Bloomberg — Estados Unidos quiere renovar su relación comercial con China y el mundo devolviendo a su territorio muchas cadenas de suministro críticas, declaró el embajador estadounidense en Pekín.
“La globalización sin trabas ha creado cada vez más vulnerabilidades en la cadena de suministro de una sola fuente”, dijo el jueves David Perdue, que asumió su cargo el mes pasado, en una cena en Washington.
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“Todos hemos sido testigos de hasta qué punto nuestras empresas se han vuelto excesivamente dependientes de China para componentes, insumos, bienes intermedios e incluso cadenas de suministro completas”, dijo, y añadió que los líderes estadounidenses habían estado “ciegos ante el vaciamiento de muchas industrias estratégicas de EE.UU.”.
La valoración se hace eco de las críticas de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien afirmó en la reciente reunión del G-7 que el mundo está experimentando un nuevo “choque chino”. Su acusación, que suscitó una aguda réplica de Pekín, apuntaba a lo que von der Leyen caracterizó como el uso por parte de China de su cuasi monopolio sobre algunos sectores como moneda de cambio y como arma para socavar la competencia.
Perdue adoptó una postura más comedida, señalando en sus comentarios que el presidente Donald Trump no culpa a China por perseguir su propio interés nacional.
“La visión del presidente Trump es tener una relación comercial con China basada en la reciprocidad, la equidad y el respeto, una relación en la que Estados Unidos ponga al pueblo estadounidense en primer lugar, al igual que China hace con su propio pueblo”, dijo a través de un mensaje de video dirigido a la cena anual del Consejo Empresarial EE.UU.-China.
En declaraciones anteriores en el mismo acto, el embajador de China en EE.UU., Xie Feng, defendió que EE.UU. se convierta en un socio y no en un rival para su país, pidiendo la eliminación de los aranceles aún “irrazonablemente altos” impuestos por Trump.
Xie también argumentó que la relación comercial entre China y EE.UU. era una “calle de doble sentido”, y que ninguna de las partes estaba siendo estafada. Mientras que EE.UU. tenía un déficit comercial de bienes con China, las empresas estadounidenses generaban muchos ingresos en China, que a su vez tenía un déficit en su comercio de servicios con EE.UU.
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Para Perdue, sin embargo, el comercio desigual entre las dos mayores economías del mundo no puede seguir como hasta ahora.
“Debemos remediar el desequilibrio actual de nuestra relación”, declaró. “Si Estados Unidos quiere perseguir su propio interés nacional en el comercio mundial y garantizar al mismo tiempo el lugar del dólar como moneda de reserva mundial, nuestra economía no puede depender tanto de cadenas de suministro extranjeras que pueden romperse en cualquier momento”.
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