Peso colombiano encara cierre de 2025 entre volatilidad global y riesgos fiscales internos

El peso colombiano podría mantenerse resiliente gracias a los flujos de carry trade, las altas tasas de interés y la debilidad global del dólar, aunque riesgos fiscales amenazan con llevar la tasa de cambio nuevamente hacia los COP$4.000.

Las expectativas apuntan hacia la estabilidad, pero cambios en el panorama internacional podrían desajustar esas cuentas.
03 de octubre, 2025 | 05:00 AM

Bloomberg Línea — El peso colombiano llega al último trimestre del año con un panorama mixto: de un lado, la expectativa de recortes de tasas en Estados Unidos y la demanda por activos emergentes le otorgan soporte; del otro, la incertidumbre fiscal local y la fragilidad de los precios del crudo mantienen latente el riesgo de una reversión.

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Con el dólar bordeando la franja de los COP$3.800, los analistas coinciden en que el cierre de 2025 estará marcado por episodios de alta volatilidad.

“Esperamos una ligera corrección alcista en la tasa de cambio, con un cierre de año cercano a COP$3.920. Anticipamos una volatilidad elevada asociada a la sensibilidad de las expectativas del mercado por los datos económicos de EE. UU.”, afirmó Gabriela Bautista, analista de mercado cambiario de Corficolombiana, al advertir que los choques externos aún podrían devolver fuerza al dólar en la recta final del año.

El tercer trimestre de 2025 dejó un escenario favorable para las monedas emergentes, apoyado en el debilitamiento global del dólar, tras señales de enfriamiento económico en Estados Unidos y el inicio de un ciclo de recortes de tasas de la Reserva Federal.

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En Colombia, el peso se apreció más de 5% frente al dólar desde julio, respaldado también por las operaciones de monetización del Ministerio de Hacienda y un diferencial de tasas atractivo que atrajo flujos de inversión extranjera en TES. Sin embargo, la mirada de los inversionistas se dirige ahora al cierre de año, donde los riesgos externos y locales podrían alterar la tendencia.

Factores que respaldan al peso

La principal fortaleza del peso radica en su diferencial de tasas frente a la Reserva Federal. Pese a que el Banco de la República ha recortado su tasa de referencia de manera gradual, aún se mantiene en niveles elevados frente a sus pares.

Esto convierte a Colombia en uno de los destinos favoritos para estrategias de carry trade, especialmente en un escenario de dólar debilitado.

“El atractivo diferencial de tasas mantiene al peso como uno de los principales receptores de flujos de carry trade en la región,” señaló Wilson Tovar, director de Investigaciones Económicas de Acciones y Valores, quien además subrayó que la estabilidad relativa del petróleo contribuye a sostener los ingresos externos del país y limita los riesgos inmediatos para la balanza de pagos.

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En la misma línea, Carolina Monzón, gerente de Investigaciones Económicas del banco Itaú, destacó que la tasa de interés del Banco de la República, en 9,25%, “es la segunda más alta de un banco central en la región y sigue siendo atractiva para inversionistas internacionales”.

Además, resaltó que el flujo de remesas hacia el país “anota un ritmo de crecimiento favorable”, lo que aporta soporte adicional al peso en medio de la volatilidad internacional.

Los riesgos de un repunte del dólar

Aunque el escenario base de los analistas es de estabilidad, con un dólar oscilando en la franja de COP$3.740 a COP$4.070, los riesgos de un repunte hacia los COP$4.000 no han desaparecido.

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Una sorpresa alcista en los datos de empleo o inflación de Estados Unidos podría forzar a la Fed a moderar su ciclo de recortes y devolver fortaleza al billete estadounidense.

“Un repunte del dólar hacia la barrera psicológica de COP$4.000 se explicaría por un deterioro del apetito global por riesgo, en un contexto de mayor aversión a emergentes si se materializan shocks externos,” explicó el director de investigaciones Tovar. El analista advirtió que choques como una escalada de tensiones geopolíticas o un repunte inesperado en los rendimientos del Tesoro estadounidense podrían acelerar la depreciación del peso.

Por su parte, la gerente Monzón advirtió que hacia finales de año podrían sumarse factores internos: “Con un tipo de cambio que ha estado en niveles mucho más bajos que en 2024, es factible que aumente la demanda de dólares, sobre todo por el sector importador. Ahí podríamos ver un poco más de equilibrio en la balanza y un retorno hacia niveles de COP$4.000”. También apuntó a la posibilidad de “novedades en el frente fiscal, con cierres en materia de déficit y previsiones para 2026, lo que todavía representa presión alcista sobre el peso”.

Un dólar global debilitado

El debilitamiento global del dólar ha sido una constante en 2025. La Reserva Federal inició su ciclo de recortes en septiembre, en respuesta a la desaceleración del mercado laboral y a un descenso gradual de la inflación.

La medida provocó un ajuste en los flujos hacia mercados emergentes, beneficiando a monedas como el peso y el real brasileño.

“La debilidad global del dólar —apoyada en señales de enfriamiento económico en EE. UU. y en la expectativa de recortes adicionales de la Fed— podría seguir respaldando al peso,” recalcó Bautista.

Sin embargo, la analista insistió en que la volatilidad no desaparecerá en el corto plazo, pues los inversionistas seguirán atentos a cualquier dato que altere las expectativas de política monetaria en Washington.

Monzón complementó que “las presiones bajistas se han soportado en un entorno internacional bastante benévolo, donde el dólar ha perdido terreno y se ha visto favorecida la valorización de otras monedas como el euro, las divisas de Latam o incluso activos como el oro”.

Esa dinámica, explicó, explica que la tasa de cambio haya operado persistentemente por debajo de la barrera de los COP$4.000 en las últimas semanas.

Rango de negociación y perspectivas

De cara al cierre de año, los analistas proyectan que el precio del dólar oscilará en un rango amplio, con episodios de apreciación y depreciación en función de choques externos y decisiones locales.

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Tovar estima un rango de negociación entre COP$3.740 y COP$4.070, con posibles extensiones hacia COP$3.700 en caso de un entorno favorable, o hasta COP$4.115 si se intensifican los riesgos.

En la misma línea, la analista Bautista anticipa un cierre cercano a los COP$3.920, reflejando un equilibrio entre las fuerzas que impulsan al peso y aquellas que lo presionan a la baja. “Aun así, las presiones de depreciación a nivel local serán transitorias y no revertirían la tendencia de los últimos meses,” puntualizó.

Para Monzón, el nivel de COP$4.000 “todavía puede ser un número relevante para cierre de año”, dado que los factores externos benévolos podrían coexistir con mayores presiones de demanda interna de divisas y un panorama fiscal aún incierto.

Lo que vigila el mercado

El desenlace dependerá en gran medida de tres factores: la velocidad del ajuste monetario de la Fed, la evolución de los precios del crudo y la estabilidad fiscal en Colombia. Una combinación de recortes graduales en Estados Unidos, petróleo estable y disciplina fiscal local daría margen a un peso más fuerte hacia fin de año.

Por el contrario, cualquier giro inesperado en la política monetaria estadounidense, un aumento de la demanda importadora de divisas o un deterioro en las cuentas fiscales locales podría acelerar la salida de capitales y llevar el dólar nuevamente hacia niveles de COP$4.000.

Para los inversionistas, el mensaje es claro: el peso seguirá mostrando resiliencia, pero será vulnerable a episodios de reversión abrupta. En un entorno global incierto y con riesgos internos aún latentes, la volatilidad será la constante en el último trimestre de 2025.

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