Bloomberg Línea — Deutsche Bank revisó al alza su proyección para el índice S&P 500, y estimó que podría alcanzar un potencial de apreciación superior al 10% desde el cierre del lunes. La revisión responde a un cambio en el entorno político-comercial de Estados Unidos, que ha reducido significativamente los riesgos que hasta hace pocas semanas amenazaban con deteriorar las expectativas de utilidades corporativas.
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Según los analistas, liderados por Binky Chadha, la nueva visión se apoya en la decisión de la administración de reducir los aranceles efectivos del 26% al 17%, una medida tomada con rapidez tras la reacción negativa de los mercados.
La sensibilidad de las ganancias del índice a las decisiones de política comercial ha sido central en el ajuste de proyecciones. En abril, Deutsche Bank había recortado su previsión de beneficios por acción para 2025 desde US$282 a US$240, en respuesta a la escalada arancelaria.
Sin embargo, con la reciente moderación, el banco señala que “las relajaciones arancelarias que hemos visto hasta ahora han reducido significativamente los arrastres directos e indirectos“. En consecuencia, la estimación de EPS para el S&P 500 fue elevada a US$267, una cifra aún 5% por debajo de la previsión original del año, pero con riesgo ahora sesgado al alza.

“El marco de demanda y oferta, que combina cambios en posicionamiento con recompras y flujos de entrada, apunta a algo más de 10% de subida para el S&P 500 de aquí a fin de año, llevándolo a alrededor de 6.550″, agregaron.
Expectativas de volatilidad
El banco reconoce que la administración Trump actuó preventivamente, sin que mediara aún un impacto económico o político directo.
“La administración ya había cedido, impulsada principalmente por la reacción del mercado, y antes de que emergieran daños económicos o políticos significativos”, señala el informe. Además, se destaca el fallo adverso del Tribunal Internacional de Comercio de EE.UU. contra parte de los aranceles, lo que añade presión institucional adicional, aunque la decisión está siendo apelada.
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El nuevo escenario también ha mejorado las proyecciones macroeconómicas. Deutsche Bank indica que sus “economistas han elevado su previsión de crecimiento del PIB de EE.UU. para el resto del año del 0,8% al 1,5% (anualizado)”, con perspectivas globales también al alza gracias a posibles estímulos fiscales en economías clave.
Desde una óptima de mercado, el banco observa que “el posicionamiento de los inversores discrecionales es cercano a neutral” y que aún hay espacio para que “las estrategias sistemáticas sigan aumentando su exposición al incorporar menor volatilidad”. Esta mejora en el apetito por riesgo se suma a la previsión de recompras sólidas, que alcanzarían US$1,1 billones brutos este año, con un ratio de payout del 50%.
Deutsche Bank también destaca que las compañías del S&P 500 no han recortado sus planes de retorno al accionista pese al ruido macroeconómico. Esta disciplina empresarial refuerza el soporte técnico del mercado, al evitar una contracción del flujo comprador corporativo.

En cuanto a la asignación geográfica, el banco mantiene una postura claramente favorable a la renta variable estadounidense frente a otras regiones desarrolladas. EE.UU. figura como sobreponderado en su estrategia, mientras que Europa y Japón se mantienen en posición neutral y los mercados emergentes continúan infraponderados.
A pesar del optimismo, los analistas advierten que esperan “que el repunte sea interrumpido por caídas pronunciadas en ciclos repetidos de escalada y desescalada en la política comercial”, en un patrón similar al observado entre 2018 y 2019.