Bloomberg — El presidente Donald Trump se reunirá con altos ejecutivos del sector petrolero en la Casa Blanca la próxima semana, mientras traza planes para avivar la producción nacional de energía, incluso cuando la industria se inquieta por la caída de los precios del crudo y la incertidumbre arancelaria.
El encuentro será la primera reunión de Trump con un grupo numeroso de dirigentes del petróleo y el gas desde su toma de posesión y su creación de un nuevo Consejo Nacional de Dominio de la Energía para dirigir la política. La reunión prevista fue descrita por personas familiarizadas con el asunto, que pidieron no ser nombradas porque no había sido anunciada formalmente.
Entre los participantes invitados figuran ejecutivos de algunas de las mayores compañías petroleras del país, incluidos miembros del principal grupo comercial del sector, el Instituto Americano del Petróleo. También se espera que asistan el secretario de Interior, Doug Burgum, jefe del consejo de dominio energético de Trump, y Chris Wright, el secretario de Energía que ocupa la vicepresidencia del panel.
Lea más: EE.UU. aplica sanciones a empresa de Singapur por vínculos con el petróleo de Irán
La sesión, al igual que las reuniones de Trump con ejecutivos de otras industrias, se considera una oportunidad para discutir las prioridades políticas en la apertura de su segundo mandato. Trump mantuvo reuniones similares durante su primer mandato, entre otras cosas para discutir el desplome de los precios del petróleo alimentado por la pandemia y la batalla por la cuota de mercado entre Rusia y Arabia Saudí.
El presidente siente afinidad por la abundancia de petróleo y gas de Estados Unidos, con frecuencia lo llama “oro líquido”, y los líderes del sector, entre ellos los multimillonarios Harold Hamm, de Continental Resources, y Kelcy Warren, de Energy Transfer LP, respaldaron su campaña para 2024.
Trump ya ha puesto en marcha una serie de cambios políticos destinados a impulsar la demanda de petróleo y gas, al tiempo que facilita y abarata la producción de esos combustibles fósiles. Es parte de su campaña más amplia para “desatar el dominio energético estadounidense”.
Sin embargo, los esfuerzos del presidente por exprimir la producción estadounidense de petróleo y gas, al tiempo que se reducen los precios de la energía, pueden estar en rumbo de colisión, una advertencia cada vez más sonada por los líderes petroleros. Hamm ha dicho que se necesitan precios más altos, alrededor de US$80 por barril, para desbloquear parte de la producción.
El crudo West Texas Intermediate, de referencia en Estados Unidos, está rondando los US$67, un descenso de los precios ligado al aumento de la producción de la OPEP+ y a la preocupación por la débil demanda china.
“Hay muchos yacimientos que están llegando a un punto en el que es realmente difícil mantener bajo el coste del suministro”, declaró Hamm el jueves a Bloomberg Television. Una vez que los precios del petróleo están por debajo de US$50, un nivel pregonado por la administración, “estás por debajo del punto en el que vas a ‘perforar, nene, perforar’”, añadió Hamm.
Vea más: Gobierno de Milei aprobó RIGI para exportar petróleo de Vaca Muerta en empresa liderada por YPF
Trump ha aplaudido la caída de los precios del petróleo y ha afirmado que la reducción de los costes energéticos aliviará la presión sobre los consumidores estadounidenses. Durante la campaña electoral, prometió reducir los precios de la energía a la mitad, un objetivo ambicioso que, según los analistas, podría significar que muchos productores estadounidenses no pudieran permitirse seguir perforando.
“La agenda energética del presidente Trump ha puesto a nuestra nación en el camino hacia el dominio de la energía”, dijo Bethany Williams, portavoz del Instituto Americano del Petróleo. “Apreciamos la oportunidad de discutir cómo el petróleo y el gas natural estadounidenses están impulsando el crecimiento económico, fortaleciendo nuestra seguridad nacional y apoyando a los consumidores con el presidente y su equipo”.
Algunos líderes de la industria petrolera también están inquietos por la política comercial de Trump, marcada por las amenazas de imponer aranceles generalizados, incluidos gravámenes a los automóviles, los semiconductores y los productos farmacéuticos. Los aranceles sobre el acero y el aluminio, que entraron en vigor a principios de esta semana, son un desafío particular para los perforadores nacionales, que dependen de metales especiales para las tuberías y los equipos de producción.
Durante el primer mandato de Trump, las petroleras obtuvieron exenciones arancelarias sobre algunos productos, pero el presidente ha rechazado esas exenciones esta vez.
Algunos líderes de la industria también han advertido a los funcionarios de la administración que las ofertas más audaces para deshacer la política climática podrían exponer a las compañías petroleras a más litigios y limitar su oportunidad de vender gas natural en Europa, que ha tomado medidas drásticas contra las emisiones de metano.
Lea más en Bloomberg.com
