Bloomberg — Volvo Car AB registró unas pérdidas operativas de 10.000 millones de coronas suecas (US$1.030 millones) en el segundo trimestre, afectada por un cargo por deterioro anunciado anteriormente debido a retrasos en los modelos y al aumento de los costos de los aranceles.
Las ventas al por menor del fabricante de automóviles cayeron un 12% hasta 181.600 vehículos en los tres meses hasta junio, dijo el jueves. No obstante, Volvo vio un efecto positivo en el segundo trimestre por sus esfuerzos de recorte de costos.
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Controlada por la china Zhejiang Geely Holding Group Co., Volvo es una de las marcas de automóviles más expuestas a los aranceles. Los aranceles y los anteriores contratiempos en el desarrollo han lastrado la rentabilidad y las ventas de sus modelos impulsados por baterías, el utilitario deportivo EX90 y el sedán ES90. El miércoles, la empresa anunció planes para empezar a producir en su planta de EE.UU. el XC60, el modelo híbrido más vendido, que anteriormente se importaba a EE.UU. desde Suecia.
El CEO Hakan Samuelsson fue traído de vuelta en abril por el propietario Li Shufu para dar un giro a la compañía alineándola más estrechamente con el grupo Geely. También está impulsando un amplio programa de reducción de costos de 18.000 millones de coronas que afectará a unos 3.000 puestos de trabajo.
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A principios de este mes, Samuelsson dijo que la empresa retrasaría la producción a gran escala en su planta en construcción de Eslovaquia hasta principios de 2027, desde un objetivo anterior de 2026, para alinear mejor los plazos de lanzamiento de productos. Volvo también ha acordado con la marca hermana Polestar producir el próximo SUV Polestar 7 en las mismas instalaciones a partir de 2028.
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