¿Qué mirar al invertir en bonos de Estados Unidos y emergentes en el cuatro trimestre de 2025?

Bloomberg Línea recogió opiniones de expertos latinoamericanos, para conocer sus preferencias en renta fija estadounidense.

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Operadores trabajan en el parqué de la Bolsa Americana de Valores (AMEX) en Nueva York, EE.UU., el viernes 4 de abril de 2025.
04 de octubre, 2025 | 04:00 AM

El comienzo del último trimestre lleva a que muchos inversores piensen un rebalanceo de carteras, para afrontar la última parte del año. En ese contexto, Bloomberg Línea dialogó con expertos latinoamericanos para consultar qué están observando a la hora de posicionarse en renta fija estadounidense y cuáles son sus preferencias.

Búsqueda de seguridad en medio de tasas elevadas

Felipe Sepúlveda, analista jefe de Admirals, destacó que al cierre de 2025 los inversionistas en renta fija estadounidense están ajustando sus carteras hacia posiciones más defensivas. Según explicó, la revisión al alza del PIB del segundo trimestre a 3,8% anualizado y la caída de las solicitudes semanales de subsidio por desempleo a 218.000 han reducido las expectativas de recortes de tasas por parte de la Reserva Federal.

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“El mercado actualmente descuenta 42 puntos base de recortes para diciembre y cerca de 105 puntos base en total hasta fines de 2026, unos 25 puntos menos que en septiembre”, señaló.

En este contexto, explicó, los flujos se concentran en bonos del Tesoro de corto y mediano plazo (2–5 años), que permiten capturar rendimientos que siguen elevados, limitando el riesgo de duración en un escenario de tasas que podrían mantenerse más altas por más tiempo. También reseñó que “la preferencia por deuda de alta calidad crediticia responde a la incertidumbre política interna en Estados Unidos, incluyendo el debate fiscal y la posibilidad de un cierre parcial del gobierno".

En cuanto a la renta fija emergente, Sepúlveda señaló que los inversionistas son más selectivos y priorizan emisiones soberanas en moneda local de países con fundamentos fiscales sólidos y bancos centrales que ya avanzan en ciclos de baja de tasas, como Brasil o México. “Estos mercados ofrecen un carry atractivo y menor riesgo cambiario frente a un dólar que sigue respaldado por el diferencial de tasas frente a otras economías”, explicó.

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Según su mirada, la volatilidad política en Estados Unidos y los riesgos globales mantienen la búsqueda de calidad como una prioridad.

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Sesgo hacia duraciones intermedias

Emanoelle Santos, analista de mercados de la plataforma global de inversiones XTB Latam, explicó que en renta fija estadounidense se mantiene un posicionamiento con sesgo hacia duraciones intermedias (tramo 5–10 años) y una preferencia por emisiones con calificación en grado de inversión (A/BBB). Según el ejecutivo, esto busca capturar el rendimiento por cupón y aprovechar el beneficio adicional que se genera cuando el bono avanza hacia vencimientos más cortos dentro de la curva, conocido como carry & roll.

“Este enfoque permite obtener rentabilidad sin exponerse en exceso a los tramos ultralargos, donde la prima por plazo y la elevada oferta del Tesoro podrían generar mayor volatilidad”, señaló.

En el segmento de alto rendimiento, agregó, se mantiene un enfoque selectivo, priorizando emisores de mayor calidad y vencimientos intermedios.

Sobre coberturas, Santos indicó que se conservan TIPS (Treasury Inflation-Protected Securities) como cobertura táctica ante posibles rebrotes inflacionarios, ya que ajustan su valor nominal según la inflación, protegiendo el poder adquisitivo.

También destacó que se mantiene una exposición medida a valores respaldados por hipotecas de agencia, con cupones intermedios que ofrecen cierto equilibrio entre rentabilidad y riesgo.

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Por el contrario, señaló que se adopta una postura más cautelosa frente a los valores respaldados por hipotecas cíclicos, que son bonos respaldados por hipotecas comerciales y cuya sensibilidad al ciclo económico es más elevada.

En renta fija emergente, Santos explicó que la estrategia táctica favorece la deuda en moneda local en países con tasas reales elevadas y bancos centrales en proceso de flexibilización monetaria, complementando con una gestión dinámica de coberturas cambiarias.

En moneda fuerte, añadió, se priorizan emisores soberanos y cuasi-soberanos de calidad media-alta y duración intermedia. Además, destacó que toda decisión se realiza con rigurosa selección país por país, atención a la menor liquidez típica del cierre de año, spreads ajustados y sensibilidad al comportamiento del dólar y a los precios de materias primas, que podrían provocar movimientos más abruptos de lo habitual.

¿Por qué buscar duraciones cortas?

Desde Balanz Capital, explicaron que en renta fija mantienen preferencia por estrategias de duración corta (1-3 años), especialmente en un entorno de spreads ajustados. Según la firma, para inversionistas con mayor aversión al riesgo se recomiendan bonos del Tesoro de Estados Unidos con vencimiento máximo a 5 años.

En cambio, para perfiles dispuestos a asumir más riesgo, Balanz Capital sugiere invertir en bonos de mercados emergentes, particularmente bonos corporativos de Latinoamérica, así como en bonos corporativos de menor calidad crediticia en Estados Unidos, con vencimientos de 1-3 años.

Precaución con corporativos

Días atrás, el jefe de estrategia de Cohen Aliados Financieros, Martín Polo, dialogó con el podcast La Estrategia del Día Argentina, donde señaló que los bonos corporativos han mostrado un efecto doble: “por un lado, la expectativa de menores tasas de interés y, por otro, la solidez de los balances corporativos, lo que ha sostenido tanto a las inversiones en acciones como a los bonos corporativos de alto y bajo rendimiento”.

Dado que, según su mirada, los bonos de empresas “han superado las expectativas de manera constante”, Polo cree que conviene mantener “cierta cautela”, ya que, según su óptica, “los precios de los corporativos se han incrementado frente a los bonos del Tesoro, que todavía ofrecen cierto potencial de apreciación“.

Martín Polo destaca que, dentro de la renta fija, los bonos emergentes también representan una oportunidad interesante. Señala que, con un dólar relativamente débil y economías emergentes más sólidas que antes, estos bonos han sido de los grandes ganadores del año y continúan mostrando resultados positivos.

Polo recomienda que la asignación de activos sea equilibrada: mantener un portafolio diversificado entre bonos del Tesoro, corporativos y emergentes, con una ponderación ligeramente mayor hacia los bonos del Tesoro. Para quienes confían en que los mercados emergentes aún tienen recorrido, asegura que esta sigue siendo una estrategia atractiva.

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