No hay que dar por sentado el próximo movimiento de la Reserva Federal

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Jerome Powell
Por Bloomberg Editors
03 de octubre, 2025 | 08:26 AM

Como se esperaba, la Reserva Federal recortó su tasa de política monetaria en un cuarto de punto porcentual el 17 de septiembre. Los responsables habían anunciado la medida con antelación y su presidente, Jerome Powell, explicó bien los motivos. Sin embargo, no está nada claro qué va a suceder con la política monetaria a partir de ahora, y el banco central no puede hacer mucho al respecto.

La Fed está tratando de combatir la incipiente estanflación: una inflación que supera el objetivo combinado con un mercado laboral estancado. Solamente dispone de una herramienta, la tasa de política monetaria, y no puede alcanzar su doble mandato de precios estables y máximo empleo si dichos objetivos se contraponen.

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En la actualidad, esto es lo que está sucediendo como consecuencia de la política de la Casa Blanca. Sus enérgicas medidas contra la inmigración han creado una crisis en el mercado laboral, al tiempo que sus aranceles han agravado las perspectivas inflacionarias.

Según explicó Powell, el equilibrio de riesgos ha experimentado un cambio. La contratación se ha hundido, aunque hasta ahora ha tenido poco efecto sobre el desempleo porque también ha disminuido la oferta de mano de obra.

La ralentización de la demanda de mano de obra hace prudente una pequeña bajada de las tasas. No obstante, como también señaló Powell, es imposible determinar si serán necesarios más recortes.

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El resumen de las proyecciones económicas del banco central, el denominado “gráfico de puntos”, apunta a dos recortes más de 25 puntos básicos este año, pero la dispersión de las previsiones es amplia y Powell hizo hincapié en que la Fed no tiene un plan fijo.

Eso es positivo. En la actual situación de incertidumbre, cualquier calendario de esa índole sería más que inútil.

Además, resulta esperanzador que la Reserva Federal esté siendo criticada por igual por los halcones y las palomas (moderados) de la inflación.

Los halcones destacan que los responsables políticos prevén ahora una inflación algo más alta para el 2026 (2,6%, frente al 2,4% previo) y un desempleo algo menor (4,4%, en vez del 4,5%), y se cuestionan por qué era necesaria la rebaja de tasas.

Los moderados recalcan que las expectativas de inflación a más largo plazo se mantienen bien ancladas y que la pausa en la contratación, que agravará el desempleo si no se aborda, exige medidas más audaces.

Los halcones tienen razón en que los aranceles impulsarán los precios al alza. Pero si esto provoca un repunte temporal de la inflación, en lugar de un aumento persistente, una política más restrictiva es la respuesta equivocada, especialmente si el mercado laboral se está debilitando.

Los más conservadores, por su parte, ignoran el riesgo de que una flexibilización más agresiva pueda impulsar la inflación prevista más allá del corto plazo: una fórmula para una estanflación arraigada y, en última instancia, un ajuste de cuentas más severo.

Nuevamente, para el banco central, es una situación sin salida: en las condiciones actuales, no puede lograr el máximo empleo y la estabilidad de precios; solo puede aspirar a gestionar los riesgos.

Reserva Federal

Los desafíos a su independencia dificultan esto.

Stephen Miran, funcionario de la Casa Blanca, asumió su puesto en la junta directiva de la Fed para la última decisión y disintió, votando a favor de un recorte de 50 puntos básicos. Otros dos designados por el presidente, Michelle Bowman y Christopher Waller, se unieron a Powell y al resto para respaldar el recorte menor.

Esta muestra de unidad fue notable, pero es poco probable que perdure. Más allá de la decisión de este mes, la diversidad de opiniones sobre qué política “apropiada” podría exigir es amplia.

Por el momento, esto podría ser útil, ya que los inversores estarán menos inclinados a confundir el diagrama de puntos con un plan. Pero cualquier beneficio de esta clase se verá ampliamente superado si la Fed, percibida como dividida e indebidamente influenciada por la política, llega a ser vista como alguien que ya no está comprometida con su objetivo de inflación del 2%.

Por ahora, su credibilidad en este aspecto permanece intacta. Si esto cambia, lo que sigue hará que sus dificultades actuales parezcan triviales.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial de Bloomberg LP y sus propietarios.

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