Bloomberg — La mayoría de los funcionarios de la Reserva Federal destacaron que el riesgo de inflación supera las preocupaciones sobre el mercado laboral en su reunión del mes pasado, mientras que los aranceles alimentaban una creciente división dentro del comité encargado de fijar las tasas.
Los funcionarios reconocieron la preocupación por una mayor inflación y un empleo más débil, pero “la mayoría de los participantes consideró que el riesgo al alza para la inflación era mayor que el de estas dos amenazas”, según señalaron las minutas de la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto celebrada el 29 y 30 de julio.
Los responsables políticos dejaron las tasas de interés sin cambios en un rango del 4,25% al 4,5% el mes pasado, citando una elevada incertidumbre en sus perspectivas a medida que la actividad económica se moderaba durante la primera mitad del año. Su declaración de entonces calificó el mercado laboral de “sólido” pero dijo que la inflación seguía siendo “algo elevada”.
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En su conferencia de prensa posterior a la reunión, el presidente Jerome Powell dijo que el impacto inflacionista de los aranceles bien podría ser temporal, pero que el banco central necesitaba protegerse contra un efecto más persistente.
Los miembros del Comité debatieron si los aranceles generarían un impacto puntual en los precios o un shock inflacionista más duradero.
“Varios participantes subrayaron que la inflación había superado el 2% durante un periodo prolongado y que esta experiencia aumentaba el riesgo de que las expectativas de inflación a más largo plazo se desanclaran en caso de que se prolongaran los efectos de unos aranceles más elevados sobre la inflación”, señalaron las minutas.
Muchos funcionarios también señalaron que podría pasar algún tiempo hasta que los efectos plenos de los aranceles se dejaran sentir en los precios de los bienes y servicios de consumo.
Las minutas llegaron dos días antes de que Powell pronuncie un discurso muy seguido en Jackson Hole, Wyoming, un escenario que ya ha utilizado anteriormente para dirigir las expectativas de los inversores sobre las tasas de interés.
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Los últimos datos económicos han respaldado la prudente opinión sobre la inflación, pero han minado la confianza sobre el empleo.
El mayor repunte de la inflación mayorista en tres años proporcionó la última señal de que las empresas han empezado a subir los precios para compensar el aumento de los costes de los insumos. Algunos funcionarios de la Reserva Federal han expresado su preocupación por que los gravámenes influyan en los precios hasta bien entrado el próximo año.
Pero las grandes revisiones a la baja de los aumentos de las nóminas revelaron la debilidad del mercado laboral en los tres meses transcurridos hasta julio. La contratación alcanzó su ritmo más lento desde la pandemia y el desempleo subió al 4,2%.
Disensos crecientes
Incluso antes de la publicación de esas cifras, los signos de debilidad en el mercado laboral habían llevado a los gobernadores Christopher Waller y Michelle Bowman a disentir en la reunión de julio a favor de un recorte de las tasas de un cuarto de punto.
Los responsables políticos recibirán otro informe sobre el empleo y más datos sobre la inflación antes de volver a reunirse a mediados de septiembre.
Las minutas también llegan después de que el presidente Trump pidiera la dimisión de la gobernadora de la Fed, Lisa Cook, después de que un funcionario de la administración la acusara de fraude hipotecario.
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Trump ha pedido repetidamente a la Fed que baje las tasas de interés, algo de lo que se han hecho eco sus altos funcionarios y una creciente lista de candidatos en consideración para suceder a Powell cuando termine su mandato como presidente en mayo. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, abogó la semana pasada por un recorte de medio punto para septiembre.
Las minutas mostraron que los funcionarios mantuvieron un debate sobre la estabilidad financiera, en el que varios señalaron “la preocupación por las elevadas presiones sobre la valoración de los activos”.
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