Bloomberg — Una caída de Tesla Inc. (TSLA) el viernes está coronando un viaje de ida y vuelta de proporciones épicas en las acciones de la compañía.
Las expectativas de que el fabricante de vehículos eléctricos se beneficiaría de la estrecha relación de su CEO, Elon Musk, con el presidente Donald Trump hicieron de sus acciones una de las que más subieron tras las elecciones del 5 de noviembre. Esa apuesta, sin embargo, no ha sido rival para la creciente ansiedad sobre el negocio principal de Tesla, la venta de autos.
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Las acciones de Tesla bajaban un -4,6% a las 11:53 del viernes, camino de borrar todo su avance de US$700.000 millones tras las elecciones. El descenso se produce junto a una serie de golpes que han sacudido la confianza de los inversores en las últimas semanas, desde un informe de enero que muestra que las ventas cayeron por primera vez en una década el trimestre pasado hasta pruebas más recientes de que Tesla está perdiendo su posición dominante en Europa y China. A algunos inversores también les ha llegado a preocupar que la incursión de Musk en política se haya convertido en una distracción de su trabajo como CEO del gigante de los vehículos eléctricos.
“La apuesta de que las acciones de Tesla se dispararían debido a la implicación política de Musk no ha funcionado hasta ahora”, dijo Adam Sarhan, fundador de 50 Park Investments. “Los inversores que inicialmente anticiparon beneficios masivos por la implicación política de Musk se entusiasmaron demasiado, y ahora prevalecen las cabezas más frías”.
El entorno más amplio del mercado también está resultando un viento en contra, con el frenesí especulativo que llevó a las acciones a máximos históricos tras las elecciones sofocado por las preocupaciones sobre la política comercial estadounidense y el crecimiento económico. El S&P 500 ha caído más de un -7% desde su máximo, mientras que el Nasdaq 100 ha entrado en corrección.
El analista de Bank of America (BAC) John Murphy recortó el martes su precio objetivo sobre las acciones a US$380 desde US$490, señalando las preocupaciones sobre las ventas de autos nuevos, la falta de noticias sobre un posible modelo de bajo coste y el riesgo para el lanzamiento del robotaxi de la compañía.
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Sin duda, la rápida caída de las acciones de Tesla las ha llevado a lo que los seguidores de gráficos denominan una zona de sobreventa, lo que abre el camino a un posible rebote a corto plazo, según algunos analistas técnicos. Los catalizadores podrían incluir señales de que las ventas están subiendo, una actualización de la empresa sobre su robotaxi o la vuelta del apetito por el riesgo a los mercados de renta variable.
Aun así, cualquier repunte potencial también tendría que superar el malestar de los inversores por la valoración de la empresa: Tesla cotiza a 88 veces los beneficios futuros, frente a las 21 del índice S&P 500.
“La relación precio/beneficios a plazo de Tesla sigue estando muy cerca de 90”, dijo Matt Maley, estratega jefe de mercado de Miller Tabak + Co. “Por tanto, las acciones siguen estando muy caras”.
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