Bloomberg — Intel Corp (INTC) presentó una previsión de ingresos optimista tras el crecimiento de la demanda de ordenadores personales, lo que aumenta el optimismo sobre el intento de recuperación del asediado fabricante de chips.
Las ventas del cuarto trimestre se situarán entre US$12.800 millones y US$13.800 millones, según anunció la empresa en un comunicado este jueves. El punto medio de ese rango, US$13.300 millones, se situaba justo por debajo de la estimación media de Wall Street de US$13.400 millones. Pero algunos analistas seguían incluyendo los ingresos de una unidad que Intel escindió en septiembre, dinero que no formaba parte de las previsiones de la empresa.
Las acciones subieron un 3% en las últimas operaciones, tras cerrar a US$38,16.
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Las perspectivas indican que Intel va por buen camino tras un año turbulento. En pocos meses, su nuevo CEO Lip-Bu Tan, consiguió una inversión poco convencional del gobierno de EE.UU. -una operación mediada por la Casa Blanca- y obtuvo el respaldo de Nvidia Corp. y SoftBank Group Corp.
Los inversores aplaudieron estas operaciones, lo que hizo subir las acciones de Intel un 90% este año. La empresa pasó de ser uno de los peores valores del índice de semiconductores de la Bolsa de Filadelfia a uno de los mejores. Pero persiste la preocupación sobre si Intel puede volver a fabricar productos que atraigan a los clientes.
“La demanda actual está superando a la oferta, una tendencia que esperamos que persista hasta 2026”, dijo el director financiero Dave Zinsner en el comunicado. Los resultados de la compañía en el tercer trimestre superaron sus previsiones, basadas en “la fortaleza subyacente de nuestros mercados principales”, dijo.
Intel escindió su unidad de chips programables Altera en septiembre y ahora posee una participación minoritaria en el negocio. Esto ha eliminado entre US$400 millones y US$500 millones en ingresos de sus previsiones para el cuarto trimestre.
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Las previsiones de Intel “parecen mejores” en comparación con las estimaciones si se excluyen las ventas de Altera, dijo Zinsner en una entrevista.
Los acuerdos con el gobierno estadounidense y las empresas tecnológicas están aportando unos US$15.000 millones de nuevos fondos que pueden ayudar a apuntalar el balance de Intel. Este mes, el fabricante de chips también anunció nuevos productos y tecnología de fabricación. Estas mejoras operativas tendrán que surtir efecto -ayudando a Intel a recuperar la cuota de mercado y los pedidos de producción perdidos- antes de que la situación financiera de la empresa mejore fundamentalmente.
En el tercer trimestre, los ingresos aumentaron un 3%, hasta US$13.700 millones. El beneficio fue de 23 céntimos por acción, excluidos algunos elementos. Los analistas habían estimado unas ventas de US$13.200 millones y unos beneficios de 1 céntimo de media, según datos recopilados por Bloomberg.
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Los inversores están a la espera de que el CEO de Intel ofrezca detalles más concretos sobre cómo piensa recuperar el liderazgo de un sector que dominó durante décadas. Tan fue nombrado en marzo, tras la destitución de Pat Gelsinger el año pasado.
Hasta ahora, Tan ha indicado que adoptará un enfoque similar al de Gelsinger, pero con una disciplina financiera mucho más estricta. Eso significa recortar puestos de trabajo y aplazar los planes de fabricación si el rendimiento de la inversión no está claro.
Pero esa postura ha suscitado sus propias preocupaciones porque sugiere que Intel podría dejar de estar a la vanguardia de la industria de los chips. La ralentización de la construcción de nuevas fábricas también ha provocado las críticas de los políticos que buscan fomentar la fabricación nacional.
Las fábricas de Intel, a pesar de estar por detrás de las capacidades de rivales como Taiwan Semiconductor Manufacturing Co., son las plantas más avanzadas que posee y gestiona cualquier empresa estadounidense en su país de origen.
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Bajo el mandato de Gelsinger, Intel se había comprometido a convertir un emplazamiento de Ohio en la mayor planta de fabricación de chips del mundo. El proyecto se ha retrasado hasta la década de 2030, pero la empresa ha declarado recientemente que mantiene su compromiso con el plan.
La división de informática cliente de Intel obtuvo unos ingresos de US$8.500 millones el trimestre pasado, superando la predicción media de US$8.200 millones. Las ventas en centros de datos fueron de US$4.100 millones, frente a una estimación de US$3.970 millones.
La división de fundición -la unidad de fabricación de Intel- generó unos ingresos de US$4.200 millones. En la actualidad, esa unidad depende casi exclusivamente de las divisiones de productos de Intel para obtener pedidos, aunque está buscando clientes externos.
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