Bloomberg — Estados Unidos estableció nuevos aranceles a las importaciones de energía solar procedentes de cuatro naciones del sudeste asiático que, en conjunto, suministran al país la mayor parte de sus paneles.
La decisión es la culminación de una investigación comercial de un año de duración que descubrió que los fabricantes de energía solar del sudeste asiático se benefician injustamente de las subvenciones gubernamentales y venden sus exportaciones a EE.UU. a precios inferiores al costo de producción. La investigación fue solicitada por los fabricantes nacionales de energía solar e iniciada bajo el mandato del expresidente Joe Biden.
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Aunque los aranceles sobre las células y paneles solares fabricados en Camboya, Malasia, Tailandia y Vietnam son una clara victoria para los fabricantes con sede en EE.UU., amenazan con elevar los costos de desarrollo de un sector de energías renovables que ya se enfrenta a vientos en contra políticos y económicos. El presidente Donald Trump intenta impulsar los combustibles fósiles y ha tomado medidas para recortar las ayudas a los proyectos ecológicos.
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Los nuevos gravámenes a la energía solar se sumarán a los nuevos aranceles generalizados impuestos por Trump que han trastornado las cadenas de suministro y los mercados mundiales. Los derechos antidumping y compensatorios, como se les conoce, están diseñados para compensar el valor de las supuestas subvenciones y precios injustos, según los cálculos del Departamento de Comercio.
EE.UU. importó el año pasado US$12.900 millones en equipos solares de los cuatro países que estarían sujetos a los nuevos aranceles, según BloombergNEF. Eso representa alrededor del 77% de las importaciones totales de módulos.
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