Este momento de gloria internacional de DeepSeek es un arma de doble filo, y no puede haber llegado en un momento de mayor tensión geopolítica.
Esta empresa emergente acaparó la atención mundial con sus últimos modelos de IA, que sorprendieron a Silicon Valley y a los inversionistas por su capacidad y eficacia.
Sin embargo, para una empresa china de inteligencia artificial con ambiciones en el exterior, hacer lo que es técnicamente imposible será lo más sencillo. Si pretende permanecer en el lucrativo mercado de EE.UU., los verdaderos retos empiezan ahora.
Considerando el destino de TikTok en EE.UU. y la última inclusión en la lista negra de Tencent Holdings Ltd., imagino que es solo una cuestión de tiempo hasta que DeepSeek, con base en Hangzhou, afronte una amplia ofensiva por parte de Estados Unidos.
Tampoco ayuda el hecho de que almacena sus datos en servidores en China. Ni que la animosidad entre Pekín y Washington esté a tope, pues el presidente Donald Trump ha impuesto nuevos aranceles como parte del inicio de su previsible guerra comercial.
Los organismos reguladores de Italia, Taiwán y Texas ya han empezado a imponer restricciones al uso de DeepSeek. El escrutinio internacional no hará, sino intensificarse, en las próximas semanas y meses.
Los alegatos de seguridad nacional que motivaron la inminente prohibición de TikTok en EE. UU., que en estos momentos goza de una prórroga temporal gracias a Trump, se agudizan cuando se trata de la aplicación de IA generativa.
Además, su creciente número de usuarios internacionales (la semana pasada se situó en lo más alto de las tiendas de apps estadounidenses) incrementará la preocupación de los responsables políticos de todo el planeta ante la posibilidad de que Pekín la use para recopilar gran cantidad de datos de los usuarios o para influir en sus opiniones con sus resultados.
Muchos líderes de Silicon Valley han dicho que están impresionados por DeepSeek y que dan la bienvenida a la competencia, pero también lo han utilizado para abogar por un mayor apoyo a la infraestructura de inteligencia artificial de Estados Unidos y a políticas para frenar aún más a China. (Los funcionarios estadounidenses también están investigando si DeepSeek obtuvo chips avanzados de Nvidia Corp. (NVDA) eludiendo restricciones).
Al hablar de tecnología de Asia, me siento tentado a imaginar una realidad alternativa en la que los ecosistemas tecnológicos de consumo de China y Estados Unidos podrían coexistir. No hay duda de que a los estadounidenses les iría mejor con las ofertas de inteligencia artificial más eficientes y de menor costo que ha desarrollado DeepSeek.
Aceptar la competencia de China, en lugar de excluirla, también ayudaría a abordar las preocupaciones bipartidistas en torno al dominio del mercado de los gigantes tecnológicos estadounidenses.
Sin embargo, una tecnoutopía de este tipo, que sea mutuamente beneficiosa para ambas partes y permita a las empresas tecnológicas chinas y estadounidenses competir y complementarse, beneficiando a los consumidores, las empresas y la innovación, no podría existir en el clima geopolítico actual.
A medida que se desarrolló la saga TikTok, los legisladores estadounidenses dejaron en claro que cualquier producto tecnológico chino se considera una amenaza potencial para la seguridad nacional.
La designación de la editora de juegos Tencent como una supuesta empresa militar china reforzó ese punto de vista. Y, lamentablemente para DeepSeek, lo que está en juego es posiblemente más importante cuando se trata de IA, que a los legisladores les preocupa que pueda tener aplicaciones militares.
Pero los desarrolladores de DeepSeek tomaron una decisión atrevida y consecuente al desarrollar sus modelos de IA en código abierto (o en este caso, los llamados de peso abierto, para aquellos que quieren ser técnicos). También publicaron un artículo de investigación sobre cómo construyeron su modelo, aunque ocultaron ciertos detalles sobre los datos de entrenamiento.Hicieron que su producto fuera gratuito para que usuarios y desarrolladores globales pudieran experimentar con él.
Quizás lo más importante es que la ruta del código abierto brinda una enorme cantidad de transparencia, lo que podría mitigar los temores sobre el control de Pekín. Como escribió mi colega Parmy Olson, esto contrasta marcadamente con la ruta que ha tomado OpenAI de mantener sus modelos de IA patentados envueltos en una caja negra.
En otras palabras, Washington puede prohibir la aplicación de DeepSeek, pero la startup ha publicado la mayoría de sus avances en línea. También está permitiendo que los programadores de todo el mundo la modifiquen y creen productos nuevos y personalizados utilizando su tecnología de forma gratuita.
Un servicio de este tipo será difícil de eliminar en este momento. También podría verse como una medida irónica de un país que aparentemente celebra los mercados libres y la innovación. Como dijo el destacado inversor de Silicon Valley Marc Andreessen : “el código cerrado, opaco, censurador y políticamente manipulador frente al código abierto y gratuito no es la posición ganadora que necesita Estados Unidos”.
Hay un argumento válido para afirmar que la prohibición del software y la tecnología de China es un objetivo legítimo para Estados Unidos, dado que ese país prohíbe la mayor parte de la influencia tecnológica estadounidense detrás del Great Firewall (censura de la internet), desde los sitios de redes sociales de Meta Platforms Inc. (META) hasta el motor de búsqueda Google de Alphabet Inc (GOOGL).
En lugar de seguir el manual de un régimen autoritario y reprimir una pieza de tecnología democratizadora, Estados Unidos debería adoptar una estrategia con su próximo paso. Los líderes tecnológicos y los responsables de las políticas deberían examinar cómo se podrían utilizar los avances de código abierto de DeepSeek para impulsar las innovaciones estadounidenses en inteligencia artificial.
Puede que sea inevitable no permitir el uso de los productos de DeepSeek en Estados Unidos, pero será casi imposible para Washington eliminar su influencia. Y bloquear la aplicación no impedirá que el resto del mundo acceda a la tecnología subyacente. Los responsables políticos y los líderes tecnológicos deberían reaccionar ante este momento abrazando plenamente el movimiento de código abierto.
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