Bloomberg — El presidente Donald Trump convirtió en ley el viernes su proyecto de presupuesto de US$3,4 billones, consagrando una extensión de los recortes de impuestos, nuevas exenciones temporales para los trabajadores que reciben propinas y fondos para acabar con la inmigración ilegal.
El paquete abarca un conjunto de prioridades por las que Trump hizo campaña en 2024, y su promulgación en una ceremonia en la Casa Blanca representa una importante victoria política para el presidente cuyo segundo mandato estuvo marcado hasta ahora por la acción ejecutiva en lugar de la legislativa.
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Este hito legislativo refuerza el control de Trump sobre el Partido Republicano, cuyos líderes del Capitolio lograron la aprobación del proyecto de ley en la Cámara de Representantes y el Senado esta semana. Para alcanzar su fecha límite del 4 de julio, Trump tomó el teléfono y convocó a algunos legisladores a la Casa Blanca en una campaña de presión para convencer a los principales reticentes.
“Realmente son promesas hechas, promesas cumplidas”, dijo Trump antes de firmar la medida en una ceremonia al aire libre precedida por un vuelo de la Fuerza Aérea. Tras mencionar lo que, según él, eran sus esfuerzos para restaurar la fuerza estadounidense en el escenario mundial, calificó el proyecto de ley como “la mayor victoria hasta la fecha”.
Los líderes legislativos republicanos superaron márgenes estrechos, la oposición unificada de los demócratas del Congreso y las objeciones de los conservadores fiscales y moderados para aprobar el proyecto de ley antes de la fecha límite de Trump, que coincidió con el feriado del Día de la Independencia.
Sin embargo, el éxito legislativo conlleva riesgos políticos para el presidente y los republicanos, cuyas consecuencias podrían perdurar durante años.
El paquete fiscal impone fuertes recortes y nuevos procedimientos administrativos a los programas de asistencia nutricional y de salud que brindan una red de seguridad para los estadounidenses trabajadores y desempleados.
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La Oficina de Presupuesto del Congreso, una entidad independiente, estima que los cambios dejarán a unos 11,8 millones de estadounidenses sin cobertura de Medicaid. Otros advierten que la reducción en los pagos hospitalarios podría provocar el cierre de centros médicos rurales.
Los recortes han contribuido a que el público no esté de acuerdo con el plan insignia de Trump, y las encuestas muestran que es impopular.
Algunos senadores republicanos han advertido que el partido podría enfrentar una reacción violenta en las urnas. Los demócratas han prometido usar el proyecto de ley contra los republicanos en la antesala de las elecciones intermedias del próximo año.
Trump y sus partidarios presentan la medida como combustible para un renacimiento económico, ignorando las proyecciones no partidistas de que el paquete aumentará la deuda nacional.
“Nuestro país va a ser un cohete económicamente”, dijo Trump, aunque desestimó las encuestas que sugieren que la medida es impopular.
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