shaheen, de New Hampshire, negó con la cabeza.
“Por ahora, ninguna”, respondió.
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