Bloomberg Línea — La cuenta regresiva para la toma de posesión del líder republicano Donald Trump ha comenzado y en el proceso el presidente electo de EE.UU. ha dejado ver que mantendrá un pulso fuerte en materia comercial, especialmente en relación con China, pero buscará alejarse de la confrontación directa.
El Congreso de Estados Unidos certificó este lunes 6 de enero la victoria electoral de Trump en una ceremonia que fue presidida por la vicepresidenta Kamala Harris.
El acto democrático fue retomado cuatro años después del ataque al Capitolio de EE.UU. por parte de simpatizantes de Donald Trump, que empañaron la certificación de la victoria de Joe Biden en 2020. No obstante, Trump ha prometido indultar a los condenados por el asalto, a quienes llama “patriotas”.
“La transferencia pacífica del poder es uno de los principios más fundamentales de la democracia estadounidense. Como hemos visto, nuestra democracia puede ser frágil”, dijo Harris en un video antes del acto.
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Según lo establece el calendario de sucesión presidencial en la Constitución, la toma de posesión está agendada para el lunes 20 de enero de 2025 en el Capitolio, en Washington D.C., a las 12:00 p.m. (hora del Este).
Donald Trump ha invitado de forma personal al mandatario argentino, Javier Milei, a su investidura como presidente de Estados Unidos. Asimismo, se espera la presencia del presidente de El Salvador, Nayib Bukele.
Según CNN, Trump también ha llamado al evento de posesión a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, con quien se reunió en días pasados en Mar-A-Lago, la residencia privada del presidente electo.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ya confirmó que asistirá a la toma de posesión de Trump y dijo que está “decidido a hacer todo lo posible para respetar la transferencia pacífica del poder y restaurar las tradiciones que hemos respetado durante mucho tiempo en Estados Unidos”.
En su discurso de victoria, Trump mencionó que buscará tener unas fuerzas militares fuertes, pero ha dicho que no quiere la guerra. “No voy a comenzar guerras, voy a terminar guerras”, expresó.
El republicano celebró una victoria que, según él, representa un hito histórico y un mandato sin precedentes otorgado por los estadounidenses. “Vamos a ayudar a nuestro país a curarse, nuestro país necesita ayuda urgente”, dijo.
Trump ha delineado su futuro Gobierno en los últimos meses
Desde su victoria en las elecciones del pasado 5 de noviembre, el mandatario electo ha trazado lo que será su línea de Gobierno, tomando como bandera su política comercial y arancelaria, que ha servido como mecanismo de presión para sus principales socios y China.
Trump prevé imponer aranceles del 25% a todos los productos de Canadá y México si estos países no toman medidas para controlar el flujo de migrantes y el tráfico de drogas hacia EE.UU.
Entre tanto, contempla aranceles adicionales del 10% a los productos procedentes de China al considerar que este país no había cumplido sus promesas de instituir la pena de muerte para los traficantes de fentanilo.
“Hasta el momento en que se detengan, cobraremos a China un arancel adicional del 10%, por encima de cualquier arancel adicional, sobre todos sus muchos productos que llegan a los Estados Unidos”, dijo Trump en noviembre a través de su red social Truth.
Recién electo, Donald Trump también confirmó que sí planea declarar la emergencia nacional en el país para adelantar su programa de deportación masiva, según publicó en esa misma red social.
Trump manifestó en la campaña que busca retomar su propuesta de la construcción del muro fronterizo con México para evitar el paso de los migrantes irregulares.
Asimismo, ha manifestado que buscaría eliminar los beneficios migratorios para personas que huyen de sus respectivos países.
Las últimas polémicas del mandatario electo tienen que ver con la amenaza de retomar el control estadounidense sobre el Canal de Panamá, considerando que está cobrando “precios y tarifas de paso exorbitantes”.
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“Las tarifas que está cobrando Panamá son ridículas, especialmente conociendo la extraordinaria generosidad que EE.UU. ha otorgado a Panamá”, dijo Trump en un post en Truth.
Trump también sugirió que el canal corría peligro de caer en las manos equivocadas, diciendo que no le corresponde a China gestionarlo, informó Bloomberg.
Además de marcar sus lineamientos políticos, desde su elección Trump ha estado estructurando su equipo en el Gobierno con caras conocidas como la del multimillonario Elon Musk, quien estará al frente del Departamento de Eficiencia del Gobierno (DOGE).
Musk ha dicho que planea recortar US$2 billones del presupuesto federal. “El exceso de gasto público es lo que provoca la inflación”, tuiteó Musk en noviembre. Y añadió: “Todos los gastos públicos son impuestos. Este es un concepto muy importante. Se trata de impuestos directos, como el impuesto sobre la renta, o indirectos, a través de la inflación debido al aumento de la oferta monetaria”.
Los efectos en Latinoamérica del regreso de Trump al poder
Según un reporte de la agencia Moody’s divulgado en diciembre, Latinoamérica absorbería el choque real y financiero de las políticas arancelarias del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, a través de un menor crecimiento económico y una alta inflación en los países afectados, aunque Argentina y Colombia podrían ayudar a nivelar los impactos.
“El impacto directo en el crecimiento de la región provendrá de México y Brasil, que enfrentarán aranceles a sus exportaciones. Sin embargo, el efecto estadístico de un mayor crecimiento en Argentina y Colombia ayudará a amortiguar el impacto adverso de los aranceles en el crecimiento promedio de la región”, dice en el reporte de Perspectivas Económicas de América Latina en 2025.
Según Moody’s, “las exportaciones serán el primer canal de transmisión del choque tarifario sobre dichas economías. Sin embargo, las represalias de México y Brasil producirán una contención en el volumen de sus importaciones, lo que compensará parcialmente el efecto de la caída de sus exportaciones, moderando así el deterioro de sus balanzas comerciales”.
La proyección de Moody’s es que las exportaciones mexicanas a Estados Unidos serán gravadas con un arancel de 10% en 2025 y las de Brasil con un 5%.
“Consideramos que ambos países tomarán represalias imponiendo aranceles a sus importaciones de Estados Unidos”, dijo.
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