Bloomberg — Los mercados de opciones sobre divisas están dando señales de que el dólar volverá a estar bajo presión, justo cuando una oleada de riesgos amenaza con pesar sobre el billete verde de cara a agosto.
Los retrocesos de riesgo a un mes en el índice Bloomberg del dólar al contado, una medida clave del sentimiento, han pasado a territorio negativo por primera vez en dos semanas, favoreciendo la protección frente a la debilidad del dólar. La revalorización refleja las expectativas de que las fuerzas bajistas vuelvan a dominar pronto.
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Varios catalizadores macroeconómicos están en juego. Los operadores están pendientes de una señal pesimista de la Reserva Federal en su reunión de julio, junto con la preocupación por la imprevisibilidad de la política en Washington y la independencia del banco central. Los nuevos anuncios de aranceles y la continua debilidad de los datos económicos estadounidenses podrían erosionar aún más el sentimiento del dólar.
“Podríamos ver un dólar más débil porque tuvimos un pico en las tasas a corto plazo y un empinamiento de la parte larga”, dijo Peter Kinsella, jefe de estrategia de divisas de Union Bancaire Privee Ubp SA en Londres en una entrevista con Bloomberg TV. “Trump está añadiendo incertidumbre con la presión sobre” el presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo, y agregó que el dólar probablemente no ha tocado fondo todavía.

Los datos de flujos apoyan el cambio. Los últimos volúmenes nocionales de la Depository Trust & Clearing Corporation muestran un aumento de la demanda de exposición bajista al dólar en los principales pares en las últimas dos semanas, lo que apunta a un retorno más amplio de la convicción bajista.
Lo que es notable es que el llamado sesgo de volatilidad se ha vuelto más decididamente negativo que durante el rebote de junio, lo que sugiere que los operadores de opciones se están posicionando para que se reanude la tendencia bajista predominante.

Técnicamente, la divisa estadounidense sigue encerrada en un canal de tendencia bajista, y su último rebote se hace eco de un patrón observado a lo largo del año: un repunte de alrededor del 2%, seguido de una pérdida de impulso.
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El avance se vio limitado una vez más por la media móvil de 55 días, un nivel de resistencia clave que ha actuado repetidamente como techo. El fracaso continuado en romper al alza refuerza la opinión de que la fortaleza del dólar se sigue tratando como un desvanecimiento, no como el inicio de una ruptura.
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