Bonos del Tesoro de Estados Unidos y el dólar se enfrentan a un cambio de paradigma

Un informe privado muestra que se han desacoplado de la evolución del dólar y que compiten con otros activos refugio.

El índice del dólar se desploma 10,8% y marca su mayor caída semestral desde 1973.
03 de julio, 2025 | 03:00 AM

Bloomberg Línea — La renta fija estadounidense atraviesa un cambio de paradigma: el rendimiento del bono a 10 años dejó de moverse en línea con el índice del dólar, y mientras avanza el ciclo de recortes iniciado en septiembre de 2024, el tramo largo de la curva sube y parte de la búsqueda de refugio migra hacia el oro e, incluso, hacia el bitcoin, según muestra un informe privado.

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Según la consultora argentina Delphos Investment, una de las relaciones que se ha roto en este nuevo escenario es la que históricamente vinculaba a los rendimientos de los bonos soberanos estadounidenses a diez años con el índice dólar (DXY).

La correlación se ha invertido y, de forma atípica, una prima por plazo más elevada ya no fortalece al dólar sino que coincide con un dólar más débil. Para la firma, esto expresa una huida de la divisa, un comportamiento típico en crisis emergentes pero inusual en Estados Unidos.

La consultora señala que el mercado empieza a cuestionar el estatus de refugio de Estados Unidos y revaloriza al dólar según los riesgos derivados de su política económica y fiscal, en lugar de hacerlo por el nivel de tasas o la magnitud de la term premium. En ese marco, advierte sobre una posible reversión parcial de los flujos de inversión que ingresaron a Estados Unidos en las últimas décadas, ya que su posición neta de inversión internacional pasó de –US$3 billones hace 17 años a –US$26 billones.

El informe señala que, desde que arrancó el ciclo de recortes de tasas, los rendimientos de los bonos largos subieron, algo poco común si se mira lo que pasó en las últimas cuatro décadas, cuando esos rendimientos solían bajar. Según Delphos, los bonos largos ya no funcionan como refugio en tiempos de incertidumbre y ese rol lo vienen ocupando activos como el oro o el bitcoin.

La semana pasada, la Fed mantuvo la tasa y el dot plot proyecta dos recortes en 2025, aunque redujo los previstos para 2026. A pesar de anticipar mayor inflación, la Fed prevé una baja total de 50 puntos básicos este año. La firma sostiene que el reciente empinamiento de la curva muestra que el mercado se ha alineado con la Fed y anticipa que el foco estará en el empleo, aun con inflación en alza.

Delphos subraya que la inflación reciente fue moderada gracias a la caída del precio del Brent, pero alerta sobre un efecto base adverso en junio y julio. En el plano laboral, las solicitudes iniciales de desempleo aumentaron y los pedidos continuos vienen en alza desde hace dos años. Esto podría traducirse en un repunte del desempleo, en línea con lo que anticipa la Reserva Federal.

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Según el informe, la curva de rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense está enviando señales contradictorias, pero potentes. El “steepening” —cuando la diferencia entre los rendimientos de los bonos largos y cortos se amplía— indica que el mercado sigue apostando a recortes de tasas, incluso en un contexto de inflación todavía elevada.

Un dato técnico pero relevante acompaña esa lectura: en abril, el promedio móvil de 12 meses de la pendiente entre el bono a 10 años y el bono a 2 años se volvió positivo. ¿Por qué importa? Porque cada vez que eso ocurrió en los últimos 40 años, fue seguido por una recesión en Estados Unidos.

En el frente crediticio, los spreads ajustados por opcionalidad se ubican entre el mínimo y la mediana de los últimos 40 años, lo que indica confianza en el segmento corporativo. En este contexto, Delphos recomienda créditos investment grade y evitar el high yield, más vulnerable ante una eventual caída de la actividad.

La firma también advierte sobre el déficit fiscal, cercano al 7% del PIB, y los efectos del proyecto de ley conocido como “One Big Beautiful Bill Act”, que podría sumar entre US$2,4 y US$5 billones al déficit en la próxima década.

La potencial designación de un nuevo presidente de la Fed por parte de Trump en 2026 es otro factor de riesgo que, según Delphos, genera dudas sobre si la tasa a 30 años ya tocó techo.

Como elemento positivo, el informe destaca que un arancel base del 10% podría aportar hasta US$400.000 millones anuales, aunque no resolvería el desequilibrio fiscal.

Por estas razones, Delphos prefiere evitar la parte larga de la curva y los créditos de menor calidad, y se posiciona en el tramo corto y en nombres con buen perfil crediticio, ante la posibilidad de un bear steepening y un deterioro en el nivel de actividad.

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