En las últimas semanas, el bitcoin y el ether, principales exponentes del mundo cripto, han sufrido una intensa volatilidad, con tendencia bajista, que los ubica cada vez más lejos de los máximos alcanzados este mismo año y en terreno negativo durante 2025. En este contexto, los que más vienen sufriendo son los apalancados.
Por tomar un ejemplo reciente, de la última caída, un artículo de Bloomberg detalla que casi US$1.000 millones en posiciones cripto apalancadas fueron liquidadas durante la caída de precios el lunes 1 de diciembre, en la que el bitcoin llegó a ubicarse debajo de los US$84.000.
¿Pero qué es el apalancamiento? El apalancamiento es una herramienta que permite operar con más dinero del que se tiene disponible, utilizando fondos prestados del bróker o de la plataforma. Multiplica la exposición al movimiento del precio sin necesidad de inmovilizar todo el capital, lo que vuelve más accesible tomar posiciones grandes con un desembolso inicial reducido.
VER MÁS: Reserva de US$1.400 millones de Strategy no logra calmar preocupación por ventas de bitcoin
“El alto volumen de liquidaciones es una consecuencia directa del apalancamiento excesivo en el sistema", sostuvo Federico Ogue, CEO de Buenbit. Además, destacó que los traders que usan margen para amplificar sus ganancias amplifican, a su vez, la cascada de ventas cuando el precio retrocede, creando una “dinámica tóxica y autodestructiva para el mercado”.
Ante la consulta de qué enseñanzas dejan estas semanas bajistas, Ogue resumió: “La lección clara es que el riesgo en cripto, impulsado por el apalancamiento, sigue siendo sistémico e incrementa la volatilidad mucho más allá de lo que justificarían los fundamentals macro".
Ogue expresó que, si bien el mercado es un campo minado de volatilidad, “la mejor defensa es la asignación correcta del capital”. Y sugirió: “Esta corrección nos recuerda que priorizar el portafolio spot (sin apalancamiento) sobre el trading de futuros es la estrategia más prudente".
Y concluyó: “Al ser bitcoin el único activo que ha demostrado resiliencia y una tendencia positiva a largo plazo, su acumulación cuando el mercado retrocede debe ser la prioridad para todo inversor con convicción en sus fundamentales”.
Las lecciones respecto del apalancamiento
Pablo Casadio, cofundador de Bit2Me, explica que los precios de bitcoin y ether se mueven dentro de un esquema intrínsecamente inestable: “Son activos que, por su propia naturaleza, presentan una alta volatilidad”. Esa dinámica, dice, no responde a un único factor. Se combina lo esperable de los ciclos marcados por los halvings con elementos externos de origen diverso: la adopción de estas monedas como reserva de valor, las decisiones de política monetaria en torno al dólar y el euro, la liquidez global —incluyendo episodios como los ajustes regulatorios en Japón o la aprobación del presupuesto estadounidense— y la entrada de grandes fondos institucionales que operan con volúmenes capaces de inclinar el mercado.
VER MÁS: Giro en Japón enfría a Wall Street, hunde las cripto y dispara al dólar en América Latina
Según Casadio, esta multicausalidad “complejiza aún más los ciclos de alza y los de baja”. Para quienes analizan el mercado desde sus fundamentos, agrega, el retroceso actual “era esperable”, en línea con la lógica cíclica que ha caracterizado a bitcoin y ether desde sus inicios.
En momentos de tensión, el apalancamiento vuelve a quedar en el centro de la escena. “Es lo que amplifica los movimientos a la baja y acelera las liquidaciones”, señala. Para el ejecutivo, la clave hacia adelante pasa por una gestión prudente del riesgo y por evitar posiciones excesivamente apalancadas en un entorno que se mueve con brusquedad en el corto plazo, aunque con retornos elevados cuando se observa en perspectiva más amplia.
Correcciones que se vuelven cascadas
Joel Vainstein, CEO de Orionx, resaltó que el ajuste de precios tuvo múltiples capas. “El retroceso desde los US$91.000 hasta el rango de US$84.000 ocurrió en un contexto donde el apalancamiento volvió a mostrar su fragilidad”, explica.
Según detalla, las liquidaciones concentradas en el mercado asiático y los rumores de ventas institucionales actuaron como un acelerador: “Amplificaron un movimiento que, en condiciones normales, habría sido menos agresivo. En mercados donde el apalancamiento es alto, cualquier corrección se transforma rápidamente en cascada”.
A esa dinámica se suma el escenario macro. Con tasas todavía elevadas y un mundo financiero que rota hacia activos defensivos, Vainstein sostiene que la clave pasa por entender cómo se mueve el flujo global de capital. “Los activos no suben o bajan aislados, sino en relación a dónde está fluyendo el dinero”, apunta.
En su visión, quien sostenga una estrategia de largo plazo en bitcoin necesita reconocer ese patrón: “Hoy la liquidez no está tomando riesgo; está priorizando refugio. Eso no invalida la tesis de largo plazo, pero sí define cómo actuar en momentos así: comprar en caídas, administrar riesgo y esperar pacientemente a que la liquidez vuelva a buscar activos más volátiles”.
El episodio, resume, vuelve a colocar tres pilares en el centro de la conversación: una estrategia consistente a largo plazo, manejo prudente del riesgo y diversificación. “Es una corrección dura, pero típica de un mercado que convive con especulación y adopción institucional”, afirma Vainstein. Para él, quienes comprendan esta dinámica de liquidez y mantengan disciplina serán los que tengan mejores probabilidades de atravesar con éxito estos ciclos.
VER MÁS: La caída de las criptomonedas borra casi US$1.000 millones en apuestas apalancadas
Más detalles sobre el apalancamiento
Ese mecanismo amplifica tanto las ganancias como las pérdidas. Si el mercado se mueve en contra, la posición puede liquidarse automáticamente cuando el margen ya no alcanza para cubrir el riesgo. Por eso el apalancamiento se considera una estrategia de alto riesgo y requiere una gestión estricta del capital.









