Bloomberg — La Casa Blanca aumentó la presión sobre los demócratas del Congreso mientras el cierre del gobierno estadounidense entra en su segunda semana, diciendo que les daría a los legisladores que se resisten otra oportunidad de aceptar el proyecto de ley de gastos antes de iniciar despidos masivos de trabajadores federales.
Mientras el Senado tiene previsto votar este lunes por quinta vez un proyecto provisional que mantendría el gobierno abierto hasta el 21 de noviembre, Kevin Hassett, uno de los principales asesores económicos del presidente Donald Trump, afirmó que era momento de que los demócratas fueran “razonables”.
Trump ha dicho que aprovechará el cierre para despedir a miles de empleados federales, que normalmente son suspendidos temporalmente durante los cierres de gobierno.
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Los demócratas sostienen que no apoyarán el proyecto si no incluye la renovación de los subsidios de la Ley de Cuidado de Salud Asequible, que expiran a fines de 2025, y la reversión de los recortes a Medicaid implementados bajo la ley de gasto insignia del segundo mandato de Trump.
Hassett dijo a CNBC que el presidente y sus principales asesores seguían de cerca la votación en el Senado, programada nuevamente para este lunes. Aseguró que si el proyecto fracasa, el equipo de Trump en la Oficina Oval tomará “medidas drásticas”.
“Si los demócratas se niegan a mantener el gobierno abierto, entonces quizás los esfuerzos que hemos hecho para hacerlo más eficiente se aceleren aún más”, afirmó, al ser consultado sobre los despidos.
Pero no había señales de un avance inminente.
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Este lunes, el líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, desafió al presidente de la Cámara, Mike Johnson, a un debate.
“Dada la urgencia del momento y la negativa republicana a negociar un acuerdo bipartidista, un debate en el pleno brindará al pueblo estadounidense la transparencia que merece”, escribió Jeffries en una carta a Johnson.
Johnson rechazó la invitación, calificándola de “súplicas desesperadas de atención” por parte de los demócratas de la Cámara.
Desde la Casa Blanca, Trump responsabilizó el domingo a los demócratas. “Depende de ellos”, dijo. “Cualquiera despedido, es por culpa de los demócratas.” La administración ha amenazado con despidos durante días, pero sin ofrecer un calendario claro.
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Las negociaciones para poner fin al cierre, iniciado el 1 de octubre, se estancaron a fines de la semana pasada. Aunque los republicanos controlan ambas cámaras del Congreso, necesitan el apoyo de varios demócratas para alcanzar los 60 votos requeridos para aprobar el proyecto en el Senado.
Los demócratas insisten en incluir sus demandas de política sanitaria en el proyecto provisional, mientras que los republicanos quieren debatirlas una vez reabierto el gobierno. Una posible salida sería que los republicanos prometan una votación sobre los subsidios de salud antes de fin de año, pero hasta ahora se han negado.
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