Bloomberg — Una planta de gas natural licuado sancionada por EE.UU. en la región ártica de Rusia ha seguido adelante con los envíos de combustible mientras Moscú intenta eludir las restricciones occidentales y poner a prueba al presidente Donald Trump.
La planta de exportación Arctic LNG 2, sancionada por la administración Biden en 2023 tras la invasión rusa de Ucrania, parece estar cargando su décimo cargamento desde finales de junio, según los datos de seguimiento de buques recopilados por Bloomberg.
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Hasta ahora, los cargamentos anteriores se han entregado en un único puerto del sur de China o en una instalación de almacenamiento en el extremo oriental de Rusia.
Aunque la disputa comercial entre Washington y Pekín se ha intensificado de nuevo en los últimos días, EE.UU. se ha abstenido hasta ahora de endurecer las medidas contra el GNL ruso sancionado. Trump ha tratado de poner fin a la guerra en Ucrania y se reunirá esta semana en Washington con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, para hablar de defensa aérea, armamento de largo alcance y energía para la maltrecha nación.
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Ocho cargamentos con GNL ruso sancionado han llegado a la terminal china de Beihai desde agosto, según los datos de seguimiento de buques. Estos cargamentos de Arctic LNG 2 fueron los primeros en llegar a un puerto extranjero. Al elegir un único puerto con una exposición internacional limitada, Pekín puede estar intentando aislar su sector gasístico más amplio de posibles represalias.
Arctic LNG 2 produjo ocho cargamentos el verano pasado, pero se vio obligado a cerrar en octubre al no encontrar compradores, con algunos importadores reacios a entrar en el punto de mira de Washington, y cuando el hielo estacional empezó a acumularse alrededor de la instalación. En su lugar, los buques descargaron en almacenes de Rusia.
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