Bloomberg — El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo el lunes que los nuevos aranceles a los productos canadienses y estadounidenses se suspenderán durante 30 días después de una llamada con el presidente Donald Trump.
Canadá designará un nuevo zar del fentanilo, incluirá a los cárteles en la lista de terroristas y lanzará una “fuerza de ataque” conjunta con Estados Unidos para combatir el crimen organizado, el narcotráfico y el lavado de dinero, dijo Trudeau en una publicación en X.
“También firmé una nueva directiva de inteligencia sobre el crimen organizado y el fentanilo y la respaldaremos con US$200 millones”, dijo Trudeau. El gobierno canadiense sigue adelante con un plan de 1.300 millones de dólares canadienses (US$901 millones) que anunció en diciembre para agregar más recursos de seguridad fronteriza, incluidos helicópteros, dijo el primer ministro.
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La Casa Blanca no hizo comentarios inmediatos sobre la llamada ni sobre la publicación de Trudeau en las redes sociales.
La noticia aleja a los dos países del borde de una enorme guerra comercial, al menos temporalmente, que según los economistas dañaría el crecimiento de Estados Unidos, empeoraría la inflación y posiblemente hundiría a Canadá en una recesión.
El dólar canadiense subió más de 1% tras la noticia y se negociaba a C$1,442 por dólar estadounidense a las 5:02 pm hora de Nueva York.
Trump firmó el sábado una orden ejecutiva que impone aranceles del 25% a casi todas las exportaciones canadienses a Estados Unidos, excepto los productos energéticos que enfrentarían un arancel menor del 10%.
Horas después, Trudeau prometió un paquete de represalias que habría impuesto aranceles del 25% a importaciones estadounidenses por valor de US$30.000 millones canadienses, a partir del martes, y a otros US$125.000 millones canadienses de productos fabricados en Estados Unidos en 21 días.
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Los gobiernos provinciales de todo Canadá también anunciaron represalias. Varios de ellos ordenaron la retirada de los estantes de las tiendas de cerveza, vino y licores fabricados en Estados Unidos, y algunos anunciaron que dificultarán a las empresas estadounidenses obtener contratos de compras gubernamentales.
También ha habido un aumento de las represalias populares por parte de los canadienses, incluidas campañas en las redes sociales lideradas por ciudadanos que instan al boicot de productos estadounidenses y abucheos fuertes del himno nacional de Estados Unidos en partidos de hockey y baloncesto en Canadá.
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