Bloomberg Línea — Mientras el Gobierno habla de incrementar el salario mínimo en 2026 el doble de lo que sube la inflación este año, la posibilidad de aumentar tasas de interés crece y gana respaldo al interior de la Junta Directiva del Banco de la República.
“Se podrían considerar aumentos futuros de la tasa de interés si se materializan algunos riesgos inflacionarios que, aunque no hacen parte del escenario central, tampoco deben subestimarse”, advirtieron varios miembros del banco central, según las minutas de política monetaria.
Los técnicos aconsejan que el aumento salarial anual se haga con base al aumento del Índice de Precios al Consumidor más el dato de productividad que certifica el DANE a finales de noviembre. Es decir, si la inflación crece al 5,5% y la productividad este año fuera del 1%, el salario, debería aumentar, como máximo, al 7%, según la tecnocracia.
Esto implicaría que el salario mínimo del próximo año se ubicaría en torno a los COP$1.523.145 mensuales. Sin embargo, desde el 20 de julio en la instalación del Congreso, el presidente Gustavo Petro, un exguerrillero del M-19, advirtió que “aprovecharé mi último año”, y sostuvo que su propósito es “que siga subiendo por encima de la inflación”.
La semana pasada el ministro del Interior, Armando Benedetti, uno de los estrategas políticos que llevó a Petro a la presidencia en 2022, advirtió que este año el salario mínimo “podría llegar a COP$1.800.000”.
La declaración encendió alarmas porque no precisó si ese aumento que plantea ya incorpora el subsidio de transporte, o no. Sin embargo, en ambos casos es muy superior a lo que recomiendan los analistas y expertos, pero si no incluye dicho subsidio, podría ser considerado como un error grave.
“Si incluye el subsidio de transporte sigue siendo un aumento muy elevado, pero al menos no cumple con nuestro escenario de riesgo”, dijo Camilo Pérez, director de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá. Explicó que si ya incluye la ayuda de transporte sería un alza de alrededor del 11%, mientras que, si el monto que mencionó el ministro se refiere al salario base, “sería un escenario crítico para la inflación” y, por lo tanto, implicaría “que estaríamos subiendo tasas en el muy corto plazo”.
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El tema fue abordado por la Junta al finalizar octubre. Durante el debate sobre tasas los codirectores del grupo que votó por no bajarlas sostuvieron que el incremento de la inflación total en los últimos tres meses y la inflexibilidad de la inflación básica sin alimentos ni regulados revelan síntomas inquietantes de indexación de precios.
En ese sentido, advirtieron que “esta situación podría acentuarse en 2026 si el incremento del salario mínimo resulta tan elevado como lo ha insinuado el Gobierno”, en ese sentido, resaltaron que “conjugaría con la propia inercia inflacionaria que se deriva de una inflación alta al finalizar 2025”.
Para los banqueros centrales la preocupación de que se confirme ese escenario radica en que “la credibilidad del banco sobre la que se cimenta el esquema de Inflación Objetivo podría verse afectada”.
Desde 2019, la autoridad monetaria no ha logrado concluir un año con la inflación dentro del rango de tolerancia de 2% a 4%.
Pero no solamente preocupa el salario mínimo. El efecto base de la inflación 2024 está afectando el cierre de 2025 y la fortaleza del peso colombiano frente el dólar es extremadamente frágil.
“Anticipamos que la inflación mensual de octubre sería de 0,14%, por lo que la variación anual se aceleraría en 29 puntos básicos hasta 5,47%”, dice Laura Clavijo, directora de Investigaciones Económicas de Grupo Cibest.
De materializarse este resultado, la inflación anual aumentaría por cuarto mes consecutivo y alcanzaría el registro más alto desde septiembre de 2024.
“Nuestra estimación está en línea con el promedio de los analistas encuestados por el Banco de la República en la Encuesta Mensual de Expectativas Económicas, pero incorpora un mayor registro anual en los rubros de bienes y regulados”, dijo la economista.
Advierte que el incremento en el salario mínimo, las implicaciones sobre la tasa de cambio, el riesgo país derivadas de la incertidumbre fiscal local y las elevadas expectativas de inflación continúan siendo algunos de los riesgos más visibles en el panorama de corto plazo.
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Los integrantes de la Junta advirtieron que la apreciación de la tasa de cambio ha contribuido a contener algunas presiones inflacionarias, “pero advirtieron que ésta es una variable volátil”.









