Bloomberg Línea — UBS advirtió que el deterioro fiscal de Colombia se ha profundizado en un contexto de rigidez estructural, crecimiento débil y falta de consensos políticos durante un evento en el que se evaluó el estado del país.
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Pedro Quintanilla Dieck, estratega senior de mercados emergentes en el banco suizo, afirmó que “el panorama fiscal se ha deteriorado de manera preocupante” y subrayó que “no existe un plan creíble para sanear las cuentas públicas”.
El Ministerio de Hacienda ha recurrido a una estrategia de emisiones de corto plazo con el objetivo de reducir costos de fondeo, pero UBS advierte que el enfoque es insuficiente frente al desafío estructural. “Solamente da un respiro temporal, no resuelve el problema fiscal de fondo”, explicó Quintanilla.
Esto se da en medio de las discusiones para la aprobación de una nueva reforma tributaria que ayudaría a financiar el Presupuesto General del próximo año y consolidar las metas fiscales que presentó el Gobierno.

Sin embargo, el banco considera poco probable que el Congreso apruebe nuevas medidas estructurales antes del cierre del actual mandato.
Según Quintanilla, “la consolidación fiscal que proyecta el gobierno para el siguiente año depende de aprobar una nueva reforma tributaria en plena campaña electoral, algo que luce poco realista”. En este escenario, señaló que “la deuda pública probablemente siga una trayectoria ascendente”.
Las agencias de riesgo ya han reaccionado al deterioro fiscal con rebajas sucesivas. S&P bajó la calificación a BB, Moody’s ubicó al país en el último escalón del grado de inversión y Fitch podría recortar la calificación. “Colombia no solamente está lejos de recuperar el grado de inversión, sino que está en proceso de consolidarse como un emisor de high yield”, indicó Quintanilla.
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Para el analista, a la fragilidad fiscal se suma un entorno de crecimiento moderado, condicionado por factores internos y externos. Colombia avanza a una tasa anual cercana al 2,5%, sostenida principalmente por el consumo privado, pero con una dinámica de inversión aún rezagada frente a niveles previos a la pandemia.
La inversión privada permanece aproximadamente 5% por debajo del promedio de 2019. “Esto refleja tasas de interés altas, incertidumbre política y una relación entre el gobierno y el sector empresarial tensa. Sin un repunte claro de la inversión, el crecimiento de Colombia corre el riesgo de quedar estructuralmente más limitado”, dijo el analista.
Oportunidades selectivas
En el mercado cambiario, el peso colombiano ha registrado una apreciación de 10% frente al dólar en lo corrido del año, impulsado por factores externos y una tasa de interés de referencia en 9,25%.

Alejo Czerwonko, CIO de Mercados Emergentes Américas en UBS, dijo durante el evento que el comportamiento ha sido a la par del que han tenido las divisas emergentes frente al dólar. “Las monedas europeas, latinoamericanas, asiáticas se han apreciado a un ritmo no visto en mucho tiempo, en promedio arriba 10% respecto al dólar estadounidense”, apuntó, y añadió que “el peso colombiano es un ejemplo exacto de esta realidad”.
Sin embargo, la entidad advierte que ese comportamiento podría revertirse si las condiciones fiscales no mejoran. “A medida que el Banco de la República recorte tasas y persistan los riesgos fiscales, la moneda puede volver a estar bajo presión”, indicó Quintanilla.
En medio de ese panorama, en el segmento corporativo, UBS identifica sectores con fundamentos sólidos. “Vemos oportunidades en bancos y petroleras que mantienen acceso a financiamiento externo y muestran balances muy sólidos”, señaló el experto. La entidad considera que, pese al entorno fiscal adverso, algunas compañías mantienen condiciones favorables para los inversionistas institucionales.
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En este contexto, UBS caracteriza al país como una economía de alta volatilidad, aunque con ventanas tácticas para inversionistas con tolerancia al riesgo. “Riesgo elevado, pero también posibles retornos a quienes sepan elegir bien”, concluyó Quintanilla.
Para Czerwonko las oportunidades se dan en un escenario internacional caracterizado por tensiones geopolíticas y reconfiguración de las relaciones comerciales globales.
El analista proyectó un escenario favorable para la renta variable, al señalar que “los mercados accionarios van a continuar una tendencia alcista apoyados en el crecimiento de utilidades”, pero recomendó prudencia en deuda.

En este contexto, reiteró la preferencia táctica de UBS por el oro como cobertura con un estimado de US$3.700 por onza de aquí a 12 meses.
División electoral
UBS sitúa el análisis fiscal de Colombia dentro de un panorama político caracterizado por la fragmentación y la ausencia de mayorías estables.
“Colombia actualmente se encuentra en una encrucijada”, afirmó Quintanilla. “Con las elecciones de 2026 en el horizonte, el país vive una tensión política marcada por la fragmentación”, explicó.
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El analista ve una configuración donde la derecha gana espacio frente al desgaste del actual gobierno, pero permanece dividida entre sectores uribistas, conservadores moderados y figuras populistas. La izquierda, liderada por el presidente Gustavo Petro y el Pacto Histórico, conserva una base electoral cercana a un tercio del electorado.
La posibilidad de un cambio en la orientación del Ejecutivo es observada por UBS como un factor de potencial de mejora, aunque no resuelve los problemas de fondo. “Un cambio de gobierno hacia la centro derecha podría dar cierto alivio en el corto plazo”, dijo Quintanilla, pero advirtió que “los problemas fiscales son estructurales, profundos y vienen desde antes de Petro”. Para resolverlos, cree que tomará mucho tiempo y requerirá de consensos políticos amplios.
Por ello, el banco suizo observa un escenario incierto. Aunque un eventual giro hacia la centro derecha podría abrir una ventana de corrección fiscal, la firma estima que “aún es muy temprano para apostar por un cambio de régimen político en 2026”.

Andrés Mejía Vergnaud, analista político invitado al mismo evento, destacó que la solidez del sistema institucional colombiano ha funcionado como un freno efectivo ante posibles tentativas de concentración de poder.
“El marco de pesos y contrapesos ya sobrevivió. (...) Ese marco de instituciones, de pesos y contrapesos, seguirá firme en lo que resta del periodo. No veo en el horizonte ninguna amenaza seria para eso”, señaló.
Mejía advirtió que la creciente cercanía del ciclo electoral podría llevar al presidente Gustavo Petro a adoptar una postura más radical en el plano simbólico o discursivo, lo cual, en su opinión, puede afectar a sus candidatos.
“Una radicalización del presidente y de sus posiciones, como regla general, reducen las probabilidades electorales de sus candidatos o de los candidatos a los que el presidente esté apoyando”, explicó. Además, consideró poco viable que se apruebe la reforma tributaria propuesta, dada la fragilidad legislativa del gobierno en su último año.