Bloomberg — Javier Cuéllar está apostando a lo grande. Al lanzar una compleja operación de deuda por valor de US$9.000 millones en francos suizos, dólares y pesos, Cuéllar, el director de Crédito Público de Colombia, afirmó que estaba asumiendo un riesgo sin precedentes en la historia del país.
Esto ocurrió en julio, cuando el funcionario de 40 años llevaba apenas tres meses en el cargo. Había llegado al Ministerio de Hacienda como un desconocido para los operadores de Wall Street e incluso para muchos en Bogotá, pero esa transacción, y el intenso repunte de varios meses que provocó, lo convirtieron rápidamente en uno de los nombres más reconocidos de los mercados de deuda latinoamericanos.
“Es diferente y arriesgado”, dijo José Luis Hernández, jefe de operaciones de Corficolombiana. “Quiere romper el molde”.
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Algunos de los que se han beneficiado gracias al repunte —el tercero más grande entre todos los mercados de bonos locales de países en desarrollo— han empezado a llamarlo cariñosamente “Mi Director”.
Para otros, especialmente quienes habían apostado en contra de los activos colombianos y se vieron perjudicados por las repentinas subidas, Cuéllar es un “cowboy” que asumió riesgos innecesarios y tuvo suerte al lanzar su plan justo cuando los mercados emergentes se recuperaban.
Había muchos inversores en ese bando bajista cuando Cuéllar asumió el cargo. Su jefe, el presidente de izquierda Gustavo Petro, durante años acumuló enormes déficits presupuestarios que asustaron a los mercados y elevaron los costos de financiación de Colombia tanto en el país como en el extranjero. Cuéllar solo quería romper ese ciclo y cambiar el impulso del mercado.
Por ahora lo ha conseguido, pero la pregunta es: ¿a qué precio? Las autoridades han revelado algunos detalles sobre el préstamo en francos suizos que fue clave para el cambio de rumbo, pero han mantenido en secreto otros, como el costo total de la operación.
Además, Barclays Plc estima que las operaciones diseñadas por Cuéllar podrían añadir US$5.000 millones o más a los pagos de la deuda que Colombia deberá afrontar el próximo año, justo cuando se celebren las elecciones para sustituir a Petro. Si ganara un candidato tan derrochador como Petro —o más—, recaudar el dinero para esos pagos podría resultar complicado.
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“Está haciendo algo enorme y asumiendo un gran riesgo”, dijo Benito Berber, economista jefe para América de Natixis. “Sin duda, aumenta lo que está en juego para quien esté en el poder en 2026”.
Cuéllar no se inmuta. En una declaración, expresó su confianza en que mantendrá bajos los pagos de la deuda del próximo año, en parte mediante la recompra de más bonos que vencen pronto. “Uno de mis principales objetivos como director de Crédito Público es garantizar que el próximo gobierno herede un perfil de vencimiento de deuda más sólido”, afirmó.
Y si, para algunos en el mercado, ese tipo de acuerdos significa que es un “cowboy”, pues que así sea. “Dicen que me comporto como un cowboy, muy bien”, dijo Cuéllar. “Estoy trabajando duro para demostrar que nuestros fundamentos merecen diferenciales más ajustados”. Predijo que los rendimientos de los bonos en dólares de Colombia podrían incluso empezar a cotizar por debajo de los de la deuda brasileña. Hoy son más de medio punto porcentual más altos.

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Cuéllar ha pasado la mayor parte de su carrera en Colombia, y buena parte de ella en el gobierno. Además de un periodo en State Street Corp., en Boston y Londres, ha ocupado puestos en la zona de Bogotá, según su perfil de LinkedIn.
Asumió la dirección de la Oficina de Crédito Público justo cuando la guerra comercial del presidente Donald Trump agitaba los mercados mundiales y provocaba una caída de los activos de los mercados emergentes. Rápidamente se puso manos a la obra.
Pidió prestados miles de millones en francos suizos a bajas tasas de interés para recomprar los bonos en dólares de Colombia, eliminando la costosa deuda del balance del país y presionando a los inversores bajistas. En sólo unos meses, Cuéllar cerró acuerdos con entidades como Goldman Sachs Group Inc., JPMorgan Chase & Co. y Banco Santander, refinanció una gran parte de la deuda local e incluso vendió los primeros bonos denominados en euros de Colombia en una década.
Hasta ahora, al menos, su estrategia está funcionando.
El rendimiento adicional que exigen los inversores para adquirir bonos del Estado colombiano frente a los bonos del Tesoro estadounidense se ha reducido casi un punto porcentual este año, superando ampliamente la recuperación de otros países con calificaciones similares. En promedio, los bonos denominados en pesos colombianos han obtenido una ganancia del 27% en términos de dólares este año, solo por detrás de Brasil y México entre las economías en desarrollo.
Una operación separada de “swap” cruzado de divisas que Cuéllar utilizó para recomprar el primer lote de bonos en dólares generó un beneficio de US$85 millones, según informó el Ministerio de Hacienda en octubre.
“Si Cuéllar hubiera seguido una estrategia tradicional de emisión de deuda, la situación sería mucho peor de lo que es ahora”, afirmó Felipe Campos, estratega de Alianza Valores, una correduría local. “El riesgo está dando sus frutos”.
Cuéllar prevé que los pagos anuales de intereses se reduzcan hasta situarse cerca del 3,2% del producto interno bruto, frente al 4,7% actual, lo que colocaría la relación deuda/PIB por debajo del 60%. También aseguró que su estrategia de deuda ha reducido el importe pendiente de la deuda pública en 39 billones de pesos (US$10.000 millones).
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“Nuevo libro”
“Estamos creando un nuevo libro”, afirmó Cuéllar en una entrevista en septiembre. “Júzguenme en 12 meses por los resultados. No me juzguen anticipadamente por una opinión”. En una conversación de seguimiento esta semana, calificó de “bajo” el riesgo de refinanciación que tanto preocupa a sus críticos.
“No digo que no exista”, reconoció, “pero es bajo”.
Al preguntarle sobre las condiciones del préstamo en francos suizos, Cuéllar explicó que el gobierno había cubierto la mayor parte del riesgo cambiario y que estaba pagando una tasa de interés base del 1,5%, más una serie de costos adicionales que no reveló. Goldman y JPMorgan se negaron a comentar las condiciones del préstamo. Un representante de Santander no respondió a una solicitud de comentarios.
“No se sabe públicamente qué parte de este préstamo está cubierta contra el riesgo cambiario”, señaló Carlos de Sousa, gestor de carteras de Vontobel Asset Management. “Quizás dentro de dos o tres años podamos volver a evaluar la situación”.
Para entonces, el nuevo presidente estará en el cargo y se conocerá el veredicto sobre la estrategia de Cuéllar.
“Si un gobierno favorable al mercado gana las elecciones, la refinanciación podría realizarse en condiciones aún mejores que las actuales”, opinó Alejandro Cuadrado, estratega de BBVA en Nueva York. “Pero si prevalece un candidato visto con malos ojos por los inversionistas, los planes de Cuéllar podrían ser más difíciles de ejecutar”.
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Hernández, el operador de Corficolombiana, coincide: “Se trata de una jugada electoral muy importante”.









