Bloomberg Línea — El Bank of America (BAC) anticipa que un debilitamiento del dólar estadounidense podría beneficiar a las monedas de América Latina, siempre y cuando no se materialicen choques económicos mayores.
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Sin embargo, la entidad subraya que la alta incertidumbre sobre la profundidad de la desaceleración global los lleva a mantener una postura cautelosa en las divisas emergentes.
“Preferimos evitar una exposición direccional en FX de América Latina hasta que veamos señales claras de que la reubicación de capital fuera de activos estadounidenses se traduce en flujos de entrada a mercados emergentes”, dijo el banco en su último informe de estrategia cambiaria.
Brasil y México
BofA mantiene una visión positiva para el real brasileño (USDBRL), respaldada en un carry atractivo, riesgos fiscales ya descontados y una relativa inmunidad frente a los riesgos de los aranceles de EE.UU. El banco proyecta un USD/BRL en 5,75 para finales de 2025 y en 6,00 hacia 2026.

Además, destaca que el Banco Central de Brasil podría aplicar un último aumento de tasas de 50 puntos base en mayo antes de mantenerlas estables por varios meses, mientras persisten incertidumbres fiscales asociadas a nuevas exenciones de impuestos.
“En el ámbito político, a medida que disminuye el apoyo popular al presidente Lula, existe preocupación por el riesgo de mayores gastos en el futuro. Además, los participantes del mercado debaten cada vez más sobre las elecciones”, dijeron los analistas del BofA.
Para el peso mexicano (USDMXN), la perspectiva es neutral. BofA considera que el ruido por los aranceles podría haber alcanzado su punto máximo y que el peso se mantendría estable si el crecimiento estadounidense se desacelera sin caer en recesión, con un USD/MXN estimado en 20,50 para 2025 y 21,75 para 2026.
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No obstante, estima que el impacto de los aranceles podría llevar a una recesión técnica, con un crecimiento del PIB de -0,2% en 2025.
“Alcanzar la meta fiscal este año es factible, pero la del próximo año puede ser más difícil dado el bajo crecimiento y las grandes presiones de gasto de Pemex”, advirtieron los analistas.
Los países andinos
En el caso del peso chileno (USDCLP), BofA mantiene una postura neutral. Un potencial cambio de política en el mediano plazo sería favorable, pero en el corto plazo persisten riesgos debido a la debilidad del crecimiento en China.
El banco estima un USD/CLP en 940 para finales de 2025 y en 900 hacia 2026.
Para el peso colombiano (USDCOP), la visión es bajista, basada en riesgos fiscales subestimados, una política monetaria más flexible y riesgos de menor crecimiento.

Los inversores temen un deslizamiento fiscal, mientras el Banco Central enfrenta limitaciones para facilitar recortes de tasas. Las proyecciones sitúan al USD/COP en 4.500 para el cierre de 2025 y en 4.400 para 2026.
En cuanto al sol peruano (USDPEN), BofA también muestra una postura bajista, citando los riesgos de recortes adicionales en las tasas de interés y la exposición a la demanda china. Se prevé un USD/PEN en 3,80 para 2025 y 3,85 para 2026.
No obstante, las autoridades peruanas consideran que los términos de intercambio, impulsados por el cobre y el oro, se mantendrán firmes gracias a la transición energética y la demanda tecnológica.
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Pasos positivos en Argentina
Respecto al peso argentino (USDARS), BofA tiene una perspectiva positiva, basada en la expectativa de que el gobierno no compre dólares hasta acercarse al piso de la banda cambiaria. Proyecta un USD/ARS en 1.350 para finales de 2025 y en 1.640 para 2026.
Destaca que la transición hacia una banda cambiaria ha sido más fluida de lo esperado, con una limitada transferencia inflacionaria, y reconoce avances positivos en el programa con el FMI.

“Creemos que, con el tiempo, Argentina reanudará la acumulación de reservas cambiarias, dado que la banda es creíble y en un contexto de política monetaria y fiscal restrictiva y con margen para la remonetización de la economía”, dice el análisis del banco.
Además, sobre Uruguay, BofA es optimista respecto al peso, apoyado en un crecimiento fuerte, entradas de inversión extranjera directa y una política monetaria restrictiva. El banco proyecta un USD/UYU en 41,9 para 2025 y en 43,0 para 2026.
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Las monedas de Centroamérica
En Centroamérica, para el colón costarricense la visión es neutral, debido a un crecimiento débil, aunque con un posible impulso por el fenómeno de nearshoring. Se estima un USD/CRC en 515 para 2025.
Para el peso dominicano, BofA mantiene una postura bajista, considerando que la reciente apreciación no está respaldada por fundamentos sólidos, con una proyección de USD/DOP en 64,0 para finales de 2025.