La cumbre Trump-Putin comenzó con una charla informal a solas en ‘La Bestia’

El momento brindó a ambos líderes la oportunidad de mantener una conversación muy privada en una reunión que el mundo entero observa y estudia con atención.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump (izquierda), y el presidente de Rusia, Vladimir Putin (derecha), bajan del escenario tras llegar a la Base Conjunta Elmendorf-Richardson el 15 de agosto de 2025 en Anchorage, Alaska.
Por Derek Wallbank
15 de agosto, 2025 | 06:03 PM

Bloomberg — La cumbre de Donald Trump y Vladimir Putin en Alaska comenzó con una apertura muy escenificada: cada líder descendiendo de sus respectivos aviones, un apretón de manos visiblemente cálido en la pista. Palmadas en el brazo. Un sobrevuelo militar.

Luego las cosas se desviaron del guión.

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Putin se deslizó en la parte trasera de la limusina blindada del presidente estadounidense, conocida como “La Bestia”, junto a Trump. Mientras el coche se alejaba lentamente, ambos iniciaron su primera conversación en persona desde la reunión del Grupo de los 20 en Japón hace seis años, prácticamente a solas, sin que sus asesores, funcionarios ni los medios de comunicación internacionales reunidos pudieran oírlos.

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El corto trayecto desde la pista hasta la sala de reuniones en la Base Conjunta Elmendorf-Richardson, una instalación militar estadounidense, duró menos de 10 minutos. Sin embargo, brindó a ambos líderes la oportunidad de mantener una conversación muy privada en una reunión que el mundo entero observa y estudia con atención.

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No quedó claro si su viaje juntos fue planeado o una improvisación de último momento. La Casa Blanca no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.

Momentos antes, en un podio, Trump y Putin posaron para fotografías mientras los periodistas gritaban preguntas. Uno gritó si Putin “seguiría matando civiles”, pero el presidente ruso se señaló la oreja y negó con la cabeza indicando que no podía oír.

Trump pidió entonces tiempo y le hizo un gesto a Putin para que caminara con él hacia el vehículo. El líder ruso fue captado por las cámaras sonriendo a través de la ventanilla mientras se alejaba.

La limusina presidencial rusa se encontraba cerca.

En el lugar de la cumbre, se instaló una sala con paredes azules para las conversaciones, adornada con banderas estadounidenses y rusas. El texto en el fondo, detrás de los dos líderes, decía “BUSCANDO LA PAZ” en mayúsculas. Junto a Trump estaban un intérprete, el secretario de Estado Marco Rubio y el enviado estadounidense Steve Witkoff. Del lado de Putin, el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, y el asesor de política exterior del Kremlin, Yuri Ushakov.

Fotógrafo: Andrew Harnik/Getty Images.

Poco antes de las 11:30 a.m., hora local, comenzó la cumbre formal. Estaban en juego el futuro de Ucrania, la paz en Europa y las economías de Rusia y sus socios comerciales, bajo la amenaza de mayores sanciones financieras por parte de Estados Unidos si las negociaciones fracasaban.

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En la práctica, las conversaciones ya habían comenzado. Solo Trump y Putin podrían saber lo que se dijo.

Con la colaboración de Hadriana Lowenkron.

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