Bloomberg — El Banco Central Europeo está a punto de recortar las tasas de interés por séptima vez, una medida que llega después de que los aranceles del presidente estadounidense Donald Trump sacudieran los mercados y oscurecieran las perspectivas económicas.
La tasa de depósito bajará el jueves al 2,25% desde el 2,5%, según una encuesta casi unánime de analistas realizada por Bloomberg. Sólo uno de los 62 encuestados prevé una pausa, mientras que otro estima que habrá un movimiento mayor.
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La revelación de los enormes gravámenes comerciales estadounidenses ha echado por tierra los rumores de que la reunión del BCE de esta semana podría suponer una pausa en la campaña de relajación monetaria iniciada el pasado mes de junio. La expectativa es que las medidas frenen la expansión económica en lugar de avivar la inflación, por lo que los mercados están casi seguros de que los costes de los préstamos volverán a disminuir.

Más allá del jueves, los inversores ven al menos dos movimientos más de aquí a finales de año, ya que un euro más fuerte ayuda a contener las presiones sobre los precios y aumenta el peligro de que los productos chinos de bajo coste se desvíen a Europa.
Con las negociaciones comerciales aún en plena ebullición, es poco probable que la presidenta Christine Lagarde ofrezca indicaciones claras sobre el rumbo que seguirán las tasas. Su conferencia de prensa tendrá lugar a las 14:45 en Fráncfort, 30 minutos después de que se publique la decisión del BCE.
Tasas de interés
Los funcionarios mantuvieron abiertas sus opciones tras el recorte de tasas de marzo, ya que los planes de un mayor gasto público en Alemania y otros países respaldaron los llamamientos a la cautela. Un relato de esa reunión reveló que se estaba considerando una reducción o una pausa para esta semana.
Sin embargo, el “Día de la Liberación” de Trump alteró las perspectivas, lo que provocó un apoyo más contundente a una mayor relajación por parte del gobernador del Banco de Francia, Francois Villeroy de Galhau, el finlandés Olli Rehn y el lituano Gediminas Simkus, entre otros.
No obstante, una minoría ha instado a la cautela. El austriaco Robert Holzmann dijo que no ve motivos para un recorte, aunque admitió que “siempre está abierto a buenos argumentos”.
Aunque el 2% sigue siendo el nivel más probable para que se establezca la tasa de depósito, el volátil telón de fondo está produciendo una variedad de opiniones al respecto. La última encuesta de Bloomberg da una horquilla que va del 1,25% al 2,25%, y más de una quinta parte de los economistas pronostican incluso una primera subida antes de que termine 2026.

Perspectivas económicas
La euforia de que cientos de miles de millones de euros de gasto alemán en infraestructuras, junto con un impulso europeo más amplio de rearme, reactivarían la decaída economía del continente se ha visto ensombrecida por el pesimismo de que los aranceles borrarán gran parte de las esperanzas de crecimiento de este año.

El jefe del banco central holandés, Klaas Knot, destacó la complejidad de la situación, diciendo que el impacto puede variar con el tiempo y que el BCE tendrá que estar “realmente vigilante”.
En cuanto a los planes fiscales de Alemania, una cuestión clave es la rapidez con la que se puede gastar el dinero y cómo afectará eso a la inflación. Un grupo de destacados economistas alemanes acaba de recortar sus perspectivas para este año, y sólo se esperan efectos positivos sobre el crecimiento en 2026.
Lo que dice Bloomberg Economics...
“El BCE se enfrenta a un mundo significativamente diferente al de la última vez que se reunió, ya que los aranceles estadounidenses se han convertido en una realidad, y la política monetaria de la eurozona tendrá que adaptarse. Esperamos que el Consejo de Gobierno vuelva a bajar las tasas en 25 puntos básicos el 17 de abril, antes de una mayor relajación más adelante en el año.”
-David Powell, economista senior de la eurozona.
En cuanto a los aranceles, algunos acontecimientos desde el anuncio de Trump apuntan a mayores riesgos a la baja para la inflación. El euro se ha apreciado frente al dólar y la respuesta de la Comisión Europea no se ha traducido en ningún contra-arancel que encarezca las importaciones.
Política “restrictiva
Una cuestión que inquieta a los funcionarios es si su política sigue frenando la actividad económica.
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El mes pasado les vieron retocar el lenguaje de su declaración posterior a la reunión para declarar que las tasas se han vuelto “significativamente menos restrictivos”. Eso dejó la puerta abierta a una mayor relajación al tiempo que reconocía que ya se ha cubierto mucho terreno.
Otro recorte situaría los costes de endeudamiento más firmemente dentro de un rango de estimaciones para la llamada tasa neutral, que ni obstaculiza ni estimula el crecimiento. Un nuevo cambio en el lenguaje o la eliminación de la frase parecen ser posibilidades. Pero es posible que el BCE no quiera ofrecer señales tan explícitas en un mundo que requiere una adaptación constante.
Con la colaboración de Harumi Ichikura y Joel Rinneby.
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