Así logró Pimco derrotar a Apollo y KKR para asegurar acuerdo de US$29.000 millones con Meta

Pimco acordó suscribir una parte de los US$26.000 millones de deuda y trabajar con Morgan Stanley para sindicar potencialmente parte de ella a otros inversores.

Así logró Pimco derrotar a Apollo y KKR para asegurar acuerdo de US$29.000 millones con Meta.
Por Carmen Arroyo - Laura Benítez
19 de agosto, 2025 | 05:06 PM
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Bloomberg — Morgan Stanley (MS) envió un mensaje inusual cuando contactó a cuatro de las gestoras de activos más grandes del mundo en julio: habían avanzado a la ronda final de una de las operaciones de crédito privado más codiciadas hasta la fecha. Pero si querían llegar a la meta, tendrían que asociarse.

La entidad bancaria enfrentó a los dos equipos para obtener el derecho a conceder unos US$29.000 millones a Meta Platforms Inc. (META), la compañía de Mark Zuckerberg, para que construya un enorme centro de datos en Luisiana destinado a respaldar los modelos de inteligencia artificial más potentes de la empresa.

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La operación era tan ambiciosa que Meta y Morgan Stanley no quisieron depender de una sola entidad financiera, por muy grande que fuese, de acuerdo con fuentes cercanas a las negociaciones.

Los banqueros reunieron a Pacific Investment Management Co. (PIMCO) y Blue Owl Capital Inc. (OWL) en un equipo, y a los gigantes del capital privado Apollo Global Management Inc. (APO) y KKR & Co. (KKR) en otro, con el fin de garantizar que ambos equipos tuvieran la capacidad de financiar la operación en su totalidad con rapidez, según dichas fuentes.

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A comienzos de agosto, la competencia entre las empresas llegó a su fin cuando Morgan Stanley dio su aprobación a Pimco y Blue Owl, según informó Bloomberg.

El gigante de las redes sociales se decidió por una solución que combina una de las mayores empresas de bonos institucionales con uno de los actores de más rápido crecimiento en el mundo del crédito privado.

La decisión puso fin a un proceso que comenzó a inicios de 2025, poco después de una cena que organizó Morgan Stanley para presentar a los gestores de activos la oportunidad de financiar infraestructuras de IA.

Las negociaciones que siguieron fueron tan complicadas que se prolongaron durante unos ocho meses después de que comenzaran las conversaciones informales, más de lo que algunos de los participantes habían previsto, dijeron las personas.

Todas las empresas implicadas declinaron hacer comentarios.

El resultado final fue una victoria especialmente importante para Pimco, que se ha estado esforzando por diversificarse más allá de sus antecedentes en deuda cotizada en bolsa. Junto con Morgan Stanley, gestionará US$26.000 millones en bonos con grado de inversión para el proyecto Meta, y Blue Owl aportará US$3.000 millones en fondos propios.

La intensa pugna que tuvo lugar entre bastidores ponen de relieve las enormes apuestas financieras que subyacen al auge de la inteligencia artificial, y la rápida construcción de la infraestructura informática y energética necesaria para alimentar a los chatbots que arrasan el mundo digital.

Este artículo se basa en entrevistas con numerosas personas familiarizadas con el acuerdo, todas las cuales declinaron ser identificadas porque las conversaciones son privadas.

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Capital privado

Hace una o dos décadas, este tipo de gasto solo podría haberse financiado mediante deuda y capital obtenido en los mercados públicos.

Mientras que algunos de los grandes proyectos de IA actualmente en construcción han seguido ese camino, para su mayor centro de datos hasta la fecha, Meta optó por aprovechar las fuentes más opacas del capital privado que han llegado a asumir un papel desmesurado en el sistema financiero durante la última década.

Para los prestatarios, el crédito privado cuesta más, pero es atractivo porque les permite mantener un control más estricto del proceso sin divulgar ampliamente información sobre sus centros de datos.

Para los prestamistas, ofrece una mayor rentabilidad que la que habrían obtenido de la deuda corporativa tradicional de Meta. Las operaciones como la de Meta también ofrecen seguridad adicional a los inversores porque están respaldadas por valiosos bienes inmuebles e infraestructuras.

La financiación de Meta no está finalizada y los detalles aún están en proceso de cambio, pero los inversores potenciales han mantenido conversaciones iniciales sobre la fijación del precio de los bonos en 1,5 puntos porcentuales por encima de la deuda de la empresa que cotiza en bolsa. Se prevé que algunos de los títulos se sindicarán en las próximas semanas.

Se trata del mayor paquete de financiación relacionado con un centro de datos de IA específico por un amplio margen, ya que otros relacionados con xAI Corp. y CoreWeave Inc. (CRWV) tienen un valor inferior a US$10.000 millones.

Apollo anunció este mes que había acordado comprar una participación mayoritaria en Stream Data Centers, su primera adquisición de este tipo a medida que capitaliza la floreciente demanda de infraestructura digital.

La operación de deuda más reciente que se aproxima al tamaño de la de Meta fue una venta de bonos por valor de US$26.000 millones para respaldar la compra del fabricante rival de alimentos Kellanova (K) por parte de Mars Inc. en marzo.

La competencia por conquistar este mercado implica riesgos evidentes. OpenAI, la empresa más visible de la industria de la IA, lanzó este mes su nuevo chatbot, GPT-5, que recibió críticas moderadas. Esto ha aumentado las dudas sobre si el avance hacia la superinteligencia se está desacelerando y, con ello, las oportunidades de transformar estos modelos en negocios rentables.

Pero la oportunidad es demasiado grande para que cualquier empresa financiera la deje pasar. Los centros de datos que se construirán en tan solo los próximos dos años requerirán unos US$150.000 millones de financiación, además de lo que las empresas de IA se están financiando a sí mismas, según un análisis publicado por JPMorgan Chase & Co. (JPM) el 7 de agosto.

La mitad de esa cantidad podría agruparse en valores respaldados por hipotecas comerciales, escribieron los analistas. Pero eso deja otros US$70.000 a US$90.000 millones en el aire.

Ver más: Zuckerberg anuncia que Meta construirá centros de datos masivos para potenciar la IA

Apuesta por la IA

El escenario para la operación Meta se preparó a finales del año pasado en la cena privada que Morgan Stanley organizó para la mayoría de las mayores firmas de capital privado. Los banqueros hablaron de las enormes necesidades de financiación de la industria de la IA, que sería, dijeron, tan grande que los gestores de activos tendrían que trabajar juntos.

No mucho tiempo después, Morgan Stanley comenzó a acercarse a las empresas en relación con el último y más grande de los 27 centros de datos de Meta en todo el mundo, un complejo de 4 millones de pies² en la zona rural de Luisiana apodado Hyperion.

Se espera que con el tiempo Hyperion pueda extraer, a plena capacidad, hasta 5 gigavatios de energía, aproximadamente el equivalente a 4 millones de hogares estadounidenses, según un análisis de Bloomberg de los datos del gobierno.

Mark Zuckerberg, CEO de Meta Platforms Inc., usa gafas de realidad aumentada (AR) Orion durante el evento Meta Connect en Menlo Park, California, EE.UU., en septiembre de 2024.

En lugar de pagar el centro con el propio efectivo de Meta, que sería más caro, o con deuda corporativa directa, que añadiría apalancamiento a la matriz corporativa, Morgan Stanley propuso un vehículo de propósito especial que estaría vinculado a los propios activos.

El proceso comenzó en serio en abril, cuando se firmaron los acuerdos de confidencialidad y llegaron las primeras hojas de términos.

Al inicio, algunos de los mayores gestores de activos estaban ansiosos por manejar el acuerdo por su cuenta, dijeron personas familiarizadas con las negociaciones.

Y parecía que Apollo era uno de los favoritos, según informó Bloomberg. La firma había mostrado su fortaleza el año pasado con un acuerdo de US$11.000 millones para ayudar a pagar unas instalaciones de Intel Corp. (INTC) en Irlanda. Todo esto era una parte crucial del esfuerzo de Apollo por encontrar un hogar para las cantidades de efectivo que su floreciente negocio de seguros necesita poner a trabajar.

Meta, sin embargo, mantuvo el proceso en marcha mientras buscaba mejores condiciones. Las negociaciones sobre arrendamientos, precios y los aspectos privados y públicos del acuerdo se llevaron a cabo con gran precisión, mientras Apollo y KKR buscaban condiciones que se ajustaran mejor a sus fondos de seguros.

Morgan Stanley se puso en contacto con varios grandes bancos de Wall Street para que le prestaran dinero, y con otros grandes gestores de activos, como Blackstone Inc (BX), Brookfield Asset Management (BAM), Ares Management Corp (ARES) y Sixth Street Partners, cada uno de los cuales presentó su propia oferta.

Todas esas firmas declinaron hacer comentarios.

Ver más: Oracle y OpenAI amplían el acuerdo Stargate: habrá más centros de datos en EE.UU.

Opción de sindicación

En julio, Meta y sus banqueros lo habían reducido a los cuatro finalistas. Apollo fue asignada para trabajar con KKR, que tiene una dependencia similar de la financiación de seguros. Pimco y Blue Owl se asociaron porque ya habían trabajado juntos y cada uno se había ofrecido a asumir una parte diferente de la financiación.

La estructura lanzada por Apollo y KKR habría contado con términos más privados, lo que habría restringido el grupo de inversores potenciales que podrían participar en una futura sindicación y habría dado a los prestamistas más control sobre el proceso.

Por el contrario, el formato acordado finalmente con Pimco, conocido en el sector como bono 144a, facilita la distribución de la deuda a otros inversores en el futuro.

Pimco acordó suscribir una parte de los US$26.000 millones de deuda y trabajar con Morgan Stanley para sindicar potencialmente parte de ella a otros inversores.

Apollo y KKR se habían ofrecido a gestionar ellos mismos la financiación y habrían confiado en sus equipos internos de mercados de capitales si hubieran distribuido parte de ella a otros compradores.

Los participantes esperaban una decisión final para el 1 de agosto, pero el proceso se alargó una semana más, ya que Meta volvió a los finalistas con más preguntas, dijeron las personas. Finalmente, Blue Owl y Pimco recibieron la llamada el 7 de agosto.

Los bonos que acordaron tendrán un tenor de 24 años, incluidos cuatro años para la construcción antes de que comiencen los pagos del arrendamiento. El capital de la empresa conjunta se dividirá entre Meta y Blue Owl, dijeron las personas.

Morgan Stanley ya ha ayudado antes a organizar grandes operaciones de crédito privado.

A comienzos de este año, trabajó con Ares en un paquete de deuda de US$5.000 millones para apoyar la adquisición de Dun & Bradstreet Holdings Inc. (DNB) por parte de Clearlake Capital Group.

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