Bloomberg — El aumento de la demanda de electricidad de los centros de datos está elevando el riesgo de apagones en una amplia franja de Estados Unidos durante condiciones extremas este invierno, según el organismo regulador que supervisa la estabilidad de la red.
El consumo eléctrico ha crecido 20 gigavatios con respecto al invierno anterior, según informó el martes la North American Electric Reliability Corp. en su evaluación de invierno. Un gigavatio es el tamaño típico de un reactor nuclear. El suministro no ha seguido el ritmo.
Como consecuencia, la repetición de fuertes tormentas invernales en Norteamérica que desencadenen un vórtice polar, de las que ha habido varias en los últimos años, podría desencadenar déficits energéticos en todo EE.UU., desde el noroeste hasta Texas y las Carolinas. Todas las regiones disponen de recursos adecuados en condiciones normales.
“Los centros de datos son uno de los principales contribuyentes al crecimiento de la carga en aquellas zonas donde la demanda ha aumentado sustancialmente desde el invierno pasado”. afirmó Mark Olson, responsable de la evaluación de la fiabilidad, en un comunicado enviado por correo electrónico.
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La red eléctrica de Estados Unidos se enfrenta desde hace años a un riesgo creciente de apagones, ya que las infraestructuras envejecidas se ven sometidas a una presión cada vez mayor por las fuertes tormentas y los incendios forestales. Ahora, el auge de los centros de datos, impulsado por la propagación de la inteligencia artificial, está aumentando la tensión al sobrealimentar el crecimiento de la electricidad en EE.UU. tras permanecer estancado durante dos décadas.
El invierno es especialmente arriesgado porque la generación solar está disponible durante menos horas y el funcionamiento de las baterías puede verse afectado. El suministro de gas, mientras tanto, podría disminuir debido a las heladas o a restricciones en los gasoductos.
Las zonas designadas por el NERC como de elevado riesgo de falta de suministro cambiaron respecto al invierno anterior para incluir el sureste de EE UU y partes del oeste, incluidos Washington y Oregón.
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La red de Texas sigue en el punto de mira tras los fallos en cascada que en febrero de 2021 dejaron a millones de personas sin electricidad durante días y provocaron más de 200 muertes. Nueva Inglaterra también sigue enfrentándose a riesgos elevados por posibles restricciones en los gasoductos de gas natural.
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