Bloomberg Línea — América Latina se prepara para cerrar 2025 con uno de sus mejores desempeños bursátiles en años. Tras un rally que ha impulsado a las principales plazas de la región, las bolsas latinas entran al último trimestre con un viento de cola favorable, pero todavía con riesgos por delante.
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El cuarto trimestre tiene una importancia estacional. De acuerdo con Bloomberg Intelligence, la región ha tenido en promedio un rendimiento del 2,6% en este periodo durante los últimos 15 años, lo que lo convierte en el más fuerte del año.
Esta tendencia llega en un momento en el que, en el rendimiento acumulado anual, la región ha avanzado un 40% en dólares, un desempeño que supera ampliamente al de la mayoría de los mercados desarrollados.
Sin embargo, debajo de este dinamismo de corto plazo persisten señales de advertencia. Jennie Li y Christopher Cain, estrategas de Bloomberg Intelligence, advierten que “el actual nivel de prima de riesgo en América Latina sugiere retornos débiles hacia adelante”.

Según sus cálculos, la prima de riesgo se ha reducido a 5,4%, ubicándose en el quintil más bajo desde 2021, un rango que “típicamente ha entregado retornos negativos, con pérdidas medianas de 6,9% a seis meses y de 8,5% en los siguientes 12 meses”.
El impulso de la Fed y los estímulos globales
La dinámica bursátil de 2025 en Latinoamérica responde a una combinación de factores externos e internos, que han potenciado el atractivo de la región para los inversionistas internacionales.
Por un lado, el debilitamiento del dólar ha sido un catalizador crucial. Como lo destaca UBS, cada vez que la divisa estadounidense se deprecia más de 5%, las acciones de mercados emergentes tienden a superar a las de Estados Unidos en un promedio de 11%.
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A ello se suma un entorno externo más benigno. La moderación de las tensiones comerciales promovidas por Estados Unidos redujo la volatilidad y permitió que flujos de capital buscaran refugio en mercados con múltiplos más atractivos.
El resultado ha sido un reequilibrio global de capitales que ha favorecido a la región. La expectativa de recortes de tasas en las principales economías desarrolladas, junto con un flujo sostenido de inversión extranjera y la resiliencia de los resultados corporativos en varios países, han consolidado un escenario de fuertes repuntes bursátiles.
Además, para JPMorgan (JPM), el ciclo de relajación monetaria iniciado por la Reserva Federal representa una excepción histórica, ya que no se da en medio de una crisis, sino de un aterrizaje suave en Estados Unidos y con un dólar en tendencia bajista.

“Por primera vez desde 2014, el dólar se está debilitando, lo cual permite a todos los mercados de América Latina continuar, reanudar o iniciar un ciclo de relajación monetaria”, sostiene el informe liderado por Emy Shayo Cherman.
Los estrategas de JPMorgan destacan que esto ayuda a sostener las ganancias de la región. Brasil se perfila como el mayor beneficiario dentro de este nuevo ciclo de relajación monetaria, tanto por su alta beta frente a los flujos globales como por sus perspectivas internas.
“Esperamos que el ciclo de relajación comience con un recorte de 25 puntos base en diciembre, y que en 2026 se acumulen 400 puntos adicionales, llevando la tasa hasta 10,75%”, señala el documento.
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En cuanto a México, los analistas observan una etapa de transición marcada por una baja en la inversión tras las elecciones y las tensiones comerciales con Estados Unidos.
Aun así, destacan que “la política económica ha sido favorable para los mercados, considerando que Banxico sigue flexibilizando y que el dispendio fiscal de 2024 se está corrigiendo”.
Riesgos políticos y primas comprimidas
Pero, pese al buen desempeño, los desafíos están por delante. El ajuste en las primas de riesgo ha sido generalizado, y aunque los fundamentos macro siguen siendo relativamente sólidos, los analistas subrayan que parte del rally podría haberse agotado.

“La prima de riesgo de América Latina ha caído por debajo de su promedio de cinco años, lo que sugiere que las acciones latinoamericanas ahora ofrecen menos valor relativo que a principios de año”, advierten Li y Cain.
En su análisis, Colombia y Brasil todavía exhiben las primas más altas, pero incluso estas han descendido de manera notable frente a los picos de 2024.
El caso chileno ilustra bien esta situación. Carolina Abuauad, analista senior de Vinci Compass, reconoce que “las valorizaciones podrían mantenerse en torno a niveles actuales. Con el rally del IPSA en lo corrido del año éstas se han ajustado, sobrepasando el promedio de los últimos 5 años para la razón Precio/Utilidad a doce meses, pero aún debajo del promedio de los últimos 10 años y debajo de la historia con respecto a pares emergentes”.
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Aunque el escenario base sigue siendo constructivo, Abuauad añade que “una toma de utilidad masiva posterior a las elecciones podría causar una caída del mercado accionario”.
En México, los sectores favoritos siguen atrayendo flujos selectivos, pese a la cautela global. Alejandro Padilla, economista en jefe de Banorte, apunta que “ante el apetito por riesgo a nivel global, especialmente en economías emergentes como la mexicana, los inversionistas podrían privilegiar algunas emisoras con valuaciones todavía atractivas, tal como Fibra Monterrey, La Comer, Alfa, FEMSA y GAP”.
Desde una óptica más global, el entorno financiero internacional sigue siendo favorable, pero también presenta signos de vulnerabilidad. Carlos Müller, director de estrategia de inversión de BBVA en Perú, subraya que “puede sonar contradictorio, pero hoy tanto los fondos de Money Market como el S&P 500 se encuentran en máximos históricos, lo que refleja unas condiciones de liquidez todavía muy favorables”.

Aunque advierte que “el indicador más vulnerable es el mercado laboral: la demanda de empleo se está debilitando por la desaceleración económica y por la adopción acelerada de la inteligencia artificial”.
Con los mercados locales en niveles históricamente altos, los retornos adicionales podrían depender más de revisiones al alza en ganancias que de expansiones de múltiplos.
Así lo concluye Abuauad al afirmar que “las utilidades de las compañías han mostrado solidez en la primera parte del año y podrían revisarse al alza de la mano de las mejores proyecciones de crecimiento económico, manteniendo las valorizaciones en torno a los niveles actuales”.
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Desde JPMorgan, los estrategas subrayan que el foco se está desplazando hacia catalizadores internos, en particular en países como Brasil. “Los dos disparadores estructurales siguen en pie: menores tasas y las elecciones de 2026, que podrían llevar a un cambio de régimen”, destacan.
La firma advierte que esta narrativa emergente, sumada a valuaciones contenidas, podría sostener el apetito por activos de la región incluso en una etapa de mayor selectividad global.
Li y Cain destacan que, pese a la narrativa positiva, América Latina ha tendido históricamente a quedar rezagada respecto de los mercados globales en el último trimestre del año. Mientras el promedio de retorno del cuarto trimestre para la región ha sido de 2,6%, el de los mercados globales asciende a 4,8%.

A esto se suma que la dispersión sectorial ha sido alta: si bien materiales, bienes discrecionales y tecnología han impulsado los avances recientes, los sectores defensivos como consumo básico han mostrado debilidad estructural, sobre todo en México y Chile.
Esta fragmentación en el desempeño y la menor prima de riesgo dejan una conclusión clara. Para Li, “el rally ha comprimido gran parte del valor relativo que existía, y los inversionistas deberán ser mucho más selectivos hacia adelante”.
En síntesis, América Latina cerraría 2025 con un rally histórico, pero el desafío será sostener las valorizaciones en un entorno global que exige mayor selectividad.