Bloomberg — Los inversores mirarán más allá de la cuenta de resultados en las ganancias del tercer trimestre del fabricante de chips Intel Corp (INTC) después de que una oleada de inversiones de la Casa Blanca, Nvidia Corp (NVDA) y Softbank Group Corp. disparara las acciones un 86% en menos de tres meses.
El repunte ha sido tan pronunciado que varios analistas han recortado sus calificaciones en las últimas semanas debido a la preocupación por que las acciones suban “demasiado, demasiado rápido”, como escribió Bank of America en una nota a clientes la semana pasada en la que rebajaba Intel de neutral a underperform. La oleada de entusiasmo también está encareciendo cada vez más las acciones de Intel. Ahora cotizan a 63 veces los beneficios previstos para los próximos 12 meses, frente a las alrededor de 20 veces de enero, lo que sitúa a la empresa entre los 15 miembros más caros del índice S&P 500.
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El salto es especialmente llamativo porque ha pasado casi exactamente un año desde que Intel fue eliminada del Promedio Industrial Dow Jones, al que se incorporó en 1999, y sustituida por su rival y niña mimada de la inteligencia artificial Nvidia.
Las acciones sufrieron un golpe el miércoles después de que la administración Trump dijera que está sopesando restricciones a la exportación contra China dirigidas a la industria tecnológica, y cerraron con una caída del 3,2% a US$36,92, que sigue estando muy por encima de su objetivo de precio de consenso a 12 meses de US$28,80. El índice de semiconductores de la Bolsa de Filadelfia cayó un 2,4%, con todos sus miembros menos uno cerrando en números rojos. Las acciones de Intel registran pocos cambios en las operaciones de este jueves.
Existe una amplia percepción en Wall Street de que el último informe de resultados de Intel, previsto para después de la campana de este jueves, va a decepcionar, según Joe Tigay, gestor de cartera del Catalyst Nasdaq-100 Hedged Equity Fund, que posee acciones de Intel, y del Rational Equity Armor Fund, que se deshizo de su participación.
“En realidad se trata más del futuro”, dijo Tigay. En lugar de centrarse en el último trimestre, los inversores quieren oír detalles sobre cómo el fabricante de chips sorteará “los problemas económicos actuales para llegar a ese punto final”, añadió.
En cuanto a los últimos resultados, Wall Street buscará indicios de que las medidas de reducción de costos de Intel están funcionando. Tigay dijo que quiere escuchar comentarios “sobre cómo van a ser rentables y qué productos van a funcionar y qué tipo de cifras esperan para el próximo año”.
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Se espera que Intel presente unos beneficios ajustados de 1 céntimo por acción sobre unos ingresos de unos US$13.200 millones en el tercer trimestre, frente a una pérdida de 46 céntimos por acción y unos ingresos de US$13.300 millones hace un año. La empresa recortó en septiembre su objetivo de gastos para 2025 tras vender su participación mayoritaria en Altera a Silver Lake.
Los inversores también buscan señales de que los casi US$18.000 millones en inversiones que la empresa recibió este verano están dando sus frutos. De hecho, las acciones de Intel se están beneficiando de “la expectativa de que se produzcan más anuncios”, escribió C.J. Muse, analista de Cantor, en una nota a clientes del 18 de octubre.
Además, el CEO de Intel, Lip-Bu Tan, también está bajo la lupa. Tan, que asumió el cargo en marzo, dijo a los inversores en su llamada de resultados inaugural que el cambio de tendencia llevaría tiempo. Pero solo unos meses después, los inversores ya estaban perdiendo la paciencia. Ahora, Intel está lidiando con “un CEO todavía relativamente nuevo, una nueva cultura y un conjunto no tan nuevo de preguntas de los inversores”, escribió el analista de Stifel Ruben Roy en una nota del 21 de octubre.
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Una pregunta clave de Wall Street es si Tan quiere reducir las pérdidas en la operación de fundición de Intel.
“Sin el apoyo del gobierno o de otros socios de chips financieramente más fuertes, será difícil para la unidad de fundición de Intel recaudar suficiente capital para seguir construyendo más fabs a un ritmo razonable”, dijo Dan Morgan, gestor de cartera senior de Synovus Trust, que posee acciones de Intel.
En general, el mensaje de los inversores y analistas es que una apuesta por Intel no tiene que ver con lo que acaba de ocurrir, sino con las posibilidades de futuro. Los informes de ganancias son inherentemente retrospectivos, por lo que no es probable que los resultados afecten al precio de las acciones de la empresa. Cualquier comentario sobre lo que está por venir, sin embargo, probablemente sí lo hará.
“No creo que muchos inversores se fijen demasiado en las cifras de beneficios”, dijo Ryuta Makino, analista de investigación de Gabelli Funds, que tenía US$35.000 millones en activos bajo gestión a 30 de septiembre. “Veo a Intel, al menos a corto plazo, como una acción que cotiza más en función de los acontecimientos, más impulsada por los comunicados de prensa”.
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