Carry trade, remesas y coyuntura externa mantienen anestesiado el riesgo fiscal de Colombia

El peso colombiano está en su nivel más fuerte de 16 meses apoyado en el diferencial de tasas que mantiene el Banco Central colombiano con la Fed, la llegada de divisas que aseguran un controlado déficit de cuenta corriente y un dólar que se debilita a nivel global.

U.S. ten dollar bills shuffle through a counting machine at the Alfa Divisas SA de CV currency exchange in Mexico City, Mexico, on Wednesday, June 6, 2012. The biggest drop in the Mexican peso in eight months is prompting Jefferies Group Inc. and Deutsche Bank AG to predict the central bank will step up intervention in the currency market to prevent inflation from quickening. Photographer: Susana Gonzalez/Bloomberg
25 de septiembre, 2025 | 05:00 AM

Bloomberg Línea — El precio del dólar en Colombia se mantiene por debajo de los COP$3.900, su nivel más bajo desde mayo de 2024, y acumula una apreciación de 12,2% en lo corrido del año, consolidándose como una de las monedas emergentes de mejor desempeño global y dejando en segundo plano los riesgos fiscales de la economía andina.

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El repunte, comparable al de 2023, ha resistido incluso a episodios de incertidumbre local como el levantamiento de la regla fiscal, la juramentación de Donald Trump como presidente de EE. UU. y la descertificación en materia de lucha antidrogas.

“El comportamiento reciente del peso colombiano muestra una resiliencia inusual frente a choques de aversión al riesgo global”, señaló el equipo de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, la empresa de infraestructura del Grupo Aval. “Esto plantea la pregunta de si estamos frente a una reconfiguración temporal de flujos o a un cambio más estructural en cómo el mercado descuenta los riesgos asociados a Colombia”, añade la firma.

La apreciación se explica, en gran medida, por factores externos: un dólar global más débil, la expectativa de recortes de tasas en EE. UU. y una menor aversión al riesgo tras la flexibilización de las políticas comerciales de Trump.

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A esto se suman elementos domésticos como los altos diferenciales de tasas de interés, la credibilidad del Banco de la República y flujos estables de remesas que han compensado el retroceso de las exportaciones petroleras.

Vientos externos a favor

El debilitamiento del dólar ha sido el motor principal de la revaluación del peso colombiano en 2025. El índice DXY acumula una caída de 10,6% en el año, tocando mínimos desde 2022, tras el inicio de un ciclo de recortes de tasas por parte de la Reserva Federal en Estados Unidos.

“Si el dólar global hubiera seguido la senda prevista en enero, la tasa de cambio estaría hoy cercana a los COP$4.300, en lugar de los COP$3.860 actuales”, explicó Corficolombiana. “Esto significa que aproximadamente la mitad de la fortaleza en 2025 puede atribuirse al debilitamiento global del dólar”.

El apetito por riesgo también se ha incrementado: el índice de monedas emergentes de Deutsche Bank sube 11,1% en el año y las principales divisas latinoamericanas se fortalecen en promedio 10,2%. En contraste, el petróleo Brent ronda los US$67 por barril, un 8% menos que hace un año, sin frenar el desempeño del peso.

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Política monetaria y confianza institucional

La cautela del Banco de la República en su ciclo de recortes ha mantenido atractivo el carry trade. Mientras Chile y Perú vieron apreciaciones más limitadas, Colombia y Brasil conservaron diferenciales de tasas que atrajeron capitales.

“El diferencial frente a las tasas externas continuará siendo elevado en 2026, lo que robustecerá el atractivo del peso”, destacaron los analistas de Corficolombiana.

Este enfoque reforzó la confianza en la independencia del banco central, que se había puesto en duda a finales de 2024 con el nombramiento de nuevos codirectores cercanos al Gobierno. Sin embargo, la línea hawkish de la mayoría de la Junta disipó temores de injerencia política.

Remesas y cuenta corriente como ancla

Las remesas alcanzaron un récord de US$6.408 millones en el primer semestre de 2025, un alza de 13,9% anual. Esta entrada de divisas ha compensado la menor dinámica petrolera y mantenido el déficit en cuenta corriente en niveles bajos, alrededor del 1,2% del PIB.

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“El bajo déficit en cuenta corriente ha servido de ancla para la tasa de cambio, reduciendo la presión de demanda de divisas sobre el mercado local”, afirmaron los investigadores de Corficolombiana.

Operaciones de deuda: catalizador clave

La operación de manejo de deuda también ha incidido en la tendencia. Del total de US$9.300 millones anunciados, solo una parte se destinó a recomprar títulos globales en dólares. El resto se canalizó hacia TES en pesos, lo que generó monetizaciones que aumentaron la oferta de divisas.

“Las expectativas mismas de una mayor oferta de dólares asociada a la operación han potenciado la presión bajista sobre la tasa de cambio”, señaló el equipo económico.

Riesgo fiscal en segundo plano

Moody’s y S&P rebajaron la calificación de Colombia en 2025 por el deterioro fiscal, al tiempo que el Gobierno levantó la regla fiscal y presentó un presupuesto que depende de una ambiciosa reforma tributaria. Aun así, el peso se mantuvo firme.

“Se ha consolidado una tendencia estructural de apreciación del peso colombiano que incluso ha logrado ‘anestesiar’ los crecientes riesgos fiscales”, dijo Corficolombiana.

Elecciones en el radar

La atención del mercado comienza a girar hacia las elecciones legislativas y presidenciales de 2026. Los precios actuales sugieren que los inversionistas descuentan un giro político favorable al sector privado.

“Esperamos que la tendencia de apreciación continúe e incluso se acentúe si el proceso preelectoral confirma un cambio en el péndulo político en Colombia”, concluyó Corficolombiana. “Sin embargo, no podemos descartar un escenario contrario, en donde gane fuerza la permanencia en el poder del partido de Gobierno, lo cual podría impulsar una desvalorización de los activos locales”.

Con un dólar globalmente más débil, un banco central firme en su independencia y fundamentos externos que sirven de colchón, el peso colombiano parece encaminado a cerrar 2025 en torno a los COP$3.920 por dólar, de acuerdo con las proyecciones de Corficolombiana, que revisaron su meta a la baja desde los COP$4.030 previos.

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La pregunta abierta es si esta fortaleza es coyuntural o estructural. Por ahora, la resiliencia de la moneda frente a episodios de riesgo sugiere que la segunda opción gana fuerza.

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