BofA advierte por una estanflación en EE.UU. y reduce pronósticos de crecimiento

La nueva política arancelaria de Trump llevó al banco a recortar su previsión de crecimiento. Prevé inflación alta y bajo crecimiento en Estados Unidos, con riesgos de recesión.

La entidad advierte que los efectos del shock de incertidumbre podrían ser más profundos y duraderos, afectando la inversión y el consumo.
21 de abril, 2025 | 12:53 PM

Bloomberg Línea — Bank of America (BAC) recortó sus previsiones de crecimiento económico global para 2025 y 2026, anticipando una expansión de 2,8% y 3,0%, respectivamente. Esta revisión a la baja, de 30 y 20 puntos básicos, refleja el impacto negativo de la nueva agenda arancelaria del presidente Donald Trump, cuya implementación ha sido más volátil de lo previsto y ha generado un fuerte shock de incertidumbre a escala global.

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Según el informe enviado a analistas, cerca de un tercio de esta desaceleración se explica por la economía estadounidense, mientras que el resto corresponde a China, Japón y otros mercados emergentes.

BofA advierte que Estados Unidos enfrenta un escenario de estanflación: un crecimiento más débil acompañado de una inflación elevada. La entidad estima que el crecimiento del PIB en términos intertrimestrales anualizados será de solo 1% en 2025 y 1,7% en 2026, al tiempo que prevé que la inflación subyacente alcance un pico de 3,5%.

A pesar de las expectativas del mercado, el banco mantiene su pronóstico de que la Reserva Federal no recortará tasas en 2025 y que recién aplicará una reducción de 100 puntos básicos en 2026. Asigna además un 35% de probabilidad a una recesión en Estados Unidos.

El presidente Donald Trump ha desatado un shock económico en medio de su política comercial.

La desaceleración también impactará a otras economías relevantes. En China, BofA recortó su estimación de crecimiento al 4,0% en 2025 y al 4,2% en 2026, alejándose aún más del objetivo oficial cercano al 5%.

Además, proyecta un fuerte golpe comercial en el segundo trimestre del próximo año, con un crecimiento negativo de -2% trimestral anualizado.

En la eurozona, se prevé un crecimiento de apenas 0,8% en 2025 y 1,0% en 2026, acompañado de menor inflación, lo que llevaría al BCE a reducir su tasa terminal al 1,25%. Japón también sufrirá un enfriamiento: el crecimiento se limitará al 0,1% en 2025, con una inflación del 2,4%, manteniendo al Banco de Japón sin cambios en su política monetaria.

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BofA concluye que los riesgos siguen inclinados a la baja. Aunque se espera cierta desescalada arancelaria y posibles acuerdos bilaterales, la entidad advierte que los efectos del shock de incertidumbre podrían ser más profundos y duraderos, afectando la inversión y el consumo.

Además, no descarta una nueva escalada en la guerra comercial, lo que agravaría el riesgo de recesión y frenaría aún más el crecimiento global.