El retiro de Warren Buffett: en una carta explica qué pasará con su fortuna y su empresa

El inversor de 95 años oficializa el traspaso del mando en Berkshire, acelera la transferencia de su fortuna y reflexiona sobre su legado, la suerte y la responsabilidad intergeneracional.

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Warren Buffett,
10 de noviembre, 2025 | 01:48 PM
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Bloomberg Línea — Warren Buffett, el fundador de Berkshire Hathaway, anunció una nueva donación multimillonaria de acciones a fundaciones familiares, formalizó su retiro operativo y reafirmó el liderazgo de Greg Abel como su sucesor al frente del conglomerado.

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En una carta publicada este lunes, cargada de recuerdos personales, dejó en claro que su tiempo como vocero principal de la compañía ha concluido, pero no su influencia filantrópica, ni su confianza en la estructura sucesoria.

Buffett anunció que convirtió 1.800 acciones clase A de Berkshire Hathaway (BRK/A) en 2.700.000 acciones clase B (BRK/B) para donarlas a cuatro fundaciones familiares, incluyendo 1.500.000 acciones a The Susan Thompson Buffett Foundation.

“La aceleración de mis donaciones en vida a las fundaciones de mis hijos no refleja en modo alguno ningún cambio en mis opiniones sobre las perspectivas de Berkshire”, aclaró en su carta dirigida a los accionistas.

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Warren Buffett

Además, recordó que Greg Abel asumirá como CEO de Berkshire Hathaway a fin de año. “No se me ocurre ningún CEO, consultor de gestión, académico, miembro del gobierno —usted elija— que yo seleccionaría sobre Greg para manejar sus ahorros y los míos”, escribió.

El inversor anunció que pondrá fin a una de sus tradiciones más esperadas: su participación activa en las comunicaciones públicas de Berkshire Hathaway. “Ya no escribiré el informe anual de Berkshire ni hablaré interminablemente en la reunión anual”, afirmó en su carta.

¿Quién administrará la fortuna de Buffett?

Buffett explicó que sus tres hijos, todos ya septuagenarios, tendrán a su cargo la distribución de casi la totalidad de su fortuna a través de sus respectivas fundaciones.

“Todos mis hijos poseen la madurez, la inteligencia, la energía y el instinto para administrar una gran fortuna”, escribió. También reveló que aumentará el ritmo de donaciones en vida, aprovechando que sus herederos se encuentran en un “período de luna de miel” en cuanto a experiencia y sabiduría, pero aún sin haber entrado en la vejez.

Buffett dejó claro que su intención no es perpetuar un legado de control ni imponer mandatos póstumos. “Gobernar desde la tumba no tiene buen historial, y nunca he sentido el deseo de hacerlo”, escribió en su mensaje.

En cuanto a las eventuales fallas en la gestión futura de la fortuna familiar, mostró comprensión. “He asegurado a mis hijos que no necesitan obrar milagros ni temer fracasos o decepciones. Estos son inevitables, y yo he tenido mi parte”, dijo.

Abel toma la posta: la era post-Buffett

Buffett también aprovechó su carta para enviar un mensaje de tranquilidad a los accionistas sobre el futuro de Berkshire Hathaway bajo el liderazgo de Abel. “Ha superado con creces las altas expectativas que tenía de él cuando pensé por primera vez que debía ser el próximo CEO de Berkshire”, afirmó.

Greg Abel

El legendario inversor señaló que Abel comprende a fondo los riesgos y oportunidades del negocio de seguros de Berkshire. “Greg entiende, por ejemplo, mucho más sobre tanto el potencial al alza como los peligros de nuestro negocio de seguros de propiedad y accidentes que muchos ejecutivos veteranos del sector”, escribió.

Sus reflexiones personales

El mensaje no fue solamente institucional. Buffett dedicó amplios pasajes a recuerdos personales que delinean una autobiografía. “Me siento agradecido y sorprendido por mi suerte de estar vivo a los 95 años. Cuando era joven, este resultado no parecía una buena apuesta”, escribió.

Contó cómo una apendicitis infantil casi termina con su vida y cómo su recuperación en un hospital incluyó imprimir las huellas digitales de las monjas “por si alguna se desviaba y el FBI necesitaba identificarlas”.

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“Mi teoría —totalmente loca, por supuesto— era que algún día una monja se volvería ’mala’ y el FBI descubriría que nunca había tomado huellas a las monjas”, explicó.

Recordó a su tía Edie, a su maestra de tercer grado y a vecinos históricos de Omaha, que luego serían figuras clave en la historia empresarial de Estados Unidos. “En 1958, compré mi primera y única casa. Por supuesto, en Omaha”, rememoró. Desde allí, a pocos kilómetros de su infancia, construyó Berkshire y crió a su familia.

También se permitió una reflexión sobre la suerte y el privilegio. “Nací en 1930 sano, razonablemente inteligente, blanco, varón y en América. ¡Vaya! Gracias, Señora Suerte”. Y aunque reconoció sus errores, cerró con una lección moral: “La grandeza no proviene de acumular dinero, publicidad o poder, sino de ayudar a otros de cualquier forma posible".

Greg Abel asumirá como CEO a fin de año. Buffett destacó su conocimiento técnico y cercanía con los negocios del grupo: “Entiende mucho mejor que yo ahora”.

Con tono afectuoso y sin evitar la ironía, terminó su mensaje con una despedida abierta: “Les deseo a todos los que lean esto un muy feliz Día de Acción de Gracias. Sí, incluso a los idiotas; nunca es demasiado tarde para cambiar”.

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