Bloomberg Línea — Empresarios y consumidores, políticos y académicos deben comenzar a prepararse para que las tasas de interés en Colombia permanezcan altas por mucho tiempo.
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Tras escuchar los argumentos presentados en la rueda de prensa de política monetaria del banco central, Alejandro Reyes, economista principal de BBVA Research, aseguró que “mantenemos nuestra postura de estabilidad de tasas en lo que resta del año y en buena parte de 2026”. Y advirtió que “la postura del grupo mayoritario sigue fortaleciéndose, en particular, a partir de los resultados más recientes en inflación y expectativas, ambas al alza, lo que mantiene el riesgo de escenarios menos favorables sobre la inflación en 2026”.
El déficit fiscal que este año se proyecta sobre el 7,1% del PIB, una economía creciendo a un ritmo modesto, el empleo en su mejor nivel del siglo, un dólar debilitado y un salario mínimo que seguramente subirá por encima de la inflación son algunas de las razones que soportan la posición mayoritaria de la Junta Directiva del Banco de la República.
El presidente Gustavo Petro, inconforme y enemistado con la autoridad monetaria, empieza a ver que las tasas “sólo bajarán cuando elijamos al próximo miembro de la Junta Directiva del Banco de la República”.
En palabras del gerente general del banco central colombiano, Leonardo Villar, “el próximo nombramiento de un miembro de la Junta Directiva será en febrero de 2029”. Para entonces Petro ya no será presidente y sólo si su sucesor fuera un candidato de izquierda, podría garantizar que quien llegue a la autoridad monetaria tenga afinidad con su visión económica.
Camilo Pérez, director de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá coincide en que en 2025 no se moverán las tasas y tampoco al inicio de 2026.
“Las tasas permanecerán en 9,25% hasta que la evidencia de mejora de la inflación y sus expectativas sea contundente”, dijo el analista, quien, además, explicó que “un escenario de aumento de tasa no se puede descartar”, pero enfatizó en el mismo aspecto que lo hizo el gerente Villar, “no es el escenario central”.
La voz oficial del Ministerio de Hacienda, representada en esta ocasión por el viceministro Carlos Betancourt, expresó la diferencia institucional con la decisión adoptada por la mayoría de la Junta del banco central.
Señaló que, en su opinión, el diferencial entre la tasa neutral estimada y la tasa repo real observada seguiría siendo suficientemente amplio para mantener los riesgos inflacionarios bajo control, incluso si se hubiera adoptado un recorte.
Asimismo, Betancourt reiteró el mensaje del ministro, Germán Ávila, según el cual la pausa en el ciclo de recortes de tasas va en contra del esfuerzo por impulsar el crecimiento económico.
Con respecto a ese punto, el gerente Villar reconoció nuevamente que la postura de la política monetaria es restrictiva, buscando precisamente encaminar la inflación hacia la meta, o al menos al rango entre 2% y 4%.
Sobre este punto, Villar indicó que, si bien al cierre de 2026 no se llegará al objetivo central de 3% de manera estricta, a lo largo del año se irá convergiendo en dicha dirección, reconociendo que el tiempo estimado para llegar a este referente se ha alargado.
Para puntualizar, Villar reveló que, aunque no se logré llegar a la meta de 3% al cierre de 2026, dicho objetivo se lograría en el primer semestre o en los primeros tres trimestres de 2027.
Entre tanto, Daniel Velandia, director de Investigaciones Económicas de Credicorp Capital también ve un escenario de estabilidad en tasas que se prolongará durante un periodo largo.
“Esperamos que la mayoría de la Junta del Banco de la República mantenga una postura cautelosa ante la combinación de riesgos”, dijo el analista Velandia.
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Entre los riesgos está “un alza para la inflación, incluyendo el aumento del salario mínimo, el dinamismo observado en la demanda interna en medio de un déficit fiscal elevado, y el reciente deterioro de las expectativas de inflación”, destacó.









