En las últimas semanas, el mundo financiero entero ha estado preocupado por el precio de los bonos estadounidenses, que ha sufrido una fuerte volatilidad en el tramo de la curva a diez años.
Sin embargo, no pareciera haber nada fuera de control: en febrero de 2025, los tenedores extranjeros compraron la cifra récord de US$290.000 millones en títulos del Tesoro estadounidense -el mayor incremento mensual desde junio de 2021-, lo que elevó sus tenencias a un máximo histórico de US$8,82 billones.
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“En abril de 2025, la estructura de los tenedores de deuda estadounidense mostraba una creciente diversidad, contrariamente a la idea generalmente aceptada de una retirada masiva de los inversores extranjeros”, sostiene un informe del banco suizo Mirabaud.
El documento detalla: “Las compras récord en febrero de 2025, encabezadas por la Zona Euro, Japón, China, Canadá y los centros financieros, muestran un renovado interés por los títulos del Tesoro estadounidense”.
El 25% de la deuda estadounidense está en manos de extranjeros, según se pueden observar en los propios datos del Tesoro de los Estados Unidos. Y, si bien existe el temor de que China empiece a vender títulos para perjudicar el costo de financiamiento estadounidense, la dinámica reciente muestra un comportamiento en la dirección contraria.
Actualmente, los principales tenedores extranjeros de bonos de Estados Unidos son los países de la Unión Europea, seguidos por Japón y China.
El propio gobierno tiene un 21% de la deuda, distribuida en distintos estamentos. También la Reserva Federal (Fed), es decir, el banco central del país, es un gran acreedor del Tesoro.
Los principales acreedores extranjeros
Los países extranjeros siguen siendo actores clave en la tenencia de deuda estadounidense, con alrededor del 25%, sumando bancos centrales, entidades gubernamentales y entidades del sector privado como empresas, bancos, fondos de bonos y particulares. Entre ellos figuran:
- Zona Euro: con un aumento de US$52.000 millones en febrero (US$253.000 millones en un año), la Zona Euro alcanzó la cifra récord de US$1,83 billones, encabezando la lista de acreedores. Los principales tenedores son Luxemburgo, Irlanda, Bélgica y Francia.
- Japón: sus activos aumentaron en US$47.000 millones en febrero, anulando casi todas las ventas vinculadas al apoyo al yen en 2024. Ahora han vuelto a los niveles de 2012: se ubica en US$1,126 billones
- China y Hong Kong, en conjunto, compraron US$41.000 millones en febrero (US$66.000 millones en un año), lo que eleva sus tenencias a US$1,05 billones. Aunque todavía está lejos del máximo de 2015, el aumento marca un punto de inflexión.
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- Canadá: sus activos aumentaron en US$55.000 millones en febrero, hasta alcanzar la cifra récord de US$406.000 millones, casi cuatro veces más que en marzo de 2021.
- Reino Unido: sumó US$10.000 millones en febrero (total US$750.000 millones) y más de US$39.000 millones en un año.
Buena parte de la deuda, señala Mirabaud, está en manos de centros financieros mundiales: los mencionados Luxemburgo, Bélgica e Irlanda, pero también Islas Caimán y Suiza. Estos países sumaron más de US$42.000 millones en febrero y llegan a US$2,6 billones en total.
Estas jurisdicciones suelen albergar los activos de empresas estadounidenses domiciliados en el extranjero, a efectos fiscales. Entre estos últimos, solo Suiza redujo sus tenencias en (recortó US$10.000 millones en febrero y tiene US$291.000 millones en total).
¿Hay riesgos de que los países enfrentados a Estaos Unidos vendan?
El economista mexicano Marco Oviedo, estratega para América Latina de XP Investments, sostuvo que factores que han acentuado el riesgo en el mercado de Treasuries. Y explicó: “Uno es el hecho de que las tensiones con China lleven a una guerra comercial más intensa y China siendo un tenedor importante de bonos treasuries empiece a vender sus posiciones. Otro ha sido las amenazas de Trump sobre Powell, poniendo en entredicho la independencia de la Fed y que, por lo, tanto la inflación no se controle en el futuro. Otro es que el riesgo de que las políticas de Trump hagan que la economía de EEUU pierda su excepcionalismo y caiga en recesión e incluso con daños permanentes en su crecimiento, poniendo a la deuda americana en una senda insostenible y por tanto, poniendo en duda al dólar como moneda de reserva”.
No obstante, Oviedo aclaró: “Son solo preocupaciones. El mercado todavía asigna una probabilidad pequeña a un evento catastrófico, por lo que son presiones, hasta ahora menores, desde mi punto de vista”.