Bloomberg — Starbucks Corp. (SBUX) dijo que cerrará tiendas y recortará 900 empleos en un plan de reestructuración de US$1.000 millones, mientras la compañía acelera una estrategia de cambio de rumbo bajo el mando de Brian Niccol, su nuevo CEO.
La compañía anunció que su número total de tiendas se reducirá un 1% durante el año fiscal 2025, finalizando con un total de 18.300 sucursales en Estados Unidos y Canadá. Posteriormente, planea aumentar el número de tiendas que opera y remodelar otras 1.000.
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Tras una revisión de sus cafeterías, la compañía identificó varias tiendas donde no veía una vía de rentabilidad y decidió cerrarlas. Planea centrarse en las tiendas que se alinean con el plan de Niccol de hacer de sus restaurantes un lugar más atractivo.
“Los primeros resultados de las mejoras en las cafeterías muestran que los clientes las visitan con más frecuencia, se quedan más tiempo y comparten comentarios positivos”, dijo Niccol en una carta a los empleados el jueves.
Niccol, quien asumió el mando hace un año, busca liderar una recuperación en la cadena de cafeterías tras seis trimestres consecutivos de caídas en las ventas en tiendas comparables. El plan se centra en revitalizar las sucursales añadiendo asientos y enchufes para fomentar las visitas durante más tiempo.
Estos cambios aún no han tenido un impacto significativo en el desempeño financiero de la compañía de Seattle y esta es la segunda ronda de despidos bajo el mando de Niccol.
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Las acciones de la compañía subieron menos del 1% en las operaciones previas a la apertura del mercado. Al cierre del miércoles, las acciones de la compañía cayeron un 8%, en comparación con el aumento del 13% del índice S&P 500.
Recientemente, Starbucks reportó ventas y ganancias que no cumplieron con las expectativas para el tercer trimestre fiscal. La compañía también enfrenta una mayor competencia de cadenas más pequeñas en EE.UU. y China, sus dos mercados más grandes, que están ofreciendo bebidas más económicas a sus clientes a un ritmo más acelerado.
Starbucks está reduciendo su menú para reducir la complejidad de las bebidas —en un intento por acortar los tiempos de espera— y para dar cabida a nuevos artículos que se adapten mejor a los gustos cambiantes de los consumidores. La empresa ha aumentado sus opciones sin azúcar e introducido bebidas con proteínas, ya que los clientes buscan opciones más saludables.
Los analistas e inversores, si bien en general están a favor de los cambios, se muestran recelosos del costo y el plazo del plan de Niccol. La rentabilidad empeoró el último trimestre debido a las inversiones destinadas a revitalizar la marca.
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