Buenos Aires — Economistas del Citi esperan modificaciones del esquema cambiario en Argentina como parte del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, aunque advierten que no esperan un cambio sustancial que pueda poner en riesgo la desaceleración de la inflación, al menos hasta después de las elecciones de medio término. “El peso tendrá algún ajuste, pero todavía hay un consenso de que esto no sucederá hasta después de las elecciones”, señalan.
Ernesto Revilla, economista jefe de Citi para América Latina y Ricardo Dessy, director de la firma para el cono sur, compartieron este jueves sus expectativas respecto del acuerdo entre Argentina y el FMI que discutirá el Board en las próximas horas y analizaron el impacto que tendrá en el país y en la región el nuevo esquema arancelario global que puso en marcha el gobierno de Donald Trump.
A través de un Zoom, del que participó Bloomberg Línea, destacaron la predisposición que ven en el FMI respecto del caso argentino, indicaron por qué esperan que el foco esté más en la cantidad de reservas que en el nivel de tipo de cambio y valoraron la visita del secretario del Tesoro, Scott Bessent al país en medio de la tensión global que se desató tras el ‘Liberation Day’ estadounidense. Además, marcaron que Argentina ya tiene una moneda que se ha estado apreciando, por lo que señalaron que “un mayor debilitamiento del dólar, tal vez no sea tan bienvenido” aunque “quizás corrija el último desequilibrio que queda” en la economía.
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FMI, esquema cambiario y dólar blend
Si bien remarcan que no tienen precisiones y que “no las tiene nadie, porque todavía lo tiene que aprobar el Board en Washington”, desde Citi señalan que esperan modificaciones al actual esquema cambiario dado que persisten distorsiones. Entre ellas, apuntan contra el dólar blend ya que con reservas negativas, el 20% de las exportaciones se liquidan en los mercados financieros, privando al Banco Central de acumular US$1.400 millones cada mes.
“El Fondo va a exigir mover la lupa hacia cantidad de reservas más allá del tipo de cambio”, marca Dessy. El tipo de cambio, recuerda, es fundamental porque “en Argentina una devaluación fuerte implica inflación, inflación puede significar poner a riesgo las elecciones de medio término, donde el Gobierno necesita consolidar su política”.
Consultados respecto del posible paso hacia un esquema de flotación administrada con bandas, Revilla recordó que si bien eso dependerá mucho de los detalles, “hay consenso entre los economistas respecto de cómo acaban las cosas en Argentina”, pero resaltó que “no hay consenso ni certeza de cómo llegamos a esa etapa final”.
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“La etapa final es que el peso tendrá algún ajuste, que se llegará de manera gradual o un poco más rápida”. Antes o después, cree que se irá hacia un régimen cambiario unificado y la eliminación del cepo, pero agrega que “el consenso es que esto no sucederá hasta después de las elecciones”.
Y ante la pregunta de cuántas reservas netas necesitaría el país para poner en marcha ese esquema de flotación cambiaria administrada, dijo que “es difícil decir, pero un mínimo de US$5.000″.
“Diría un rango entre 5.000 y 10.000 millones de dólares, pero más que stock inicial de reservas al mercado le importa el flujo futuro. Independientemente que se empiecen con relativamente pocas reservas internacionales en términos netos, Lo que importa es cómo se ve la trayectoria hacia adelante”, expresó.
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Dessy lo complementó asegurando que si bien “nadie sabe bien cuál es la letra chica de lo que se va a discutir en el board”, desde Citi no ven un escenario de libre flotación, y consideró que “el cepo probablemente continúe” y que la unificación podría llevar más tiempo.
“En un ejercicio teórico, de flotación totalmente libre, no necesito reservas. Me corro y el mercado pone un precio. El riesgo de eso es que se meta una volatilidad innecesaria al tipo de cambio, que eso se transforme en mayor inflación y haga peligrar ese mandato que construyó el gobierno”. Es que a su juicio, el mayor atributo de la gestión de Javier Milei, incluso superior al mérito fiscal, es el mandato que construyó con los sectores más postergados de la población al prometerles ‘matar a la inflación’. “Esa fue la promesa, promesa que honró, y que le está dando ese 50% de apoyo después de todo el ajuste que hizo”.
Ante la consulta de Bloomberg Línea respecto del reciente anuncio de que Scott Bessent visitará Argentina, los economistas subrayaron la importancia de que el secretario del Tesoro de Estados Unidos llegue al país en momentos en que Estados Unidos está en una transformación profunda de su política económica y su relación con el mundo. “Que le dedique atención, ya no a América Latina, sino a Argentina en particular me parece positivo. Da confianza de que los acuerdos seguirán viniendo, serán buenos, y que el FMI aprobará sin problemas un programa que el mercado me parece ha interpretado como favorable para Argentina”, dijo Revilla.
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Aranceles, debilitamiento del dólar y presión sobre el peso
Al analizar el escenario global tras los anuncios de aumentos de aranceles y posterior pausa de 90 días que estableció Trump, los economistas del Citi marcaron que, de momento, hay más preguntas que respuestas, por lo que mantienen la cautela.
Si bien subrayó que “es difícil, si no imposible, predecir la ruta de la política económica en Estados Unidos”, Revilla pidió “no hay que olvidar que la tarifa que quedó efectiva de Estados Unidos sigue siendo muy alta y mucho más elevada de lo que teníamos hace apenas un mes”. Es que si bien para la mayor parte de los países la tarifa recíproca disminuyó a la tarifa mínima del 10%, para China se incrementó a 125%, por lo que “en términos netos, como China pesa tanto en el comercio y en el consumo de Estados Unidos, lo que sucedió dejó a Estados Unidos con una tarifa neta incluso más elevada”.
Pese a ello, analizó que “para Estados Unidos este choque es estanflacionario” ya que afecta negativamente la actividad económica (incluso le asigna un 70 a 80% de probabilidades a una recesión) e impulsa hacia arriba la inflación, lo que deja a la Reserva Federal en una posición “muy difícil”.
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Pese a ello, cree que “a América Latina le fue relativamente bien con las tarifas recíprocas” teniendo en cuenta que otros países emergentes, particularmente en Asia y en el este de Europa, quedaron con tarifas significativamente más altas. “América Latina con el 10% es la región mejor tratada en el mundo, no solo entre los países emergentes”, marcó.
Ocurre que para el economista jefe de Citi para América Latina, la región quedó bien posicionada para absorber este nuevo panorama arancelario. “¿Qué tan bien está posicionada América Latina para un entorno de dólar débil? La respuesta es que está bien. Un dólar débil lo que significa es un viento a favor de economías emergentes porque tiende a facilitar el flujo de capital, particularmente hacia América Latina”, explicó.
Y si bien expresó que la contraparte de un dólar débil son monedas latinoamericanas relativamente fuertes, evaluó que “las monedas están relativamente bien valuadas”, la inflación converge a las metas de los bancos centrales en casi toda la región y las tasas están por encima de su nivel neutral, lo que le da espacio a los bancos centrales para reaccionar.
No obstante, hizo hincapié en la “excepción particular” que representa Argentina, que “tiene una moneda que en términos reales se encuentra relativamente fuerte”. Por ello, manifestó que tal vez “el fortalecimiento de la moneda quizás no sea bienvenida en este momento como lo sería para otras economías”, aunque consideró que ese proceso tenderá a corregir “este último desequilibrio que queda en la economía argentina”.
En el escenario base que ven dentro de Citi, el economista ve un dólar no muy volátil y relativamente débil hacia el resto del 2025 y 2026, por lo que no ve que pueda ejercer mucha presión a las monedas latinoamericanas ni al peso argentino. “El escenario base de Argentina, con el programa del FMI, es que el programa de estabilización puede mantenerse con este equilibrio macroeconómico que tiene por lo menos hasta las elecciones y después ver los detalles de qué sucederá con el cepo y con los diferentes regímenes cambiarios que tiene Argentina”.
Por último, así como expresó que “en el escenario base no debería haber demasiados vientos en contra”, advirtió que en un escenario de riesgo, en el que Trump no hubiera dado marcha atrás y la depreciación del dólar fue más fuerte, “eso pondría mucha presión a fortalecer un peso argentino en un nivel que bajo muchos modeles ya se encuentra caro, que se encuentra fuerte en términos reales”.
“Eso haría más difícil el manejo macroeconómico, lo haría más caro y menos competitivas las exportaciones, que son muy importantes en este ciclo de Argentina”, cerró.