Si uno se pregunta por qué el índice S&P 500 se ha comportado tan bien en los ultimos dos meses, no hay más que fijarse en los sectores de la tecnología y las comunicaciones, que juntos constituyen casi un 50% de la ponderación del índice.
Frente a todas las oscilaciones de la política comercial que han acaparado titulares desde comienzos de abril, los analistas han continuado pronosticando un crecimiento de los beneficios de más del 14% en esos sectores juntos para este año, una previsión que realmente no se ha movido.
Aunque Wall Street no ignora los riesgos que pueden entrañar los aranceles y la ralentización del consumo, los analistas creen que las superestrellas de la innovación estadounidense compensarán parcialmente cualquier daño.
Y con toda razón. El buque insignia de la IA, Nvidia Corp. (NVDA), anunció unos ingresos de US$44.100 millones en el último trimestre, lo que supone un extraordinario incremento del 69% en comparación con el año anterior.
Microsoft Corp (MSFT), la mayor compañía del índice por ponderación, registró un aumento del 20% en sus ingresos en la nube durante el pasado trimestre, lo que evidencia por qué su modelo basado fundamentalmente en el software la deja relativamente aislada de los aranceles.
Y Netflix Inc. (NFLX), que recientemente subió con éxito los precios de las suscripciones, dijo que sus ingresos habían subido un 12,5%, lo que reafirma la resistencia de su modelo de negocio.
Esto no significa que todo vaya bien en la economía, pero es evidente que hay un elemento de composición en la percepción de solidez del principal índice bursátil.
Además del problema de la ponderación sectorial, mi colega de Bloomberg Opinion, Nir Kaissar, ha indicado que las compañías con mayor ponderación también suelen gozar de un extraordinario poder de fijación de precios que les resultará muy beneficioso en caso de guerra comercial.
Esto, en parte, explica por qué el S&P 500 está otra vez a escasa distancia de sus máximos históricos, incluso cuando las empresas de pequeña y mediana capitalización siguen estando cerca de un 17% y un 11% por debajo, respectivamente.
No obstante, incluso para los valores de gran capitalización, las perspectivas de los índices pueden ser un tanto engañosas.
Las proyecciones de beneficios del consumo discrecional no han resistido tan bien desde que el presidente Donald Trump dejó a los mercados en estado de alerta con sus aranceles del “Día de la Liberación” del 2 de abril a países de todo el mundo.
De acuerdo con los datos recopilados por Bloomberg Intelligence, los analistas de Wall Street ahora prevén que el sector de consumo discrecional del S&P 500 presente un descenso de las ganancias del 1,2% este año. Previo al 2 de abril, los analistas preveían un crecimiento del consumo discrecional del 4,5%.
También se han revisado a la baja las perspectivas del sector de bienes de consumo básico. Estas revisiones son reflejo de un contexto de ingresos más bajos y, en particular, en el caso de los bienes de consumo discrecional, de unos márgenes de beneficios más ajustados.

La pregunta ahora es qué sigue.
Como punto positivo, el Tribunal de Comercio Internacional de EE.UU. dictaminó el miércoles que muchos de los aranceles del presidente Trump son ilegales.
Sin embargo, como escribió Goldman Sachs Group Inc., el fallo “podría no cambiar el resultado final para la mayoría de los principales socios comerciales de Estados Unidos”. Un tribunal federal de apelaciones suspendió el jueves el fallo del Tribunal de Comercio Internacional, y la Casa Blanca planea apelar ante la Corte Suprema.
Incluso si su apelación fracasa, Alec Phillips de Goldman Sachs afirmó que la Casa Blanca aún podría restablecer muchos de los demás aranceles a través de otras vías legales.
Varios participantes del mercado creen que Trump ha experimentado remordimiento por algunos aranceles (o que se acobarda cuando la volatilidad del mercado se hace notar). Pero si Trump realmente buscara una oportunidad para abandonar la política por completo y, al mismo tiempo, salvar las apariencias políticas, este fallo sería precisamente esa vía de escape. Todo indica que no la aprovechará.
En el ámbito macroeconómico, el panorama es igualmente confuso.
Las revisiones del producto interior bruto (PIB) del primer trimestre, publicadas este jueves, mostraron que el gasto del consumidor avanzó a su ritmo más lento en dos años, y los datos de mayor frecuencia del Bank of America Institute sugieren que la desaceleración del consumo se extendió hasta abril y la primera parte de mayo.
Los indicadores tradicionales del mercado laboral han sido aceptables, pero la contratación sigue siendo extremadamente lenta y las solicitudes de subsidio por desempleo se encuentran ahora en su nivel más alto desde 2021.
A nivel corporativo, incluso algunas de las acciones más destacadas están dando señales de alerta, como Apple Inc. (AAPL), expuesta a aranceles, que se espera que registre un crecimiento de ingresos de apenas un dígito bajo a medio en su próximo informe trimestral (aunque esto depende del resultado de la política arancelaria).
Los inversores también están, con razón, en alerta ante nuevos obstáculos para las empresas impulsadas por la publicidad, como Alphabet Inc. (GOOGL) y Meta Platforms Inc. (META).
En cuanto a las acciones por excelencia de la IA, como Nvidia y Microsoft, es posible que algún día los inversores se encuentren en el lado equivocado de las expectativas extraordinariamente altas. Pero, evidentemente, ese día no ha llegado.
Existe una opinión pesimista generalizada de que el mercado está ignorando los obstáculos macroeconómicos, y no creo que sea del todo correcta.
Sí, el S&P 500 probablemente se encuentra en el extremo más alto de su rango de valor razonable, pero no está desvinculado de él. El Sr. Mercado parece tener razón en general: un puñado de superestrellas de la innovación siguen obteniendo resultados extraordinarios.
Otro puñado de sectores basados en el consumo están empezando a tener dificultades debido a la moderación del consumo y a una política comercial absurda que aparentemente está contra las cuerdas. Y más allá de eso, nadie tiene la menor idea de qué sucederá a continuación.
Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial de Bloomberg LP y sus propietarios.
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